Religión en Libertad

Sin fe, no entienden nada

“Vivimos momentos en los que una ardilla puede cruzar España de norte a sur saltando de vaticanista en vaticanista“

Papa Francisco

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Estos días las redes sociales, las televisiones y las radios están colmadas de expertos de café y sofá hablando sobre la muerte del Papa y el próximo sucesor en la sede de Pedro. Opiniones huecas, la mayoría desde el desconocimiento. Vivimos momentos en los que una ardilla puede cruzar España de norte a sur saltando de vaticanista en vaticanista. Me consuela pensar que la próxima elección papal no depende de la opinión pública. Gracias a Dios.

El problema es que sin fe no se comprende de verdad la Iglesia, y se proyectan sobre ella los términos y categorías del mundo. Estos supuestos expertos de todo no entienden de nada. Reducen la elección del Papa a una especie de guerra entre lo que llaman liberales y conservadores. Su increencia les hace incapaces de comprender lo esencial.

La Iglesia no es una institución más, de las que nacen y se mueren según las épocas. No es tampoco una ideología política del partido oportunista de turno. En sus dos mil años ha sobrevivido a persecuciones, cismas, guerras internas y hasta Papas indignos, y aún así sigue en pie. ¿Nunca os habéis preguntado por qué? “Voy a destruir tu Iglesia”, dijo Napoleón al cardenal Ercole Consalvi, que fue Secretario de Estado y amigo fiel del Papa Pío VII. “¡No podrás, ni siquiera nosotros hemos podido hacerlo! Miles de ministros infieles y de fieles pecadores no han podido destruirla desde su interior, ¿cómo cree usted que lo va a hacer desde afuera?”, respondió el Cardenal. 

Es el Espíritu Santo el que nos guía pese a nuestro mal. Como un GPS que nos muestra la dirección correcta cuando nos perdemos, Dios una y otra vez reconduce nuestro camino y nos lleva adelante en la historia. Continuamente enseña y saca bien del mal interno y externo que nos golpea en cada época. Al Papa lo eligen cardenales. Ellos tienen también sus luchas y defectos. Para hacerlo buscan la guía del Espíritu Santo.

Muchos de estos expertos de nada hoy hablan de “favoritos” y “papables”, se pasan rellenando minutos teorizando sobre el “próximo giro progresista o conservador”. Creen saber pero no tienen ni idea. Los medios de comunicación y las redes sociales generan ruido pero el Espíritu Santo actúa de otra manera. La historia de la Iglesia la han hecho los Santos. Se ha escrito en silencio en monasterios. La han escrito mártires. Y a través de decisiones que el mundo ni entendía, ni aplaudía. Dios confunde a los que creen saber a través de los que en apariencia no saben nada.

La muerte de un Papa no es solo una noticia: es un momento de oración, de agradecimiento por su servicio y de espera confiada. No es ocasión para apuestas o teorías estúpidas. El peligro es que estos días se nos olvide la verdadera fe entre tanta pamplina y comentario vacío. ¿Quién será el próximo Papa? No lo sabemos. Rezamos para que quien venga será instrumento de Dios, no de nuestras apetencias ideológicas. Lo esencial es su fidelidad a Jesucristo y al deposito de la fe que la Iglesia ha recibido de Dios. Personalmente le pido a Dios que sea un hombre Santo. Ojalá sea un Buen Pastor que no huya cuando vengan los lobos. Que vendrán al día siguiente de que sea elegido. La Iglesia tiene heridas, pecados y errores. Nadie lo niega. Pero también tiene santos, sabiduría y una tradición que no se rinde ante el ruido del momento.

¿Te puedo dar un consejo? Pasa de esos que se pasan el día conjeturando ideológicamente lo que “debería” ser la Iglesia. Reza y ofrece para que el Espíritu Santo ilumine a los Cardenales. Y ten la mirada en el Cielo. Los “expertos” que hablen lo que quieran. La Iglesia no les pertenece. No la maneja el consenso. Es de Cristo. Y por eso sigue. Y seguirá.

Bendito sea Dios.

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