Uno de esos procesos historiográficos que maravilla contemplar es el de ver cómo a pesar de todas las resistencias que el proceso halla en tantos estamentos, las informaciones provistas por la Biblia, en su doble vertiente tanto vétero como neotestamentaria, se van viendo inexorablemente confirmadas por los datos nuevos que aportan la arqueología, la historiografía, y cuantas ciencias acuden en auxilio de la verdad histórica.
 
            Uno de esos datos alguna vez puesto en cuestión es la existencia del Rey David, ese ancestro tan lejano como importante de Jesús de Nazaret (), aunque sólo sea con los criterios humanos, al que se refieren tantos libros del Antiguo y aún del Nuevo Testamento, formando parte de la más ancestral e íntima mitología del pueblo judío y también del cristiano.
  

          Pues bien, en auxilio del Libro de los Reyes, del de las Crónicas, del Evangelio de Mateo y del de Lucas, y para confirmar la existencia real y verdadera del mítico que no mitológico rey, acude la conocida como “Estela de Tel Dan”, una estela o lápida escrita, descubierta en 1994 durante excavaciones llevadas a cabo en Tel Dan en el norte de Israel. La estela en cuestión, que se puede visitar en el Museo de Israel en Jerusalén, está formada de varios fragmentos y contiene una inscripción en arameo, atribuída a Hazael de Damasco, importante personaje del s. IX a. C.., en la que el citado personaje alardea de sus victorias sobre el rey de Israel, al que llama “el rey de la Casa de David”.
 
            La inscripción constituye, es verdad, el primer texto escrito en el que aparece el nombre del Rey David fuera de la Biblia, y como no podía ser de otra manera, y no por ello es menos deseable, su autenticidad fue puesta en cuestión, si bien hoy son pocos los que la discuten.
 
            La inscripción se halla en estado bastante deficitario y está escrita en arameo, lo que quiere decir que carece de vocales, y sólo consta de consonantes, una característica que podría llegar a permitir una traducción diferente a la que propone Lawrence J. Mykytiuk y es generalmente aceptada. En español y línea por línea, vendría a decir lo siguiente:
 
1´. [ ]...[ ] y cortó [ ]
 2´. [ ] mi padre fue hacia arriba [ ] y luchó en [...]
 3´. Y mi padre se rindió; fue con sus [padres]. Ahora el rey de I[s]/rael había penetrado
 4´. en la tierra de mi padre antes. [Pero entonces] Hadad me hizo rey,
 5´. Y Hadad marchó delante de mí. Así que fui hacia el frente desde [el] séptim[...]/s
 6´. de mi reinado, y asesiné [sete]nta rey[es] que habían enjaezado mil[es de carr]/os
 7´. y miles de caballos. [Y yo asesiné...]ram hijo de [...]
 8´. el rey de Israel, y yo asesiné [...]yahu hijo de [... el re]/y de
 9´. la Casa de David. Y yo llevé [sus ciudades en ruinas y convertí]
 10´. su tierra en [desolación ...]
 11´. otros y [...Entonces...me hice re]/y
 12´. sobre Is[rael...Y entonces comencé]
 13´. asedió contra [...]
 
 
 
            ©L.A.
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