Evangelizar es llevar la Voz de Cristo a quien la necesita

En el Evangelio de este domingo (Jn 10,27-30), Cristo nos dice "Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen". La Evangelización se centra en llevar la Voz de Cristo a todo aquel que necesita escucharla. Quién necesita la Voz de Cristo se unirá al redil. Quien se siente suficiente con sí mismo, seguirá su camino sin mirar. La Evangelización es la actividad externa principal de todo cristiano. Evangelizar nos da sentido y nos permite seguir las pisadas del Señor. Quedarnos en un nivel socio-cultura de la religión nunca nos llevará muy lejos.

El Papa León XIV ha puesto un fuerte énfasis en esta labor evangelizadora que todos. En la primera Misa Papa habló de la evangelización, señalando que la sociedad actual desprecia al Evangelio y quienes intentamos llevarlo con nosotros: «Son muchos los contextos en los que la fe cristiana se considera un absurdo, algo para personas débiles y poco inteligentes».

También nos ha señalado que en lugares en que la fe se rechaza, es importante que el Evangelio no se pierda. Indicó que es «la misión es más urgente». La razón de ello es evidente: «porque la falta de fe lleva a menudo consigo dramas como la pérdida del sentido de la vida, el olvido de la misericordia, la violación de la dignidad de la personas en sus formas más dramáticas, la crisis de la familia y tantas heridas más que acarrean no poco sufrimiento a nuestra sociedad».

El problema que todos nos planteamos es cómo llevar la Voz del Señor a estos lugares. Lugares que a veces encontramos hasta dentro de la propia Iglesia. No es nada sencillo porque si hablamos más de la cuenta de lo que Cristo nos legó, somos ignorados o despreciados. Las personas que pudieran estar interesadas, se dan cuenta que la sociedad no acepta que Cristo sea el referente. También se dan cuenta que acercarse a Cristo conlleva esa indiferencia que hoy en día está asociada a la "tolerancia".

¿Podemos toma como ejemplo a Juan el Bautista? Él proclamaba en el desierto «¡Vuélvanse a Dios, porque el Reino de los Cielos está cerca!» (Jn 3, 2). ¿En el desierto? Ciertamente no es el mejor lugar para llevar la Voz de Dios, pero conseguía que otras personas le siguieran para escucharle. Quizás esa puede ser la forma de hacer presente la voz en dónde nos ignoran o nos rechazan: señalar el sinsentido de lo forma en que vivimos y mostrar que Cristo es el Logos que nos llena de sentido. Invitarles a que visiten los lugares en que pueden escuchar la Voz de Dios.

Tristemente, no hay muchos lugares dónde la Voz del Señor pueda escucharse sin se adecuada a ideologías y estéticas humanas. La misión que podemos tener en estos momento es la creación de estos espacios. Unos espacios que funcionen a modo de atrio. Ya Benedicto XVI propuso la creación del "Atrio de los Gentiles", pero no consiguió los fines que se esperaban. Como dice el Papa León XIV, el lugar puede ser dónde hay más resistencia a la fe. ¿Cómo hacerlo posible? El Espíritu Santo deberá darnos algunas ideas, porque no es una misión sencilla.