Joe Biden firmó este viernes una orden ejecutiva para facilitar el acceso al aborto en todo el país, ante la cascada de legislación provida que está siendo aprobada por los estados tras la revocación de Roe vs Wade.

"Es el momento de restaurar los derechos que nos han sido arrebatados y de proteger a nuestra nación de una agenda extremista antitética a todo lo que creemos como estadounidenses", dijo el actual ocupante de la Casa Blanca en su peculiar interpretación de la sentencia Dobbs vs Jackson, que el pasado 24 de junio determinó que el aborto no es un derecho constitucional y deben ser los estados quienes lo regulen.

Biden firmó la orden flanqueado por la vicepresidenta Kamala Harris, el secretario de Sanidad, Xavier Becerra, y la fiscal general Lisa Monaco.

En sus disposiciones, ordena a su administración una coordinación de esfuerzos federales que incluyen clínicas móviles desplazadas hasta la frontera de los estados que protegen al no nacido, ayuda para facilitar los viajes para abortar, difusión de medicamentos abortivos, etc.

Asimismo, ordena al departamento de Justicia "hacer todo lo que esté en su mano para proteger a las mujeres que quieren hacer valer sus derechos" y, en los estados donde "las clínicas sigan abiertas", "protegerlas de la intimidación", en una velada amenaza a los grupos provida que ofrecen alternativas a las madres o rezan a las puertas de los abortorios.

Para Biden, promover de esta forma el aborto es "esencial para la justicia y para la igualdad y para nuestra salud, nuestra seguridad y nuestro progreso como nación", ante una sentencia que considera "horrible" y "extrema". 

"La práctica de la medicina no debería congelarse en el siglo XIX", añadió Biden en una afirmación sorprendente, dado que son las técnicas del siglo XX las que han permitido determinar con absoluta certeza la humanidad del embrión desde el momento de su concepción, así como su desarrollo e incluso su respuesta de sufrimiento al aborto.

Según Biden, el Tribunal Supremo "está fuera de control y actúa en connivencia con elementos extremistas del partido Republicano para quitarnos libertades y autonomía personal". Es la constatación de que los tres nombramientos de jueces realizados por Donald Trump durante su mandato han conformado en el Tribunal Supremo una mayoría sólida y duradera ajena al activismo judicial y afín a una interpretación originalista de la Constitución.

Muy distinta es la única juez que ha designado Biden, Ketanji Brown Jackson. A la pregunta durante las audiencias en el Senado sobre cuándo comienza la vida humana, respondió "No lo sé", y a la petición de que definiese la palabra mujer, respondió "No puedo, no soy bióloga".