Según uno de los últimos informes de la Conferencia Episcopal Española (CEE), las cifras de la Iglesia en España muestra unos claros signos de declive en cuanto a la recepción de algunos sacramentos como son las bodas y bautizos, mientras que se incrementan otros como las confirmaciones: en los últimos 13 años, los matrimonios católicos han caído 24 puntos porcentuales y los bautizos 17 sobre el total de nacimientos. 

En el caso de los matrimonios, la CEE refleja que si en el año 2000 superaban las 163.000 -la mayor cifra en el último cuarto de siglo-, 20 años después rozan los 30.000. El matrimonio está siendo además claramente sustituido por las bodas civiles: mientras que en 1999 se registraron más de 207.000 uniones de las cuales el 75% correspondía a matrimonios católicos, veinte años después se registraron un total de 160.000, siendo las sacramentales poco más del 20% frente a un 80% de bodas civiles.

En poco más de 20 años, las bodas civiles o la simple ausencia de compromisos han desplazado el número de matrimonios católicos a cifras residuales. 

Semejante descenso muestra el número de bautizos: entre 2009 y 2019, disminuyeron de los 314.000 a los 175.000 respectivamente, disminuyendo el porcentaje de bautizados entre ambas fechas del 65% del total de nacidos al 48%. En cuanto a las comuniones, más de 44.000 personas han dejado de recibir este sacramento en las mismas fechas.

Frente a estas dos drásticas reducciones, las confirmaciones experimentan una nueva primavera: los mismos datos CEE muestran que estas han aumentado un 28,4% en toda España desde 2007. 

Para algunas personalidades de la Iglesia, el motivo de este incremento en las confirmaciones se debe al esfuerzo de "acercamiento a los jóvenes y la escucha activa", según declara a El Mundo Santiago Ruiz Gómez, director de medios de comunicación de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño.

Otro de los factores que influyen en este incremento es la recuperación del antiguo orden de recepción de los sacramentos, comenzando con el bautismo y la confirmación y siguiendo con la comunión. Una práctica que habría sido celebrada por el Papa Francisco después de conocer esta nueva costumbre impulsada por el obispo de Fargo (EE.UU.) Samuel Aquila. 

Desde 2009, la diócesis de Alcalá con Mons. Reig Pla a la cabeza sigue el mismo orden en la recepción de los sacramentos. 

Según declaró entonces el director del secretariado de Catequesis de la Diócesis de Alcalá, Francisco Martínez, esta decisión persigue un "cambio de mentalidad" para "dar una primacía a la gracia. Un muchacho que tiene el Espíritu Santo primero con el bautismo y luego con la confirmación se acerca a la eucaristía para culminar su iniciación cristiana y es un cristiano completo", aseguró.

Martínez subrayó que "hacerlo así, evita que el sacramento de la confirmación se entienda como el sacramento de los perfectos o de los que después de un largo periodo de años en la catequesis parroquial han superado un montón de pruebas y, al final, de 40 que empiezan, terminan dos, que son como los héroes".

"Esto hay que cortarlo, porque el cristiano no tiene que hacer nada, simplemente dejarse asistir por la gracia y dejar actuar al Espíritu Santo, que dará sus frutos cuando quiera", subrayó.

Frente a la reducción de fieles que acuden al sacramento del bautismo, la primera comunión o el matrimonio, las confirmaciones y la unción de enfermos -este último potenciado por el Covid-19 y el envejecimiento poblacional- se mantienen en crecimiento.