«Nos dimos cuenta del desconocimiento que tenemos de las redes», dicen los padres tras ver la serie
«Adolescencia» llega al top 4 global y empieza a emitirse en parroquias: «Debería hacerse mucho más»

El fenómeno global "Adolescencia" arroja una realidad y un llamado a los padres, y parroquias como Santa Rita creen que no puede ignorarse.
Pasan las semanas y los nuevos estrenos de Netflix no logran hacer sombra al éxito mundial de Adolescencia. Si el pasado 4 de abril informábamos de que la serie rozaba los 100 millones de visualizaciones, solo una semana después ha ascendido del puesto 9º al 4º en el ranking de series más populares en inglés, superado los 114 millones de “vistos” y ya es la cuarta semana que lidera el ranking del top 10 en España. Solo en la última semana, cerca de 18 millones de personas han visto la serie.
El éxito e influencia de Adolescencia ha llevado a las escuelas secundarias de Reino Unido a proyectar la serie de forma masiva, con unas autoridades convencidas de su valor educativo. En Religión en Libertad ya hemos advertido de que no todo el mensaje de Adolescencia debe considerarse recomendable, pero cuenta con una crítica social de la que cada vez más familias e instituciones creen que pueden aprender.
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Es el caso de la parroquia Santa Rita de Madrid, que acaba de concluir la proyección con familias de una selección resumida de la serie en los que se aborda el oscuro y complejo trasfondo del crimen del que se acusa al adolescente Jamie Miller.
Si se puede decir algo que la serie deja claro -y sin spoiler- es que los padres no solo desconocen lo que pasa en las redes y smartphones de sus hijos, sino que esto también puede tener oscuras consecuencias en su interior.
Ser conscientes de ello es lo que más han valorado integrantes de Encuentro Matrimonial de la parroquia de Santa Rita como Mónica y su marido, padres de dos hijas adolescentes a quienes la película “hizo reflexionar mucho”, llevándose a sus hogares la convicción de “la importancia de un diálogo positivo en casa, que se sientan comprendidos, y de tener charlas serias no tanto de control o reprimenda, sino para establecer más conexión con ellos”.
Parte de las soluciones planteadas por fray Alfonso, de la parroquia, pasan por una mayor cercanía -y no tanto más tiempo- entre padres e hijos. “Pensábamos que nos gustaría tener más tiempo libre para estar con ellos, pero él nos habló de tiempo de calidad, de confianza, de cenar juntos, de estar enterados de lo que hacen, con quién van, qué dinero tienen, dónde se mueven… Ser unos padres cercanos”, cuenta Mónica.
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Otra conclusión surgida del coloquio en la parroquia fue que la pornografía ya no es el único o principal peligro del móvil para los hijos, pues muchos padres fueron conscientes del “desconocimiento que tenemos” también de lo que sucede en las redes o de cómo funcionan.
Por ejemplo, que los niños y jóvenes utilizan el sistema de envío temporal de fotos para pegar el texto que quieren transmitir y que no quede rastro. O cómo utilizan los emoticonos cuando quieren hablar de sexo, drogas, violencia, incel o autolesiones. “Qué cantidad de iconos con su significado que desconocíamos…”.
La madre considera ahora que “deberían hacer en muchos sitios más” lo que ella y su marido han vivido en la parroquia de Santa Rita, pues hacerlo con una visión cristiana permite no solo conocer lo “dramático”, sino también “sacar siempre algo en positivo”.
Y una de esas conclusiones debe ser la importancia de potenciar la relación de padres e hijos. “Que sepan que en papá y mamá tienen ayuda, y para esto ellos tendrán que preguntar y saber qué es lo que le duele a mi adolescente, porque si somos capaces de saberlo, les vamos a poder ayudar mejor. Es interesante ver que las heridas de los adolescentes son las heridas de la sociedad, que se les están transmitiendo”.
Se incidió, por último, en la colaboración conjunta entre padres y parroquia y así “no alarmar, sino ser bálsamo; que podamos juntos ser ese bálsamo para las heridas que la sociedad va transmitiendo a los hijos”.