Año del Señor 2023

16 de septiembre 
 
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día. 
 
CUÁNTO HA CAMBIADO EN UN AÑO
 
Anoche, ya después de cantar completas, bajé al lavadero para preparar la colada. Por la tarde no me había dado tiempo, y al fin y al cabo no se tarda nada.
 
Mientras lo hacía, recordé cómo hace poco más de un año, bajar por la noche a aquellas zonas del monasterio era casi impensable. Y es que desde que, por necesidad, reconstruimos esa zona e hicimos las nuevas salas de trabajo, todo aquello se ha vuelto muy acogedor.
 
Antes no era más que unos salones llenos de trastos, con suelo de tierra y piedras, y refugio de cualquier bicho que podía acampar a sus anchas. Por luz apenas tenía un par de bombillas, y para bajar unos escalones bien altos… No, nadie atravesaba por allí y menos aún de noche.
 
Así que le daba gracias al Señor por el regalo de aquel arreglo del que estamos tan contentas y agradecidas, y pensaba: “lo que es llevar la luz y la vida a un lugar”. Ha pasado de ser un inhóspito trastero a un hogar donde todas pasamos confiadas.
 
También dentro de cada uno de nosotros tenemos “estancias” por las que no queremos atravesar. A veces vivimos años sin querer ni siquiera abrir la puerta y ventilar. Y sin embargo, lo único que necesitamos es llevar Luz y Vida. Es Jesús quien puede hacer esto, y es Él precisamente el que llama a la puerta de nuestro corazón para poder ponerse manos a la obra.
 
Él está ahí, llamando. Pero quizá no sabes cómo abrirle, o dónde está la puerta. Para ello, necesitas la oración, acudir un rato para estar con Él. De modo que escuches cuál es esa habitación de ti que necesita restauración. Esa es la puerta que necesitas abrir para que Él entre. ¡Él lo cambia todo! 
 
Hoy el reto del amor es abrir tu puerta al Señor. Búscale en la oración. 
 
VIVE DE CRISTO
 
¡Feliz día!