Sábado, 27 de abril de 2024

Religión en Libertad

«Libertad, luz y comida», grita Cuba... «Quiero abrazar al Dios que me robaste», dice un sacerdote

protestas Cuba
Otro elemento inédito es que, ante la incapacidad de entregar leche a los menores de siete años, Cuba solicitó por primera vez ayuda al Programa Mundial de Alimentos de la ONU.

ReL

"Cuba vive una situación insostenible", puede que esta frase, en el caso del país caribeño, dé igual cuando se lea para ser cierta, sobre todo, desde la llegada del comunismo a la isla. Sin embargo, el drama que viven los cubanos en estos momentos no tiene parangón.

Este pasado domingo 17 de marzo, miles de cubanos protestaron en varias ciudades a la vez exigiendo libertad, comida y electricidad, en las que fueron las mayores protestas desde el 11 de julio de 2021. Los apagones han mantenido a oscuras un 50% de la isla en las últimas semanas.

Protestas en distintas ciudades de Cuba.

Sin combustible para producir energía, los barrios llevan tres y cuatro días sin luz. La gente por tanto no puede cocinar, y los ancianos, sin ventiladores, son sacados a los portales de las casas para que no pasen calor y no les piquen los mosquitos.

Otro elemento novedoso es que, ante la incapacidad de entregar leche a los menores de siete años, Cuba solicitó por primera vez ayuda al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Cuba ha comprado grandes cantidades de leche en polvo, pero la falta de liquidez trunca las importaciones. 

Además de la crisis alimentaria, la crisis política se recrudece, y han comenzado a filtrarse vídeos en los que la Policía arrastra por las calles a cubanos semidesnudos. Cuando los detenidos fueron a ser trasladados, una turba forcejeó con los policías en plena calle.

Un sacerdote decidido 

Uno de los que están viviendo esta represión en primera persona es el sacerdote de la diócesis de Camagüey, Alberto Reyes. Quien envió desde sus redes sociales un mensaje al gobierno cubano en el que lo acusa de mantener al pueblo viviendo entre ruinas, suciedad y miseria, agobiado por la falta de alimentos y medicinas.

"¿Qué más quieres de mí, Revolución cubana? Me sedujiste, hace ya muchos años, me hipnotizaste con engaños, me cegaste con sueños de gozo, con promesas de libertad y de justicia. Y te creí, y me rendí a ti, y te lo entregué todo: juventud, esfuerzos, sacrificios, incluso a mi familia, a mis hijos. Pero tú sólo mentías, y mientras me sonreías y me animabas con palabras de progreso, me fuiste despojando, lentamente, y me dejaste en la desnudez vergonzosa de mi presente roto: una vida en la mentira", comentó en su Facebook.

"¿Y ahora qué, qué más quieres de mí? ¿Qué más cuando no tengo ya nada que ofrecerte sino pedazos de una vida que no es vida? Vivo entre ruinas, suciedad y miseria, agobiado por el alimento que escasea y por la salud que sin remedio se quiebra. Me circundan la incertidumbre, la soledad poblada del recuerdos de los que se fueron, y el miedo, el miedo a morir entre cadenas y el miedo a levantarme y romperlas; el miedo, que tan bien supiste tejer en mi alma, a base de violencia, de cárceles, de golpes, de delatores cómplices que viven también llenos de miedo".

"¿Qué más quieres de mí, Revolución cubana? Ahora que ya nadie cree en tus discursos, ahora que ya nadie te desea ni te ama, ahora cuando sales a la calle y tú también tienes miedo, porque no has dejado un solo aliado honesto y sabes que no puedes ya confiar en nadie, porque tanto nos enseñaste a ocultar la verdad con gestos cómplices, que ahora ni siquiera tú eres capaz de reconocer qué hay detrás de una sonrisa, detrás de una consigna de fidelidad".

Puedes ver aquí una entrevista reciente al padre Reyes.

"¿Qué más quieres de mí Revolución cubana, hasta dónde me vas a arrancar lo poco que me queda, para llevar tú una vida que tampoco es vida, porque tú también vives en la sospecha, en la alerta, en el cálculo, en la necesidad continua de castigo? Y eso, eso es cualquier cosa menos vida. Yo no sé qué más puedas tú querer de mí, pero yo sí sé qué quiero para mí: quiero mis sueños, quiero el brillo en mi mirada, quiero mis alas confiscadas, quiero poder decidir en mi presente y elegir los caminos del futuro. Quiero tus cadenas fuera de mi cuerpo y de mi alma. Y quiero abrazar al Dios que me robaste, él único que puede hacerme capaz, en libertad y al despedirte, de perdonarte".

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