Los obispos de México y Estados Unidos en la zona fronteriza, en un comunicado conjunto, hicieron un llamamiento a las autoridades migratorias de ambos países a respetar los derechos humanos de los migrantes y en especial los de los niños. En el documento, los purpurados de las diócesis fronterizas reconocen que los países tienen derecho a mantener sus fronteras, pero pidieron soluciones humanitarias ante la migración, explica el semanario de la archidiócesis de México, Desde la fe.

Todas las naciones comparten la responsabilidad de preservar la vida humana y proporcionar una inmigración segura, ordenada y humana, incluido el derecho de asilo”, explican los obispos, “por eso renovamos un llamado a nuestros gobiernos, a los líderes políticos y a la sociedad civil para que trabajen juntos a fin de acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes de acuerdo con su dignidad intrínseca, y a trabajar con otros países para eliminar las causas que obligan a una migración peligrosa e irregular, procurando soluciones a largo plazo”.

Los obispos fronterizos se refirieron especialmente al tema de los niños migrantes no acompañados, un fenómeno que ha crecido de forma importante en las últimas semanas. “Insistimos fuertemente que se implementen estructuras y haya reformas en nuestras leyes para promover una cultura acogedora para los migrantes, respetando al mismo tiempo la soberanía y la seguridad en nuestros países”.  

 

Esta semana fue difundido un vídeo en distintos medios de comunicación y redes sociales, que muestra a dos niñas siendo arrojadas por traficantes por el muro fronterizo, desde una altura de más de cuatro metros.

De acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, tan sólo en marzo de 2021 cruzaron la frontera más de 15.000 menores no acompañados y, a final de año, la cifra total podría ser de 184.000.

“Pedimos que se dé especial atención a las poblaciones particularmente vulnerables, como los niños”, agregaron los obispos.