Más de mil fieles participaron este pasado domingo en la misa de beatificación de los 17 mártires de Laos en la catedral del Sagrado Corazón de Vientián. La celebración estaba prevista para las diez de la mañana, pero fue adelantada de una hora por motivos de seguridad. Cabe recordar que este país es un estado comunista donde la libertad está restringida.

Tal y como recoge AsiaNews, las autoridades del gobierno, vestidas con los trajes tradicionales, estaban sentadas en primeras filas. En la misa, presidida por el cardenal Orlando Quevedo (arzobispo de Cotabato, Filipinas), han participado dos cardenales, algunos obispos y numerosos sacerdotes.

Muchísimas personas siguieron la liturgia a través de una pantalla gigante preparada en las afueras del templo. El número de participantes fue grande, si se piensa que la comunidad católica representa apenas el 1% de la población de una población total de 7 millones de habitantes.


La homilía del cardenal Quevedo se inspiró en las palabras del Papa Francisco pronunciadas en el Angelus afirmando que los 17 mártires son héroes de la fe y que sus historias deben ser conocidas por las generaciones más jóvenes. El cardenal a todos los cristianos a celebrar la fiesta litúrgica de los mártires el 16 de diciembre.

Los 17 testigos de la fe fueron asesinados en Laos entre 1954 y 1970 por los milicianos comunistas del Pathet Lao. De ellos, seis eran de nacionalidad laosiana, mientras diez eran sacerdotes  de las Misiones Extranejeras de París y de la Congregación de los misioneros Oblatos de la Beata Virgen María Inmaculada (OMI).


La pequeña comunidad católica celebró por todo lo alto la beatificación de sus mártires

En esta lista de mártires beatificados aparecen también el padre Mario Borzaga (OMI) y el catequista Paolo Thoj. Ambos fueron asesinados por guerrilleros comunistas en 1960 cuando eran muy jóvenes.


Religión en Libertad ya contó la historia de estos dos últimos mártires. El padre Mario Borzaga se unió a los 20 años a la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada. El 24 de febrero 1957 fue ordenado sacerdote. Recibe la Obediencia para Laos el 2 de julio de 1957 y el 31 de octubre zarpó de Nápoles con el primer grupo de italianos Oblatos.  Mario, con sus 25 años, era el más joven de la expedición.

A finales de 1958 llega a la comunidad cristiana de la pequeña aldea Hmong de Kiucatiàm. Trabaja para formar a los catequistas, visita las familias, acoge y cura a los enfermos, que acuden a diario a su puerta. El domingo, 24 de abril de 1960, después de la misa, algunos Hmong van a su encuentro y le renuevan la solicitud para que viaje a su pueblo de Pha Xoua, que está a tres días de marcha.

Al día siguiente, lunes, el padre Mario se encamina acompañado por el catequista Pablo Thoj Xyooj, el otro mártir beatificado. De ese viaje ya no volverá. La investigación emprendida tras la desaparición no dará ninguna respuesta. Las evidencias recolectadas desde el principio, con las recibidas especialmente en los últimos meses, confirmó el asesinato de los dos a manos del Pathet Lao.

Sobre este joven catequista de 19 años, los testimonios lo describen como evangelizador celoso y servicial. Enseña bien y gracias a él, se obtienem muchas conversiones. Deja Na Vam por la Escuela de catequistas de Louang Prabang, donde permanece poco tiempo y regresó a la aldea. Lo encontramos en los últimos tres meses siguientes al lado del P. Mario, que habla de él a menudo en su "Diario".


En la misa estaban presentes algunos parientes de las víctimas y habitantes de las zonas donde trabajaban los misioneros oblatos (antes que fuesen expulsados por el gobierno en 1975). El padre Pasquale Castrilli, sacerdote oblato y escritor, participó en la misa: “Algunas personas fueron a saludar al padre Angelo Pelis, misionero que vivió en su propia piel la expulsión, que se conmovió mucho”.

En la parte final de la celebración, afirma el padre Castrilli “fueron significativas dos intervenciones de las autoridades del gobierno laosiano y la del nuncio apostólico en Bangkok, Monseñor Paul Tschang In Nam. Él invitó al gobierno a estrechar relaciones diplomáticas con la Santa Sede”.


Después de la misa, se realizó un almuerzo comunitario en una atmósfera de fiesta, con cantos y bailes tradicionales. Las autoridades permitieron el evento con la condición que se desarrollase al interior del terreno de la catedral. Prohibiendo salir del perímetro.

Puede saber más de los mártires de Laos beatificados en el artículo "Beatificación en el corazón del comunismo" publicado por Jorge López Teulón en su blog de ReL