Jueves, 10 de octubre de 2024

Religión en Libertad

Juan Pablo II y la revolución de la libertad: un documental muy premiado

«Liberando un continente»: el liderazgo del hombre que sacó a 400 millones de europeos del comunismo

Juan Pablo II proclamó a los polacos y sus vecinos que eran un pueblo cristiano... y eso llevó a la caída del comunismo
Juan Pablo II proclamó a los polacos y sus vecinos que eran un pueblo cristiano... y eso llevó a la caída del comunismo

Pablo J. Ginés/ReL

La Unión Soviética era un imperio materialista, tiránico,  militarista e ineficaz que en los años 80 aún parecía que iba a durar para siempre, con control directo sobre 270 millones de personas e influencia completa sobre otros 130 millones de europeos orientales, el Bloque del Este. Con China y otros países asiáticos o africanos, el comunismo inspiraba un tercio del planeta

Cuando Karol Wojtyla -futuro Juan Pablo II- fue nombrado obispo auxiliar de Cracovia en 1958, las autoridades comunistas pensaban que era un intelectual inofensivo. La realidad es que Wojtyla y el cardenal Wyszinski trabajaron por crear una cultura distinta a la comunista y una red de relaciones humanas (y humanizantes) distintas. 

Lo que ofrecía Juan Pablo II: libertad
Como obispo, intelectual y antiguo obrero de fábrica, Wojtyla supo unir a obreros e intelectuales haciéndoles trabajar juntos con una promesa: libertad. Ya al trabajar con jóvenes los había llevado a la naturaleza para que pudieran sentir esa libertad, la de no ser vigilados y espiados. Al levantar contra viento y marea una iglesia en Nowa Hutta, una ciudad nueva que debía ser un paraíso comunista, sin Dios, mostró su capacidad inspiradora.

Cuando en 1978 fue elegido Papa, en Moscú y en otras instancias comunistas hubo líderes que se preocuparon, con razón. Trece años después el Bloque del Este y la misma Unión Soviética habían colapsado.   

Un documental vivo de la historia reciente
Esta es la historia que cuenta el documental "Liberando un continente" (www.liberandouncontinente.com), una visita apasionante a la historia recente de Europa, que empieza con la Revolución Rusa y la Segunda Guerra Mundial, se detiene en la Polonia de la que nace el Papa, salta después a la lucha por la libertad en los distintos países de Europa Oriental y finaliza enlazando con el deseo actual en Ucrania de acercarse más a Europa y escapar de la influencia de la política pro-rusa. El hilo conductor es Juan Pablo II y sus proclamas de verdad y de libertad



Los católicos verán la Providencia en una serie de hechos que liberaron a 400 millones de personas prácticamente sin violencia. Pero un espectador ateo o agnóstico interesado en la historia puede ver el documental sin sentir que le presentan cosas sobrenaturales. No es un documental piadoso, sino histórico, que recoge además entrevistas a numerosos testigos de los hechos, como el cardenal de Praga Miloslav Vlk, el ex-presidente lituano Vytautas Landsbergis, el cardenal de Cracovia Dziwisz, el ya difunto portavoz vaticano Joaquín Navarro-Valls, varios asesores de seguridad de EEUU de la era Reagan e historiadores y periodistas que cubrieron la época. 

Los gestos que la TV transmitía a color
La voz de Juan Pablo II retumbaba con fuerza de actor de teatro en la radio, pero además dominaba los silencios y los gestos transmitidos por un nuevo medio:  la televisión a color. No era tanto lo que él decía (que tenía dobles y triples sentidos) sino las sensaciones que transmitían las imágenes.

En su primer viaje a Polonia, en 1979, la clave estaba en cómo la gente, una multitud inmensa, cantaba, en un país comunista: "Queremos a Dios, Él es nuestro Rey". Todo un desafía al imperio materialista y totalizante. 



En ese viaje el Papa no habló de economía, habló de buscar la verdad e insinuaba, de mil formas: "vosotros no sois quienes dicen que sois, sois un pueblo antiguo, de gran cultura y raíces, de cultura católica". Dos años después, en 1981, publicaba una encíclica sobre el trabajo, Laborem Exercens, con un lema que rompía el discurso de las dinámicas economicistas: "Cristo tiene la respuesta sobre el trabajo". 

Otra escena muy visual se da cuando el general Jaruzelsky, que tiene a toda Polonia bajo su bota de la ley marcial, recibe a Juan Pablo II... todos vieron a Jaruzelsky tembloroso y nervioso, y al Papa como una figura imponente y profética. Sucedió en 1983, aún faltaban dos años para que Gobachov subiera a lo más alto en la URSS... pero ya se veía quién ejercía auténtico liderazgo en Polonia.

Buen ritmo y muchos premios
El documental es ágil e informativo, con ritmo y dinámica épica, bueno para espectadores de todo tipo. Ha ganado numerosos premios de documentalismo. Se ha producido con dinero de los Caballeros de Colón, una gran red cientos de miles de laicos católicos en EEUU (que pagan cuotas que incluyen seguros). Su director, Carl Anderson, presenta la película como "una apuesta por la libertad, que es siempre en su corazón un reto moral y personal, también en nuestros días"

Symon Czysek, productor de la película, explica: "Hoy buscamos también personas como Juan Pablo II, que con su liderazgo inspiren al mundo. En su caso, la clave era su oración, su escucha de Dios. Es patrón y modelo para los Caballeros de Colón. Él enseñó que la cultura es importante para transformar el mundo". 

Una cosa es segura: quien vea este documental quedará inspirado por el Papa y por los millones de europeos que salieron a las calles y, sin violencia, clamaron por una Europa libre, que derribara el Muro de Berlín y sus engaños. Es una película emocionante, épica y espiritual. Los 80 fueron una gran época.

Más información en: www.liberandouncontinente.com



Población bajo el yugo comunista en Europa Oriental hacia en 1985
Albania 3 millones
Bulgaria 9 millones
Checoslovaquia 15,5 millones
Hungría 10,6 millones
Alemania Oriental 16,7 millones
Polonia 37 millones
Rumanía 22,7 millones
Yugoslavia 23,3 millones
La URSS (incluyendo países bálticos) 272 millones
TOTAL: 409 millones de personas



CRONOLOGÍA: pasos hacia la caída del imperio comunista

1978: Karol Wojtyla, un polaco, es elegido Papa Juan Pablo II

1979: en junio, en la Plaza de la Victoria de Varsovia, de forma pública y solemne Juan Pablo II pide a Dios que “envíe su Espíritu y renueve la faz de la tierra”, añadiendo después de una pausa dramática: “la faz de esta tierra”. "Era un poderoso indicador de que en última instancia Dios era soberano y no el régimen comunista", señala el documental. La gente cantaba: "Queremos a Dios, Él es nuestro Rey".

1980: De unas huelgas nace el sindicato independiente Solidaridad, que el gobierno polaco acepta a regañadientes. Se comprueba lo que el Papa predicó: el Partido no puede controlarlo todo. 

1981: en enero, Juan Pablo II recibe en el Vaticano a Lech Walesa, líder fundador de Solidaridad. Escenifica visualmente su apoyo. Al pasar los meses, Solidaridad sumará a 10 millones de militantes y pedirá elecciones libres.

1981: el 13 de mayo, Alí Agca dispara al Papa y lo hiere. Queda claro que hay poderes comunistas que lo ven como un peligro.  Él atribuye su supervivencia a la Virgen de Fátima, cuya fiesta celebraba ese día. 

1981: en diciembre el nuevo líder de la Polonia comunista, el general Jaruzelsky, decreta la Ley Marcial y encarcelará 11 meses a Walesa. 

1983: Juan Pablo II vuelve a visitar Polonia y eso da vida nueva a Solidaridad, que estaba muy debilitada. En julio se levanta la ley marcial y se amnistía a muchos detenidos. 

1984: En Octubre la policía secreta polaca asesina al sacerdote Jerzy Popieluszko. 250.000 polacos acuden a su funeral. 

1985: en marzo llega al liderazgo de la URSS Mijail Gorbachov. En julio en Checoslovaquia el Papa reúne masas. Es la primera gran movilización ajena al sistema. 

1987: en junio el Papa visita los astilleros de Gdansk en Polonia; muchos entienden que el régimen es débil al permitirlo. 

1988: huelgas en Polonia llevan a la re-legalización de Solidaridad. 

1989: Todo cambia. Solidaridad gana las elecciones en Polonia. Gorbachov anuncia que la URSS no interferirá. En agosto 2 millones de estonios, lituanos y letones se unen en una cadena de 400 kilómetros pidiendo libertad. En septiembre Hungría abre la frontera con Austria. En octubre se llena de manifestaciones la Alemania oriental. El 9 de noviembre cae el Muro de Berlín. Al día siguiente, cae el dictador búlgaro Zhivkov. Dos días después es canonizada la princesa checa Santa Inés, ceremonia que -se profetizó- llevaría a un milagro: será la democracia en el país (Revolución de Terciopelo del 17 al 20 de ese mes). El 2 de diciembre el Papa (que sabe ruso) recibe a Gorbachov en Roma. 

1990: Independencia de los países bálticos. Elecciones libres en Hungría y Bulgaria. 

1991: Gorbachov dimite y declara el final de la Unión Soviética.
 
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