Beato Jordán de Sajonia, general dominico. 13 de febrero.

Nació cerca de Paderborn, entre 1185 y 1190, y desde niño era muy caritativo. Hizo un voto de jamás dejar pasar sin socorrerle a quien le pidiera limosna. Le mandaron a esudiar a París y, en una ocasión, pidiéndole un pobre algo para su necesidad y no teniendo que darle, le dio su cinturón para que lo vendiese y sacase algo. Acto seguido entró en una iglesia y se encontró con que el crucifijo del altar tenía puesto el cinturón que acababa de dar al pobre. Allí, en París, conoció al Beato Reginaldo de Orleáns (1 de febrero), quien le hizo saber de la nueva Orden de Predicadores. Conoció a Santo Domingo de Guzmán (8 de agosto; 24 de mayo, elevación y traslación de las reliquias; 15 de septiembre, Santo Domingo "in Soriano"), cuando este visitó la ciudad en 1219. El 12 de febrero de 1220, Miércoles de Cenizas, fue ordenado sacerdote y se presentó a Domingo: quería entrar en su familia recién fundada, pero ya establecida en Bolonia, París y otras ciudades de Francia, Alemania, Italia y España.

Llegó a ser General de la Orden y bajo su gobierno, esta floreció abundantemente, llegando hasta el último rincón de Europa. Fue un hombre de grandes virtudes y dotado para la predicación, la enseñanza y el gobierno. Fundó más de 400 conventos y dio entrada a la orden a más de 1000 jóvenes. Padeció la persecusión del demonio, que le propuso dejarlo en paz si dejaba de predicar, a lo que respondió Jordán predicando más fervorosamente e implorando la ayuda de la Virgen María. Compuso la corona mariana e instituyó la costumbre dominica de asperjar las celdas con agua bendita cada noche. Con su ejemplo ganó a San Alberto Magno (15 de noviembre) para la orden dominica. Los estudiantes lo amaban sinceramente, por su equilibrio entre justicia y misericordia. En una ocasión, uno le preguntó qué era mejor: la oración o el estudio de la Biblia. Él respondió con otra pregunta: "¿Qué es mejor, comer o beber? Tienes que hacer las dos cosas. Lo mismo sucede con la oración y el estudio de la Biblia", fue la respuesta. Escribió la primera historia de la Orden Dominica en su "Libellus de principiis Ordinis Praedicatorum", donde narra los comienzos de la orden y, claro, trata algo de la vida y traslación de las reliquias de Santo Domingo.

Una leyenda dice que en 1236, paseando con el hermano dominico sacristán del convento de Lausana, entre que hablaban de Dios, ante sus ojos, una comadreja apareció de pronto y más rápida aún, entró a su madriguera. El hermano se quedó embobado mirando allí y Jordán le preguntó: "¿Qué ves ahí, que tanto te llama la atención?" El fraile contestó: "Hay una hermosa criatura, tan blanca como la nieve". El santo, sonriendo, se inclinó hacia el agujero y dijo "Bueno, mi pobre criatura, sal, para que podamos verte". Inmediatamente el animal asomó el hocico, salió y se acercó a Jordán, dejándose acariciar por él largo rato, hasta que el santo le dijo: "Ya está, ahora vuelve a tu agujero, y alabemos al Señor que te hizo". Inmediatamente el animalejo desapareció en su madriguera.

En 1237, al regresar de una visita a los conventos de Tierra Santa, perdió la vida en un naufragio frente a la costa de Siria. Su cuerpo y el de los dos religiosos que le acompañaban aparecieron en la orilla del mar con cruces y cirios alrededor. Fue enterrado en la ciudad costera de San Juan de Acre. Fue beatificado por León XII en 1828.


Fuentes:
-"Sacro Diario Dominicano".  P. FRANCISCO VIDAL, O.P. Valencia, 1747.
-“Compendio histórico de las vidas de los Santos canonizados y beatificados del Sagrado Orden de Predicadores”. Fr. MANUEL AMADO, O.P. Madrid, 1829.