«¡No dejéis que sea el algoritmo el que escriba vuestra historia!», alentó
León XIV busca jóvenes que no se dejen dirigir ni utilizar por «el algoritmo» y la tecnología

El Papa León XIV, rodeado por participantes en el Jubileo del mundo educativo.
Tres llamados, el del inconformismo, la magnanimidad y de ser guías, fueron los dirigidos por el Papa León XIV a los estudiantes en el marco del Jubileo del mundo educativo, que se celebra estos días en el Vaticano. El pontífice, que recibió a una delegación de estudiantes en el Aula Pablo VI este jueves, les recordó también los tres grandes retos educativos del futuro, abordando la necesidad de una educación en la que lo espiritual, lo emocional y real y la paz tengan un lugar preminente.
En un discurso plagado de referencias a grandes santos y personalidades -desde Pier Giorgio Frassati a Carlo Acutis, pasando por San Agustín, Galileo o san John Henry Newman- León XIV comenzó citando al primero recordando que “vivir sin fe no es vivir, sino ir tirando”.
"No os conforméis, tended hacia lo alto"
En su llamado a ir “hacia lo alto”, invitó a los presentes a “tener la audacia de vivir en plenitud” y no conformarse con las apariencias o modas, con “una existencia que se queda solo en lo pasajero” y que “nunca satisface”. Frente a ella, subrayó que la fuerza de los jóvenes se encuentra en un inconformismo que busque una sociedad mejor y que “no acepten ser meros espectadores”.
“Os animo a tender constantemente hacia lo alto, encendiendo el faro de la esperanza en las horas oscuras de la historia”, les dijo.
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Gran alianza por la verdad
La unidad fue otro de los llamados del pontífice, que solo se puede conseguir, como el inconformismo, a través de la educación, de la que los jóvenes son protagonistas.
“Os pido que os aliéis para abrir una nueva etapa educativa, en la que todos —jóvenes y adultos— nos convirtamos en testigos creíbles de la verdad y la paz. Estáis llamados a ser portavoces de la verdad y constructores de paz. Involucrad a vuestros coetáneos en la búsqueda de la verdad y en el cultivo de la paz, expresando estas dos pasiones con su vida, con sus palabras y con sus gestos cotidianos”, remarcó.
Ejemplo para orientar el futuro
En tercer lugar, tras un pormenorizado recuento de las estrellas del universo y su función de guía a lo largo de la historia de la Iglesia, el pontífice recordó a los jóvenes y estudiantes que también ellos tienen estrellas que les guían en sus padres, maestros, sacerdotes y amigos. Todos ellos, dijo, “son como brújulas para no perderse en los acontecimientos felices y tristes de la vida”, ejemplo que también las nuevas generaciones deben ser para “orientar el futuro”.
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Frente a una educación vacía y sin alma
A los llamados siguieron los retos que tanto la Iglesia como los propios jóvenes observan en el campo educativo. Y el primero que destacó León fue el de la fe y la espiritualidad como pilares de la educación, pues “no basta con tener un gran conocimiento científico, si luego no sabemos quiénes somos y cuál es el sentido de la vida”.
Ante una creciente sensación generalizada de vacío, inquietud, malestar, violencia, acoso, opresión e incluso aislamiento social en torno a la juventud, León diagnosticó “un vacío excavado por una sociedad incapaz de educar la dimensión espiritual, por estar centrada solamente en el ámbito técnico, social o moral de la persona humana”.
"Que la tecnología no os utilice"
En su discurso, León no olvidó el componente digital, cada vez más presente en todo lo que rodea a la educación.
Como segundo de los retos, observó que la educación digital no es mala en sí misma y que ofrece “enormes oportunidades”, pero llamó al mismo tiempo a establecer precauciones y cierta independencia:
“¡No dejéis que sea el algoritmo el que escriba vuestra historia! Sed vosotros los autores: utilizad la tecnología con sabiduría, pero no dejéis que la tecnología os utilice a vosotros”.
Semejantes palabras mereció la inteligencia artificial, otra de las “grandes novedades” de nuestro tiempo que tampoco está exenta de riesgos. “No basta con ser inteligentes en la realidad virtual, sino que hay que ser humanos con los demás, cultivando una inteligencia emocional, espiritual, social y ecológica”, recordó.
"Lo digital educa cuando centra en Dios y en los demás"
Puso, como ejemplo, a Carlo Acutis. Un joven, dijo, que no se convirtió en esclavo de la red, sino que la utilizó con habilidad para el bien. San Carlo unió su hermosa fe a su pasión por la informática, creando un sitio web sobre los milagros eucarísticos y convirtiendo así internet en una herramienta para evangelizar”. Sirvió su ejemplo e iniciativa para recordar hoy que “lo digital es educativo cuando no nos encierra en nosotros mismos, sino que nos abre a los demás; cuando no te pone en el centro, sino que te centra en Dios y en los demás”.
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Sed agentes de la paz allí donde viváis
El pontífice concluyó su audiencia clamando por una “educación para la paz”. Ante un futuro “amenazado por la guerra y el odio que dividen”, se debe proponer según León XIV “una educación para la paz desarmada y desarmante”: “No basta con silenciar las armas. Es necesario desarmar los corazones, renunciando a toda violencia y vulgaridad”.
Antes de despedirse con el llamado a “mirar hacia Jesucristo”, León depositó nuevamente su “gran confianza” a los jóvenes, a quienes encomendó “ser agentes de paz allí donde viváis, en la familia, en la escuela, en el deporte y entre amigos, yendo al encuentro de quienes provienen de otra cultura”.