Hace casi un año el municipio de Roma adornó las calles de la ciudad con carteles que saludaban la elección del arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, como el nuevo sucesor del apóstol san Pedro, obispo de Roma y, en consecuencia, Papa.
 
Que a lo largo del tiempo transcurrido desde entonces el Papa Francisco se ha hecho con el afecto de las multitudes no es sólo una constatación empírica que apoyan las estadísticas (1.562.000 de personas tan solo en las audiencias de los miércoles de 2013; en 2012 fueron 447.000, y ya era un record también el de Benedicto XVI) sino también unos "carteles" más espontáneos que han aparecido en las calles de la capital italiana.
 
Se tratan de graffitis que muestra al Papa Francisco como un súper héroe (esperemos que con el beneplácito del dueño del muro donde están pintados) y una bolsa donde lleva los "valores" cristianos. Considerando que se trata de una muestra de afecto, admiración y cercanía no deja de ser llamativa pues normalmente era la hostilidad hacia lo católico lo que permeaba la visión misma de la figura del Papa, motivo por el cual sólo se le reflejaba cuando había noticias negativas.
 
Uno de los carteles "oficiales" que puso la alcaldía de Roma para festejar
la elección del Papa Francisco hace casi un año.
 
En su homilía del día 27 de enero el Papa Francisco destacaba el papel de los sacerdotes ordinarios que no son noticia:

 

“‘¡Pero, padre, he leído en el diario que un obispo ha hecho tal cosa o que un sacerdote ha hecho tal cosa!’. ‘Si, también yo lo he leído, pero, dime, ¿en los diarios están las noticias de aquello que hacen tantos sacerdotes, tantos curas en tantas parroquias de ciudad y del campo, la tanta caridad que hacen, tanto trabajo que hacen para llevar adelante a su pueblo?’. ¡Ah, no! Esa no es noticia. Eh, lo de siempre: hace más ruido un árbol que cae, que un bosque que crece. Hoy pensando en esta unción de David, nos hará bien pensar en nuestros obispos y en nuestros sacerdotes valientes, santos, buenos, fieles y rezar por ellos. ¡Gracias a ellos nosotros hoy estamos aquí!”.
¿Por qué traigo aquí este texto? Porque muchos de esos sacerdotes ordinarios de los que habla el Papa son los que llevan o hacen presentes esos valores cristianos en las calles de tantas ciudades necesitados de ellos. Así este graffiti se convierte en homenaje para cada uno de ellos.