Europa católica despierta, nuestros hermanos en África arden

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Hoy quiero hacer un breve blog, para condensar en pocas palabras lo que veo y lo que a veces sufro de otros hermanos nuestros en la Iglesia.
Estos días estoy escuchando noticias muy tristes de guerras, mucha destrucción, mucho sufrimiento, mucho dolor y mucha muerte. Pero también, aunque no sean muy difundidas en los medios, veo noticias de persecución, por el simple hecho de creer en Jesús.
Nuestros hermanos de África arden vivos por su fe. Creo que en Europa, y desde mi misma ciudad les estamos dando la espalda. África nos necesita para una ayuda material. A veces pensamos que es solo dar un donativo, pero sería bueno valorar cuanta comida tiramos a la basura, y cuanto también nos dejamos llevar por el gusto personal de solo comer cosas exquisitas. De la misma manera nuestros hermanos de África desean una buena formación y nosotros despreciamos los estudios por muy sencillos que sean.
Pero en cuestión de fe, las cosas cambian. Nuestros hermanos de África nos están dando una buena lección de entrega de la vida, hasta la muerte. Mientras nosotros nos pasamos algo de la vida, debatiendo si una persona me ha quitado el sitio en la parroquia, ellos rezan de modo constante al Señor exponiendo su existencia. Mientras nosotros nos quejamos de que la eucaristía no es a la hora que mejor me viene, ellos no dejan de celebrar la misa, aunque ello les cueste la vida. Mientras ellos hacen kilómetros para recibir el bautismo, nosotros nos tomamos el privilegio de dejar de lado los sacramentos. Mientras en sus comunidades renacen las vocaciones a la vida sacerdotal y consagrada, nosotros nos quedamos sin vocaciones por no aceptar una entrega radical a Cristo.
Nos estás dando nuestros hermanos de África una buena lección de la vivencia de la fe. Cuidemos de ellos, pidiendo por ellos en nuestras eucaristías, y facilitando en la medida que sea posible la reconstrucción de sus templos, para que puedan seguir dando gloria a Dios.
La experiencia nos lo dice que la sangre de mártires es semilla de cristianos.
Belén Sotos Rodríguez