El monasterio de Palencia que acoge durante todo el año una colección de más de 2000 belenes

El Monasterio de Santa Clara de Carrión de los Condes (Palencia), en pleno Camino de Santiago, acoge durante todo el año unos 1.600 nacimientos procedentes de los cinco continentes. 

Muy nutrida es la representación española, pero, también, hay nacimientos llegados de territorios como Alemania, Madagascar, Tierra Santa, Brasil, Sudáfrica o Perú.

Cómo se creó la colección

La madre priora del monasterio es sor María Micaela Velón de Francisco, y acaba de explicar en Diario Palentino que no enseñan más obras por falta de espacio. De hecho, las clarisas están renovando el museo para ampliar la muestra.

Nacida en Ferrol (La Coruña), está al frente de un monasterio con ocho hermanas que cuenta con un obrador, acoge a peregrinos y, entre su patrimonio, destacan una Piedad y un Cristo crucificado de Gregorio Fernández. El convento fue fundado en 1256 y es uno de los más antiguos de la provincia.

Recientemente se inauguró la vigésima primera temporada de la exposición El belén, sus personajes y sus símbolos, que permanecerá hasta el 3 de febrero.

"Hemos acumulado un patrimonio belenístico muy importante. Están expuestos unos 1.600 aproximadamente, pero hay unos 600 guardados por falta de sitio. Ángel Garayoa, de Pamplona, lleva más de 50 años coleccionando nacimientos y nos ha regalado todos. Vienen a ser unas 2.900 piezas de todos los tamaños. Unos señores de Alcobendas, tras la muerte de su madre nos trajeron unos 300 misterios y los tenemos guardados esperando para poderlos enseñar", dice la priora.

"Es muy difícil gustar a todos los visitantes que pasan por el museo, si bien creo que el nuevo edificio va a ser de lo mejor de España porque no hay una exposición permanente como la nuestra, que en Navidad se completa con el belén monumental o bíblico. Incluimos una representación de los misterios desde la anunciación, tiene figuras y agua en movimiento y gusta a los niños y a los mayores".

El monasterio de Santa Clara de Carrión y los belenes han creado un vínculo muy difícil de romper. "Hay piezas elaboradas exclusivamente para esta formar parte de nuestra colección. Es una riqueza universal porque están representados los cinco continentes del mundo. Algunas de las personas que lo observan se entusiasman cuando lo ven. Por aquí pasan peregrinos y visitantes de muchos países y, por poner un ejemplo, un ecuatoriano busca el nacimiento de su país".

Uno de los momentos más destacados de la exposición de nacimientos fue su inicio. "Cuando inauguró la muestra la duquesa de Alba, en el año 2013, fue un gran espaldarazo. A los dos días me llamaron de Mar de Plata (Argentina) diciéndome que lo estaban viendo en directo. Desde Alemania también nos comunicaron que nos habían visto. Después tuve que desplazarme con una hermana al médico a Madrid y aparecíamos en los paneles del Metro".

Sor María Micaela recuerda que empezaron con un muestra muy pequeña. "Cuando empezamos con la muestra a mediados de los años 2000 teníamos solo doce misterios. Ahora contamos con más de 2.000. En el pasado podía decir de memoria quién me lo había regalado".

Sobre qué le falta a la colección belenística de la comunidad, la priora comenta: "De Oceanía es de donde menos nacimientos tenemos, pero eso es debe a que tampoco tienen. En esos lugares, su religión no les permite representar la divinidad con una figura humana. Disponemos de unos cinco o seis, pero irán llegando más. De India tenemos, al igual que de África".

"Seguimos recibiendo gracias a la gente que nos visita, ve que falta un determinado tipo de nacimiento y coopera con nosotras. Al principio comprábamos en Intermón porque era a lo que podíamos llegar. Pero, ahora, recibimos piezas que son buenísimas, fuera de serie y muchísimos regalos. No obstante, siempre se hace alguna inversión. A veces por no gastar se pierde una pieza única", añade.

El nuevo museo que van a construir, y para el que necesitan donativos, será de una sola planta y acogerá otras piezas relacionadas con los nacimientos. "Tendrá unos 850 metros cuadrados y contará con servicios, una pequeña sala de conferencias y una biblioteca, porque Garayoa también nos regaló libros de todo el mundo sobre los belenes en diferentes idiomas y una colección mundial de álbumes de sellos con el nacimiento".

"También queremos disponer de un almacén para poder arreglar piezas deterioradas y una pequeña tienda para los productos de la tierra. Cuando la gente nos visita quiere llevarse un recuerdo, como las pastas que hacemos las monjas o miel de la zona. No será solo un lugar para nuestros artículos. Los visitantes podrán comprar cosas producidas en el entorno de Carrión".

"Cuando empezamos teníamos un museo de arte sacro, pero como los belenes han ido ocupando cada vez más sitio hemos retirado cosas. Había unas casullas de terciopelo del siglo XVII que están guardadas. No es que las hayamos retirado, es que no hay sitio para exponerlas", concluye.