Además de farmacéutica y geóloga pionera, era católica ferviente; la tantearon desde el Opus Dei y las teresianas
Josefina Pérez Mateos, católica y la primera científica profesional de la Geología en España

Josefina Pérez Mateos en el Instituto de Edafología del CSIC, pionera de la Geología científica en España
Este 2025 se cumplen 80 años desde que apareciera en el panorama científico español la figura del científico profesional. Esto sucedió cuando se produjo por primera vez una oferta de plazas de "Colaborador Científico" en el CSIC, es decir, científicos con sueldo para investigar pero sin carga docente.
La geóloga Josefina Pérez Mateos forma parte de "las dieciséis primeras científicas del CSIC', reseñadas todas por el CSIC en su libro de 1956 Colaboradores e investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
Son también las dieciséis primeras mujeres científicas profesionales de la historia de España. Todas las cuales ganaron su condición accediendo mediante duro y exigente proceso de concurso-oposición, en una época en la que el ambiente social era extremadamente católico, durante el franquismo.
Se suele decir que en ese período la Iglesia y la sociedad promovían que la mujer se dedicara sólo y exclusivamente al hogar. Pero la realidad es que esa fue la época en la que las mujeres se incorporaron a la actividad científica profesional sin carga docente. Y muchas de ellas eran católicas sinceras y devotas. De las 16 "primeras científicas", al menos 9 lo eran (lo repasamos al final de este artículo).
Josefina Pérez Mateos, pionera de la Geología en España, es mencionada en muchos estudios biográficos. En ninguno de ellos se menciona su faceta espiritual.
Es algo que sucede con muchos textos acerca de científicos contemporáneos españoles: un mecanismo de poda sistemática de su religiosidad. Para conocer su religiosidad, basta con interesarse un poco por el tema, bien en sus escritos, bien a través de testimonios.
No se conocen hasta la fecha escritos de Josefina en los que declare sus convicciones religiosas, pero sí hay familiares y compañeras suyas de trabajo que han sido entrevistados para la escritura de este artículo y que no dudan en afirmar su profunda religiosidad católica. Nunca la utilizó para aprovecharse socialmente, pero tampoco la escondió.
La biografía de Josefina Pérez Mateos más relevante, de la que en cierto modo beben todas las demás, se publicó en 2023, en la revista de la Sociedad geológica de España, titulada Entre rocas y remedios: Josefina Pérez Mateos (1904-1994), pionera de la Geología en España (aquí). No se hace mención alguna a su condición de católica practicante, y sí se ensalzan detalladamente sus logros profesionales. Fue, de hecho, la primera mujer científica profesional de la historia de España dedicada a las Ciencias Naturales.
"Le propusieron entrar en las teresianas, el Opus Dei..."
¿Quién dice que fue una católica practicante? Sus compañeros y compañeras de trabajo del CSIC que todavía viven me lo han indicado a mí personalmente al ser entrevistados.
"Muy creyente, muy creyente. Le propusieron pertenecer a las teresianas, al Opus Dei… pero ella quiso practicar su fe en la Iglesia Católica sin adscribirse a ninguna realidad eclesial de las entonces existentes en España", explica su sobrina Margarita Pérez Peñasco, que a punto de cumplir 89 años accedió a ser entrevistada al respecto.
Margarita Pérez Peñasco fue Auxiliar de Investigación del CSIC. Expresa una admiración profunda hacia el nivel científico que su tía alcanzó, compaginándolo además con el ejercicio de la profesión farmacéutica. Y añade sobre ella: "Fue una hija ejemplar y una hermana ejemplar, cuidando de todos y desviviéndose por los suyos". Josefina no llegó a casarse.
Familia de militares
Josefina Pérez Mateos nació en Ciudad Rodrigo (Salamanca) en 1902. Su padre era militar, y su madre también era de familia de militares. Hay un discurso historiográfico ateo que no se siente cómodo con las mujeres católicas hijas de militares que resultan ser científicas notables y pioneras.
Sus estudios de bachillerato y universitarios los realizó en Madrid, donde la familia se había trasladado. Se licenció en Farmacia en 1928 en la Universidad Central, se colegió en 1929 y abrió farmacia en la capital de España. Enseguida se lanzó a estudiar una segunda licenciatura, en Ciencias Naturales, que obtuvo en 1934. Empezó a trabajar en su doctorado, que interrumpió al iniciarse la Guerra Civil.

Josefina Pérez Mateos en fotografías del Colegio de Farmacéuticos, la primera al entrar en 1929
Profesora de Geología en la universidad... y farmacéutica
Tras la guerra fue profesora de Geología en la Universidad Central de 1939 a 1946 y profesora de Agricultura en el Instituto Lope de Vega de 1939 a 1943. Compatibilizaba ambas cosas con su trabajo en la farmacia y el doctorado que consiguió en 1943, con la tesis titulada ‘Investigación del color en la turmalina’, que pronto se publicaría en revistas especializadas.
Su buen hacer pronto la llevó a ser miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, desde septiembre de 1940 en realidad, en concreto a la Sección de Mineralogía del Instituto José de Acosta (llamado así por el eminente jesuita español, científico y explorador del siglo XVI). Era conservadora de colecciones, en la todavía hoy existente Colección de Mineralogía, en la que Josefina montó una colección de minerales mencionados en las Sagradas Escrituras.
Fue en 1946 cuando Josefina consiguió por estricto proceso de concurso oposición una plaza de Colaborador Científico, científico profesional sin carga docente y profesión que surgió en el católico CSIC en 1945, hace ahora 80 años (como explicamos aquí en ReL al presentar el caso de Pilar Aznar).
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Alfonso V. Carrascosa
Josefina se adscribió al Museo Nacional de Ciencias Naturales (de fundadores católicos devotos, como ya explicamos aquí), siendo la primera mujer científica profesional de la historia de España dedicada a las Ciencias Naturales.
No dejó del todo la farmacia, ya que en el verano de 1948, el Laboratorio Lagar comunicaría al Colegio de Farmacéuticos de Madrid que Josefina era contratada como directora técnica de sus instalaciones, ubicadas en Madrid, a cuyo frente no permanecería más que hasta el 6 de julio de 1949.
En 1948 se trasladó al Instituto de Edafología y Biología Vegetal fundado por el científico miembro del Opus Dei Jose Mª Albareda para asumir la dirección de la Sección de Petrografía Sedimentarias.
Primera mujer de España con cargo de "investigador científico"
El 15 de noviembre de ese año defendería su segunda tesis doctoral, esta vez en Farmacia, titulada ‘Las scheelitas españolas’. Durante todo este tiempo no dejó de publicar en revistas científicas especializadas sus hallazgos y descubrimientos. En 1949 ascendió a Investigador Científico, siendo la primera mujer en la historia de España que accedía a tal nivel de profesionalización científica, y en el trimestre del verano de 1952 trabajará en el Sediment-Petrographisches Institut [Instituto de Petrografía Sedimentaria] de la Universidad de Göttingen. Visitaría otras instituciones de prestigio en Alemania (como el Max Planck Gesselschaft, el Bodenkundliches Institut, el Mineralogisch-Petrographisches Institut) y traería a España nuevos métodos.
En 1952 publicaría un interesante estudio sobre los meteoritos caídos en España conservados en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, colección que hoy se puede ver todavía. Hizo otra estancia en el extranjero para aprender nuevas técnicas, a Francia esta vez. Fue nombrada jefa del Laboratorio de Petrografía Sedimentaria del Instituto de Edafología y Fisiología Vegetal en marzo de 1957.
En 1959 se llevó a cabo en Madrid la constitución de la Asociación Internacional de Mineralogía de la que Josefina fue socia fundadora. Estuvo al frente del Grupo Español de Sedimentología (1960-1968) que organizó el primer Curso de Sedimentología. Publicaría varios libros emblemáticos como ‘Análisis mineralógico de arenas: métodos de estudio’. Trabajó codo con codo con otros científicos españoles católicos como Vicente Aleixandre o el ya mencionado Jose Mª Albareda.
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Pese a su continuo trabajo como científica y no dejar de publicar sus resultados en revistas especializadas y libros, no abandonó la práctica profesional farmacéutica, estando al frente de su oficina de farmacia madrileña hasta los inicios de marzo de 1965, en que la traspasó.
En 1968 pasó a ser Jefe de la Sección de Mineralogía de Suelos en el Instituto de Edafología y Agrobiología del CSIC. En los inicios de abril de 1971, cumplidos los 66 años, obtuvo la máxima categoría de científico profesional de la historia de España, que aún existe en nuestros días: Profesor de Investigación del CSIC, culmen de la todavía vigente carrera científica del CSIC. Recordemos que el CSIC es la mayor organización dedicada a la ciencia en España: ya contamos aquí sus orígenes católicos.
En 1972, próxima a su jubilación, describía su trayectoria investigadora en un reportaje publicado en la revista Arbor en la que dijo: ‘Mi tarea investigadora está centrada en el estudio mineralógico de suelos y sedimentos en general, y en el estudio de materiales arenosos considerados materias primas para la industria’. A finales de 1974, y tras cumplir los setenta años, se jubiló, permaneciendo vinculada al Colegio de Farmacéuticos de Madrid, publicando y dando cursos. En 1975 recibió la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio. Perteneció entre otras sociedades científicas a la Real Sociedad Española de Historia Natural, a la Sociedad Española de Ciencia del Suelo, a la Academia de Doctores, etc.
En la fotografía bajo estas líneas la vemos sentada. A derecha está Josefina Benayas Casares, otra licenciada en Farmacia que pasó luego a trabajar también en Geología, a quien Josefina Pérez Mateos dirigió la tesis (hablamos de ella aquí). A su izquierda está Pilar Arévalo Carretero, doctora en Ciencias Químicas que se dedicó a la Mineralogía.

Josefina Pérez Mateos, pionera de la Geología, sentada entre Pilar Arévalo y Josefina Benayas, dedicadas a la mineralogía en el CSIC
Josefina Pérez Mateos falleció en Madrid en la primavera de 1994, cumplidos los 99 años, a consecuencia de un infarto agudo de miocardio. Fue enterrada en la Sacramental de Santa María.
De las 16 "primeras científicas" del CSIC, más de la mitad eran católicas practicantes
Después de investigar la figura de Josefina Pérez Mateos llegamos a la conclusión de que de "las dieciséis primeras científicas del CSIC" más de la mitad hemos conseguido demostrar que eran científicas creyentes, católicas practicantes.
Fueron católicas practicantes al menos estas "pioneras" científicas de España:
- la filóloga y etnógrafa Concepción Casado Lobato;
- Antonia María Medina Ortega, experta en Bioquímica Vegetal
- Pilar Aznar, microbióloga devota del Cristo de Medinaceli (lo contamos aquí),
- Julia Mª González de la Peña, gran pionera en microscopía electrónica (lo contamos aquí) ,
- Maria Domínguez Astudillo, experta en radiobiología, la primera teresiana científica del CSIC (hablamos de ella aquí),
- María Josefa Molera Mayo, pionera de la cromatografía española, especialmente de gases (la presentamos aquí en ReL),
- Olga García Riquelme, investigadora de los espectros atómicos, en el Instituto Daza de Valdés,
- María Teresa Vigón Sánchez, directora de Fotografía y Fotoquímica del Instituto Daza de Valdés... hasta que se hizo religiosa del Sagrado Corazón.
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Alfonso V. Carrascosa / ReL
Con esta línea de investigación sobre la espiritualidad de pioneras científicas de la España contemporánea no se deberían alzar voces desde el feminismo ateo contrarias a la verdad científica.
(Las opiniones recogidas en el presente artículo no tienen por qué coincidir con las oficiales de la institución en la que el autor desarrolla su actividad profesional como investigador del MNCN-CSIC).