

por Manuel Morillo
En el partido progre de derechas, ahora en el gobierno la mayor parte de sus miembros destacados, y todos sus dirigentes de peso real, comparten los mismos contravalores que en el partido progre de izquierdas.
Discrepan en algunas cuestiones sobre administración o formas de gestionar el Sistema. No sobre el Sistema como tal (en sus vertientes económica y sobre todo filosófica)..
Y sobre todo discrepan en que bandería o clan debe okupar las prebendas de ese Sistema, pues en ello se juegan sus privilegios.
La prueba es que cuando un partido es tan hegemónico se divide en sectores enfrentados, no en función de posiciones ideológicas, sino de okupación del control del poder y sus derivados económicos (Todos nos acordamos de las peleas entre la Comunidad de Madrid y su ayuntamiento).
Sin embargo en el partido progre de derechas, muchos "bienpensantes" creen encontrar algunas excepciones a esa regla general, que hace que "personas de valores" lleguen a ocupar posiciones que se pueden considerar "importantes", como puede ser concejales, parlamentarios autonómicos, incluso diputados y senadores nacionales.
Así, con motivo de la nueva ley del aborto algunos diputados nacionales, autonómicos y forales se manifestaron como "provida". Muchos católicos quisieron ver unos "brotes verdes" en el partido centrorreformista y los citados políticos fueron ampliamente felicitados por su "valentía" y "ser consecuentes" con sus valores.
De la misma manera otros parlamentarios del citado partido progre de derechas hacen crítica de otros asuntos, como los estatutos de autonomía que rompen España, de las leyes penales que desamparan a los ciudadanos, del sistema educativo, etc...
Eso mismo ha ocurrido es diferentes votaciones, en la que ciertos diputados, rompiendo la disciplina del partido han votado "en conciencia" (curiosamente nunca sus votos son decisivos para cambiar la ley que siempre ha salido según lo establecido por la dirección).
Tanto unos como otros se ganan la simpatía de un gran sector del electorado cabreado con la linea oficial del partido que desprecia sus valores.
Esos mismos políticos, sin embargo, en vez de salirse de una organización que repetidamente legisla y administra en contra de los que se suponen son sus valores, permanecen en el partido que es causante o connivente de todas esas calamidades (aborto, sodomía, estatutos, etc..)
Y lo que es más extraño, tampoco esos políticos son purgados en sus organizaciones cuando votan en contra de la posición del partido.
Aunque, eso sí, a pesar de que algunos de los citados ocupen cargos de relumbrón, ninguno pinta nada a nivel real en el partido ni influyen en la linea política y de acción, ni en las propuestas legislativas.
La realidad es que esos diputados son peones para el funcionamiento del Sistema
Son los cómplices necesarios que necesitan los partidos progres de derecha para tener la "coartada de pluralidad" que disimulen las monolíticas y tiránicas estructuras partitocráticas del Sistema.
Y sirven para "justificar" el apoyo del "mal menor" del voto secuestrado de muchos ciudadanos descontentos.
Si no existieran esas personas muchos votantes, no podrían autoengañar [*] a su conciencia con el manido "voto útil", y, liberados, podrían votar partidos que realmente representasen sus valores facilitando el crecimiento de organizaciones alternativas de cosmovisión católica .
Lo mismo ocurre con ciertos comunicadores y programas de radio que critican las barbabaridades e inconsecuencias de los partidos y los políticos, incluso los que se suponen afines, sobre todo si éstas son inescondibles y por lo tanto los ciudadanos terminarían enterándose de las mismas.
De esa forma adquieren fama de independencia y se ganan la confianza de su audiencia. Así adquieren "fuerza moral":
"Yo, gran comunicador liberal / Yo, cadena de derechas / Yo, cadena católica , que te he denunciado y criticado duramente estas contradicciones, yo que te he dado argumentos e información, yo que soy tu "conciencia ciudadana" y azote de políticos corruptos, incluso "de los míos", yo, ahora te digo que, a pesar de todo esto, que he sido yo el que te lo ha advertido, ahora te digo que en esta ocasión es necesario votar al mal menor, ante el peligro que se nos viene".
Si hacemos memoria este es el argumento que repetidamente podemos comprobar que se ha lanzado desde ciertos medios de comunicación cuando vienen las elecciones, todas y cada una de las veces.
Estos diputados "coartada de pluralidad", como estos comunicadores "fustigadores" de los "complejos", no sólo no son "meritorios" sino que son los que tuercen la voluntad de un gran sector del electorado manteniendo un voto cautivo.
Y son en gran parte responsables de que se sostenga uno de los pilares que consolida el Sistema y sus frutos, y por ello conniventes, cuando no corresponsables, del mantenimiento de los males que se suponen denuncian: aborto, sodomía, corrupción, separatismo, explotación laboral, inseguridad ciudadana, etc...
Sin la complicidad de ambos, "diputados disidentes" (pero que permanecen en los partidos) y "comunicadores sin complejos" (pero que siempre terminan pidiendo el "voto útil") muchas personas se liberarían de su "síndrome de Estocolmo" y se decidirían a votar otras alternativas políticas mucho más afines con sus valores y principios vitales.
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