Un centenar de almas acudieron al evento el pasado 15 de octubre, en el Hotel Petit Palas Saboy
Madrid, foco de esperanza para los niños de Iquitos en la Cena Solidaria Misiones Identes

Un centenar de asistentes acudieron el pasado 15 de octubre a la Cena Solidaria Misiones Identes, en Madrid.
El pasado miércoles 15 de octubre, el Hotel Petit Palas Saboy de Madrid se convirtió en escenario de ilusión y compromiso durante la Cena Solidaria Misiones Identes. Noventa y nueve personas se reunieron para compartir una velada única, mientras que muchos más se sumaron a través de la “mesa cero”, demostrando que la generosidad no conoce fronteras.
A lo largo de la noche, los asistentes pudieron conocer de cerca la labor de las Misiones Identes en Bolivia, Perú e India, emocionándose con los testimonios y proyectos que transforman vidas cada día. La Superiora General de las Misioneras Identes, Juana Sánchez-Gey, dio una cálida bienvenida y destacó la importancia de continuar la misión en todo el mundo, llevando el mensaje de Cristo especialmente a niños y jóvenes. Además, invitó a todos a unirse en oración para que las misiones del Instituto Id de Cristo Redentor, Misioneras y Misioneros Identes, sigan dando abundantes frutos apostólicos.
Por su parte, la misionera Idente Belén Castaño trasladó a los presentes a las misiones en Bolivia, India y Perú, explicando los proyectos de evangelización, pastoral, educativos y sociales, y el impacto positivo que tienen en comunidades desfavorecidas.

Un instante del evento, donde saludan la Superiora General de las Misioneras Identes, Juana Sánchez-Gey, junto con la misionera Belén Castaño, recientemente reconocida en Puebla, a la derecha.
Los fondos recaudados durante la cena se destinarán al Centro Pastoral Ciudad del Niño Jesús, situado en Iquitos, en el corazón de la Amazonía peruana. Esta iniciativa atiende a niños, jóvenes y familias en situación vulnerable, siendo fuente de esperanza para 800 beneficiarios directos y más de 30.000 indirectos.
La atmósfera de la Cena Solidaria estuvo impregnada de alegría, convivencia y admiración por el trabajo incansable de las Misiones Identes. Cada gesto y cada aportación contribuyen a abrir nuevas oportunidades para cientos de niños y jóvenes que sueñan con un futuro mejor.
La Cena Solidaria fue mucho más que un encuentro: fue un testimonio vivo de que, juntos, podemos cambiar el mundo.