El 12 de abril de 1961 la agencia oficial soviética Tass anunciaba al mundo -una hora después del despegue de la cápsula Vostok 1 desde el cosmódromo de Baikonur (en el actual Kazajistán)- que la URSS era el primer país que lograba colocar un ser humano en el espacio: Yuri Gagarin.

Él demostró, en persona, que un humano podía comer, beber y moverse en el espacio. Gagarin, el hombre "que más cerca había estado de las estrellas" aterrizó sano y salvo en Siberia, tras una hora y 48 minutos de viaje.

En sus memorias, Gagarin recordaría que, sobrevolando el Atlántico, pensó en su madre, que no sabía nada del secretísimo proyecto. Gagarin se convirtió en héroe nacional. Se le dedicaron películas, canciones, monumentos e incluso una plaza en Moscú, y todos los niños rusos querían ser cosmonautas.

Era fotogénico, simpático, campechano y la mejor imagen que la URSS podía dar al mundo. Y es que él era realmente así.

En ese momento empezó a circular un bulo, que aún hoy uno encuentra replicado y citado en webs ateas o anticlericales en general, impertérritas a la evidencia. Se supone que Yuri Gagarin habría dicho, con tono irónico, “Estoy en el cielo y no he visto a Dios por ningún sitio”, o algo similar.



"No veo a Dios", con templos a sus pies... cartel de propaganda atea soviética... pero él nunca lo dijo



El mismo bulo, 50 años después, en el clásico formato meme de Internet en blanco y negro sin citar fuente

Lo cierto es Gagarin nunca dijo tal cosa.

Él había sido bautizado ortodoxo, su madre era muy religiosa, él era muy respetuoso con la fe en una época en que eso no se valoraba y de hecho parece que bautizó a su hija Yelena poco antes de subirse a su nave.

La fe de un hombre se comprueba en sus últimos momentos, su cercanía a la muerte. En el caso de Gagarin es difícil comprobarlo: murió el 27 de marzo de 1968, cuando el ´Mig15´ a reacción que pilotaba, se estrelló al noroeste de la capital, hundiéndose seis metros en la tierra. Quizá tuvo un último momento para encomendarse al Señor de los Cielos que él apenas había empezado a vislumbrar.

La fe cristiana de Yuri Gagarin

Wikipedia en inglés da más datos sobre la fe de Gagarin. “Algunas fuentes han dicho que Gagarin comentó durante el vuelo: No veo a ningún Dios aquí arriba". Sin embargo, esas palabras no aparecen en el registro verbatim de sus conversaciones con la base en tierra. En una entrevista en 2006 un amigo de Gagarin, el coronel Valentín Petrov aseguró que el cosmonauta nunca dijo esas palabras y que la cita se originó en un discurso del Secretario General del Partido Comunista, Nikita Jruschev, que fue él quien en un discurso antirreligioso en un pleno del Comité Central de la Unión Soviética dijo: "Gagarin voló al espacio, pero no vio ningún Dios allí".

Wikipedia cita a Petrov quien asegura que Gagarin fue bautizado de niño.

Cita también un artículo de la revista ortodoxa rusa Foma que en 2011 asegura que según el rector de la parroquia ortodoxa de Zvyozdny Gorodok “Gagarin bautizó a su hija mayor, Yelena, poco antes de su vuelo espacial, y su familia celebraba Navidad, Pascua y tenía iconos en casa".

Así, el super-hombre soviético, el icono de la ciencia todopoderosa, era un hijo de la Iglesia, miembro de una familia cristiana, y nada cínico con Dios. 



Valentín Petrov en la academia espiritual de Moscú en 2012

ReligiónEnLibertad ha traducido de Pravoslavie58region.ru más detalles sobre las declaraciones del coronel Valentín Petrov, amigo íntimo de Gagarin, doctor en filosofía y hoy profesor en la Academia Militar del Aire que lleva el nombre del cosmonauta.

Petrov habló de la fe de Gagarin en una entrevista en el portal Interfax-Religion  y también en otros encuentros, como en la Academia Espiritual de Moscú [ortodoxa] en octubre de 2012, de donde tomamos las fotos.

Yuri Gagarin fue bautizado ortodoxo y, por lo que yo sé, era creyente. Para mí, quedará inolvidable nuestro viaje común al monasterio de San Sergio en 1964, justo cuando Gagarin cumplió 30 años. Él, muy abierto, me preguntó directamente si había estado en aquel monasterio. Al recibir la respuesta afirmativa, me propuso ir otra vez, y así lo hicimos aquella misma tarde, cambiándonos de uniforme a ropa civil. Desde luego, era una tontería, porque a Gagarin, vistiera lo que vistiera, le reconocían todos. Cuando llegamos al monasterio, una muchedumbre nos rodeó pidiéndole autógrafos. Ni siquiera había terminado la liturgia, pero todos, al saber que Gagarin estaba allí, se apresuraron a rodearlo. Es que su popularidad era enorme, y Yuri no sabía decirle no a nadie”, recuerda el coronel Petrov.

“En el monasterio nos propusieron visitar el TsAK. Con asombro, contestamos: “Ya hemos estado muchas veces en el TsAGI” (nos referíamos a nuestro Instituto Central de Aerohidrodinámica”. Pero resultó que se referían al Gabinete eclesiástico-arqueológico de la Academia espiritual de Moscú ubicado en el monasterio de San Sergio”.

[Aquí, web y fotos de esta institución que Petrov volvió a visitar en 2012: http://www.mpda.ru/cak/news/text/1196067.html ]



El coronel Petrov enseña fotos de su época con Gagarin

“Desde luego que quisimos visitarlo, y allí pasó una cosa extraordinaria. Cuando nos acercamos a una maqueta del templo de San Salvador [volado por los bolcheviques en 1931], Yuri miró por dentro de la maqueta y me dijo: “Valentín, mira qué belleza ha sido destruida…” Y estuvo largo rato mirándolo. Cuando volvíamos en coche del monasterio a Moscú, la impresión de lo visto era muy fuerte, y estábamos como hipnotizados e ensimismados”.

“Y de repente Yuri dijo: ‘Valentín, piensa bien, qué palabras tan especiales: “…que estás en el Cielo” (dicho en eslavo eclesiástico, como se reza). Yo puse ojos como platos: “Yuri, ¿es que conoces las oraciones?” Y él contestaba: “¿Te creías que sólo tú las conoces? Bueno, sí que sabes callar…

“Es que era el año 1964, y Jruchev se jactaba de que pronto 'nos mostraría por la tele al último pope'", detalla el hoy coronel Petrov.

"Aquella excursión no me salió gratis: me culparon de “arrastrar hacia la religión“ a Gagarin. Pero me salvó el mismo Gagarin, al comentar: “¿Como va un capitán a arrastrar a la religión a un coronel? No me arrastró él sino que fuimos juntos en mi coche”. Como resultado, recibí una amonestación por parte del Partido Comunista por “introducir a Gagarin en la religión ortodoxa”… de lo que ahora estoy muy orgulloso.

“Y pasadas dos semanas de nuestro viaje al monasterio, [en ese mismo año de 1964] Yuri Gagarin pronunciaba una ponencia en una reunión del pleno del Comité Central sobre la educación de la juventud. Allí Gagarin propuso restaurar el templo de San Salvador como un monumento de la gloria militar, como un gran monumento de la ortodoxia. Al mismo tiempo propuso restaurar el arco de triunfo dedicado a la victoria contra Napoleón. El motivo de Gagarin era claro: era imposible aumentar el patriotismo sin conocer sus raíces. Como el templo de San Salvador era un monumento a la gloria militar, las personas que iban a defender su patria deberían saberlo.”

“Nadie en el pleno esperaba tales palabras del primer astronauta. La reacción fue tremenda, una ovación fuerte. El presidium, desde luego, quedó asustado, pero no podían hacer nada contra Gagarin”.

(Publicado originariamente en ReL en mayo de 2014)