4 objeciones (respondidas) sobre la presencia del Papa en Twitter
Artículo tomado de Evangelidigitalización.
Comentando en otro blog la llegada del Papa aTwitter anotaba que se ha subrayado, a mi juicio excesivamente, el tema de la cantidad de followersque tiene el Santo Padre en los diferentes perfiles idiomáticos, como si eso fuera la noticia. Y subrayé que esos datos, aunque de interés, me parecen los menos relevantes sobre el arribo de Benedicto XVI a la famosa red de microblog (puede leerse El Papa y Twitter: este fue el primer mensaje de Benedicto XVI -mensaje original y video-).
Debo reconocer que, contrariamente a lo que se pudiera pensar, no he sido de los más entusiastas en torno a esta reciente iniciativa masmediática de la Santa Sede. Afortunadamente es un tema opinable sobre el que es lícito y legítimo discrepar.
Sistematizando mis discrepancias he dado con una traducción al castellano de un artículo del padre Antonio Spadaro, S.J., (el original puede verse en Risposta a 4 dubbi sulla presenza del Papa su Twitter) quien responde a cuatro objeciones que personas de buena voluntad nos hemos formulados sobre la conveniencia de que el Vicario de Cristo "esté" en Twitter. Debo decir que me dejan satisfecho y por eso las comparto.
Mantengo, sin embargo, una lamentación: que algunas de las personas implicadas en la colaboración laboral, supongo que remunerada, para que la presencia del Papa sea hoy una realidad estén paseando el hecho como un logro auto-adjudicado que tiene todos los aires de comprensible -pero no justificable- promoción de la propia empresa.
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Desde el momento en el que el Papa abrió su cuenta en Twitter se han producido reacciones de signo distinto y opuesto: unas de gran entusiasmo, otras de preocupación. En particular, se han planteado algunas dudas que es interesante afrontar porque nos permiten comprender mejor la decisión de Benedicto XVI de estar presente en el ambiente digital.
1. Los mensajes del Papa en Twitter corren el riesgo de ser banalizados porque se exponen al comentario estúpido y a los chistes irónicos.
Es verdad. En el momento en que uno se expone, se hace más vulnerable. Y cuanto más se expone, más lo es. Y sin embargo, el Evangelio se hizo para ser anunciado y por tanto para exponerse, como la semilla, a todo tipo de tierra. Conservándolo en un lugar seguro no podrá dar fruto. El Evangelio en el mundo a menudo es pisado y recibe burlas. La palabra del Papa es a menudo atacada, también por los medios de comunicación. Muy frecuentemente, además de reírse de él, se le malinterpreta. No es una novedad. Diría que al contrario, es siempre de esperar, en particular, justo cuando se pone en marcha una iniciativa como la presencia del Papa en una red social. En general, aun usando la prudencia cristiana, no puede ser éste, sin embargo, motivo para callar. Estamos ante una aventura fascinante y, precisamente por esto, arriesgada. En todo caso, la presencia del Papa sigue a la de muchos cristianos, la de muchos obispos, la de al menos 8 cardenale; Twitter es ya un medio de comunicación pastoral.
2. El mensaje en Twitter es fragmentado, está ligado a contextos de consumo rápido, falta el silencio. No se da el contexto adecuado para la reflexión.
La objeción parece sensata, pero no lo es tanto como parece. Y es el Papa mismo el que aclara este posible malentendido en su mensaje para la 46ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Escribe el Papa, de hecho: “hay que considerar con interés los diversos sitios, aplicaciones y redes sociales que pueden ayudar al hombre de hoy (…) a encontrar espacios de silencio, ocasiones de oración, meditación y de compartir la Palabra de Dios”. Sin citar ninguna plataforma o aplicación particular, el Papa seguía diciendo que “en la esencialidad de breves mensajes, a menudo no más extensos que un versículo bíblico, se pueden formular pensamientos profundos, si cada uno no descuida el cultivo de su propia interioridad”.