IV Congreso de la Sociedad de Científicos Católicos, en San Pablo CEU (Madrid), del 2 al 4 de octubre
Los científicos católicos se atreven con todo: IA, la muerte, la libertad... un congreso vivaz

Mesa redonda sobre libertad y determinismo en el IV Congreso de la Sociedad de Científicos Católicos, en San Pablo CEU, Madrid
Se celebra del 2 al 4 de octubre en la Universidad San Pablo CEU el IV Congreso de la Sociedad de Científicos Católicos en España.
Entre los temas que tratan están la bioética, la inteligencia artificial (que, por ejemplo, ni se mencionó en el primer congreso de hace cuatro años), las experiencias cercanas a la muerte, la libertad y el determinismo (¿es tema sólo filosófico o la ciencia aporta algo?) o la vivencia de la fe en el ámbito profesional del científico.
A nivel internacional, la Society of Catholic Scientists la fundó el físico Stephen Barr en junio de 2016, junto con un grupo de seis científicos. Hoy cuenta con 2.600 miembros en 60 países. En algunos países se organizan capítulos locales: es el caso de España, que con 125 miembros tiene el capítulo más grande fuera de EEUU.
Una asociación que crece, pero con atascos
Y sin embargo, explica a ReL su presidente español, Enrique Solano, se da cierto atasco en su crecimiento. Por ejemplo, aunque España tiene una decena de universidades católicas, pocos de sus profesores e investigadores se apuntan a la asociación. Es más común que se asocien católicos de otros ámbitos, públicos o del mundo investigador, que trabajan rodeados de no creyentes, a menudo incluso hostiles a la fe. Pero el científico católico de las universidades católicas aún podría aportar mucho a la sociedad, a la evangelización y al debate científico si entrara en red con sus camaradas (y hermanos) de otros ámbitos. Quien ingresa puede elegir entre 12 grupos de trabajo con colegas con intereses afines (bioética, indicios de Dios en la ciencia, experiencias cercanas a la muerte, IA, la Sábana Santa, etc.).
Interesados en la relación ciencia y fe
Solano explica algunos de los fines de la asociación. El primero es mostrar que "uno puede ser científico y católico y ni cortocircuita ni le explota la cabeza. Es un foro para los interesados en la relacion ciencia y fe, en el sentido más amplio. Creemos que el debate sereno y sosegado siempre es positivo. Y buscamos que el científico católico deje de ser invisible y para eso participamos en muchos eventos".
"Es necesario establecer lazos entre la ciencia y religión, que se miran a veces con cierto recelo", añadió Solano en la presentación del congreso. "El científico católico ha de mostrarse como tal en sus ambientes de trabajo. A veces sus colegas creen que la fe es algo irracional, por las ideas neopositivistas de que con el desarrollo de la ciencia la religión no tiene razón de ser. Pero la religión no está para explicar cóm funciona el mundo natural, es algo más grande. El científico católico tiene que ayudar a sus hermanos en la fe a vencer sus recelos hacia todo lo que suene a ciencia. la Iglesia no es que tolere la ciencia, sino que la Iglesia ha sido por siglos la mayor valedora de la ciencia. Usar la razón y el metodo científico para entender el mundo es un camino que Dios nos ha regalado para conocerle mejor", aseguró.
Una intuición de León XIV
Rosa María Visiedo, rectora de la Universidad CEU San Pablo, en el acto inaugural habló del esfuerzo del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala por impartir asignaturas de filosofía o Doctrina Social como comunes también en las carreras de ciencias, o el congreso de Bioética para estudiantes y profesores de Ciencias de la Salud, y el apoyo de la Fundación Cultural Herrera Oria a este congreso de científicos católicos. Quiso señalar una frase que León XIV proclamó en un reciente encuentro con universitarios: que las universidades católicas deben ser itinerarios de la mente hacia Dios. "Ojalá este congreso nos ayude a diseñar esos itinerarios, a profesores y estudiantes, y para acercarnos a Dios", expresó.

Rosa María Visiedo, rectora de la Universidad San Pablo CEU, con Enrique Solano, presidente de la Sociedad de Científicos Católicos de España
Los pósters: un ramillete de temas
Diversos asistentes dispusieron de 2 minutos cada uno para presentar sus pósters y comunicaciones sobre temas de lo más variado. Por ejemplo:
- Conexiones entre la Sábana Santa y el Sudario de Oviedo: el sudario se usó sobre un cadáver con un rostro similar en anatomía y en sus lesiones; el sudario ve una herida compatible con un flagelo, y las heridas punzantes compatibles con una corona de espinas, que encajarían con las de la Sábana Santa.
- Laudato Si' para las ciencias ambientales: definir problemas del medioambiente y priorizarlos, con el riesgo de la "miopía climática" (dar demasiada importancia a ese tema olvidando otros), comprender mejor los sistemas climáticos, y actuar apoyándose en la ética, usando mejores tecnologías, aportar científicos católicos a foros públicos y de gobierno, combatir el catastrofismo aportando esperanza.
- Sergio Garcia Nebot, historiador, criticó las narrativas materialistas de la Big History de autores como Yuval Harari, 'que caen en reduccionismos y cientifismos'; señala tres cajas negras, la materia ordenada, el surgimiento de la vida, el paso de la vida a la conciencia. "Ni está todo dicho ni todo se sabe", dice a los reduccionistas que creen saber mucho.
- La IA aplicada a coches automatizados: ante una posible colisión, ¿debe elegir atropellar al grupo de viandantes más anciano, al más joven? ¿Se puede diseñar con IA un coche 'cristiano' que elige como atropellar a la gente (cuando no queda más remedio, se entiende) con criterios éticos cristianos?

Jóvenes de instituto presentan sus posters sobre temas de ciencia y fe: la Sábana Santa, la Bioética, etc... en el IV Congreso de Científicos Católicos
Estudiantes con cara de asustados
Entre el público había grupos de estudiantes muy jóvenes, de Secundaria (no universitarios), que presentaban unos posters y trabajos sobre temas ambiciosos (la Bioética, los límites de la IA, la Sábana Santa, el Origen de la Vida). Ponían un poco de cara de susto ante los temas que se trataban en la mesa, pero sonreían al presentar sus propios temas. "No os preocupéis si no entendéis todo lo que se dice, nosotros tampoco lo entendemos", les dijo con humor y sinceridad Enrique Solano, que es astrofísico.
En este congreso hay gente muy lista, pero cada uno domina, sobre todo, su tema, y aprende con sincera curiosidad de los demás, de los enormes espacios que presentan otros colegas de campos muy distintos. Por eso se disfruta tanto en la Sociedad de Científicos Católicos.

Jóvenes de instituto presentan sus posters sobre temas de ciencia y fe: esta trata del origen de la vida; en el IV Congreso de Científicos Católicos
Caso Galileo: la Iglesia lo hizo algo peor de lo que ella admite
El primer gran tema del congreso lo expuso Ignacio Sols, una eminencia en geometría algebraica, computación y física matemática, pero que en este caso detallo sus investigaciones que expone en su libro El proceso a Galileo a través de sus textos (Digital Reasons).
Sols, en otro congreso, explicó que la física nació de la cultura cristiana igual que la matemática nació de la Grecia clásica. "Siempre se habla de Galileo, ¡porque no ha habido ningún otro caso de choque entre Iglesia Católica y ciencia! A Miguel Servet lo mataron los protestantes calvinistas por sus ideas teológicas; lamento que mataran a Giordano Bruno, pero él no hacía ciencia. Sólo en Galileo se da el choque, por eso siempre se habla de él".
El Papa Juan Pablo II en 1992 pidió perdón por el trato injusto que la Iglesia dio a Galileo durante una sesión de la Pontificia Academia de las Ciencias en el Vaticano. Con eso se considera "cerrado" el tema. Pero Sols quiere matizar. Recordó que el sistema copernicano (que es sol está quieto y la Tierra gira a su alrededor) estaba ya aceptadísimo en época de Galileo. En España mucho tiempo se estudio a la vez la versión tolemaica y la copernicana. Y desde 1561 en Salamanca ya solo se enseñaba la versión copernicana. La Iglesia no le puso mayores pegas.
Ciencia y Fe
¿Falló la Iglesia en el caso Galileo? Se derrumbó «un orden milenario», sí, pero no era el suyo
Carmelo López-Arias / ReL
En 1610, Galileo era ya famoso: había inventado el telescopio y él y otros (incluyendo clérigos astrónomos) se lanzaron a anotar lo que veían con él. En su librito 'Mensajero del Cielo' Galileo apunta que la luna tiene rugosidades y cráteres: no es la esfera perfecta de quintaesencia que dicen lo que repiten el modelo griego desde Aristóteles. Ve que Júpiter se mueve con cuatro lunas rotando a su alrededor, luego la Tierra puede moverse llevando consigo también a su luna. Y ve manchas solares en el sol: piensa que las causa el sol "rotando". Y que hay fases en Venus, como en la luna, como predecía el sistema copernicano. Desde 1610 ningún astrónomo seguirá ya en serio el sistema tolemaico, pero el sistema de Tycho Brahe aún encajaba con lo observable: que la tierra está quieta, el sol se mueve a su alrededor, y en torno al sol se mueven los demás planetas. "Suena muy artificial, pero ópticamente no hay forma de contradecirlo, es un sistema que se sostenía con los datos".
Profesores laicos de universidad con la Biblia contra Galileo
En 1612 un grupo de profesores laicos de universidad, de viejas tradiciones aristotélicas, se organizaron contra Galileo: ellos son los que acuden a textos de la Biblia (el libro de Josué, el Salmo 18 o el libro de Job). Por ese conflicto, en 1616 la Iglesia dictamina que los libros de Copernico -que se usan desde hace casi un siglo- no pueden usarse hasta que sean corregidos añadiendo que se trata de "hipótesis".
En 1633, tras un complejo juicio, y llegando a ver los instrumentos de tortura (aunque no se emplearon contra él), Galileo abjura públicamente de su defensa copernicana y se le impone arresto domiciliario en una cómoda finca, con su hija religiosa, donde siguió publicando sobre otros temas de ciencia, hasta que murió en 1642.
La Iglesia en 1992 acabó pidiendo perdón por haber prohibido a Galileo hablar del tema, aunque es cierto que en el siglo XVII Galileo no podía demostrar de verdad su sistema (su demostración basada en las mareas era falsa). "Juan Pablo II dijo que Galileo hizo mal en rechazar plantear su sistema como 'hipótesis'. Pero es que en esa época, 'hipótesis' no significaba 'verdad probable' sino 'artificio matemático para hacer cálculos'. Él quería presentarlo como 'verdad probable' y se le prohibió. En esa época no existía apenas la verdad "en Física", la Física estaba naciendo, sólo existía la verdad filosófica y la matemática. Si Galileo hubiera tenido pruebas reales, es cierto, la Iglesia no le habría condenado. Pero la Iglesia hizo mal en obligarle a presentar el tema solo como 'hipótesis-artefacto-matemático'", lamentó Sols.
Tema potente: determinismo y libertad
La Sociedad de Científicos Católicos disfruta invitando personas que no son católicas para plantear temas amplios, de frontera y debate. En la tarde del jueves se exploró la libertad y el determinismo. ¿Es el determinismo universal un concepto científico o filosófico? ¿Se puede demostrar científicamente si somos libres? ¿Es el indeterminismo cuántico la rendija por la que se cuela la libertad en el universo? ¿Se puede seguir hablando de responsabilidad moral si no somos libres? ¿Tiene algo que decir la neurociencia? El moderador, Gonzalo Génova, planteó las posturas:
- Indeterminismo duro: todo indeterminado, pero no somos libres
- Determinismo duro: todo determinado físicamente, no somos libres
- Determinismo moderado: estamos determinados, pero somos libres
- Indeterminismo con libertad: Libertarianismo
Javier Pérez Castells dijo que los que pierden libertad se dan cuenta, y lo van diciendo, y lo notan con lesiones. Las resonancias cerebrales solo muestran que llega más oxígeno a tal o cual parte del cerebro, no se puede saber gran cosa sobre el libre albedrío así. "Demostrar el libre albedrío creo que es un tema fuera del alcance de la ciencia, no solo ahora, sino siempre. Poca gente dirá 'no somos libres, no se nos puede acusar de nada'. Hay que actuar a nivel social y penal como si fuéramos libres y responsables, pero si se aplica en el mundo de la enseñanza, dejar pasar al estudiante sin estudiar, decir que no hay mérito, es pernicioso. Como mínimo, hay que vivir como si existieran la libertad y responsabilidad".
Martín López Corredoira avisó de que cada uno tiene un concepto distinto del concepto "libertad". Sí, el ser humano dice "hago lo que quiero", pero lo hace en el marco de su genética, contextos, ejemplos... "La pregunta es si lo que queremos es nuestro o nos viene causado por un agente externo. La neurociencia da datos sorprendentes, pero la visión del ser humano es más o menos como la de Hipócrates: las enfermedades tienen causa, decía él, y nosotros. Las neurociencias son la ciencia que más tiene que decir sobre el tema de la libertad. La causa viene antes que el efecto, pero ¿y si se mide la actividad cerebral antes de que el mismo sujeto lo note? (refiriéndose a un famoso experimento reciente). "Indeterminismo significa que el universo tira dados, no que no tengas libertad. No creo que el indeterminismo fuerte de la mecánica cuántica aporte novedades a esto. Y se puede crear un sistema penal utilitarista, donde se castiga a alguien no por ser irresponsable o culpable, sino porque conviene a la sociedad. En cualquier caso, la mayoría de acciones están motivadas por cosas irracionales, incluyendo las creencias".
José María Langa consideró que la libertad es una evidencia en lo cotidiano y en las grandes decisiones humanas: quien la niegue es quien debe argumentar contra lo evidente. "Yo como católico no entendería nada de la fe si pensara que la libertad es un epifenómeno o una ilusión. Hay libertad, pero con condicionantes ambientales, mentales, etc..." Después planteó un tema de frontera difícil de entender. "Desde hace 30 años trabajo en sistemas dinámicos. Sobre un fenómeno real haces un modelo matemático, una abstracción simplificada. Hay materia, energía e información, se entrelazan y las incluyes en tu modelo matemático. Mi especulación: mi estado de conciencia podría afectar a las estructuras (modelos) gracias a mi capacidad de razonamiento. En un mismo instante tienes múltiples posibilidades y puedes elegir de manera sensata".
Añadió: "Creo que en la actualidad sí se puede hablar científicamente de libre albedrío, y no tiene que ver con cuántica ni teoría del caos. Para mí, el materialismo es una ideología que niega los datos. Y hablar de la libertad, sin hablar de la verdad... La libertad incluye poder optar entre lo que es verdad y lo que no".
El psiquiatra Pablo Malo se definió como "determinista duro" y era casi el único de la sala (sólo otra persona levantó la mano en ese sentido). Como psiquiatra trabaja intentando aliviar el dolor de gente que sufre.
Resumimos su postura: "El libre albedrío es un problema muy de Occidente, cristiano, y del problema del mal; si la ciencia, pudiendo predecir que alguien va a hacer algo no es libre, mostraría que es determinista. El libre albedrío es una justificación para castigar. Pero en realidad no es necesario el concepto de free will para organizarnos: un modelo de cuarentena bastaría. Un psicópata quizá no es responsable de lo que hace, pero lo encerramos porque es un peligro para la sociedad. No elegimos nuestras creencias, ni nuestros deseos. Uno sólo cree lo que puede creer. ¿De donde te sale el deseo de cambiar de creencias? No lo eliges. Los humanos tenemos unos algoritmos. Quien cambia por razones y causas es por razones y causas, no por libre voluntad. Creo que somos máquinas biológicas, que tengamos más algoritmos no significa que seamos libres. No es que tengamos menos instintos, es que tenemos más instintos. Como la ameba que por instinto huye del calor o se acerca a la comida. En el libro El Error de Descartes nos hablan de pacientes con lesiones cerebrales: un señor bueno, tras un accidente, se hace psicópata; no puede elegir su pensamiento ni comportamiento. Tener free will algunos lo definen como "tener la posibilidad de elegir de otra manera si volvieran a darse las mismas circunstancias".
José Manuel Muñoz hizo una tesis sobre el tema hace diez años. ¿Cómo definir libertad? "Que puede elegir su curso de acción. Pero ¿y los animales? Al menos, creo en la capacidad de las personas de controlar sus acciones. Yo soy católico. Empecé mi estudio como libertarista del tipo "no estamos determinados, podemos elegir", pero al terminar la tesis soy más bien agnóstico en este tema. El libertarismo tiene problemas serios. Sí, el tema es científico y filosófico. Unimos de manera indisoluble la causa y efecto, como una determinación. Incluso si no puedo elegir el origen de mis creencias puedo elegir qué hacer con ellas, y elegir dónde buscar alternativas. Casi todos tenemos la intuición de la libertad, el que lo niega lleva la carga de la prueba. Creo que la neurociencia no ha demostrado nada al respecto ni creo que lo consiga nunca. Los experimentos de neurociencia no tienen relevancia moral: son experimentos sobre mover un dedo o una muñeca, o elegir dos colores. Un cerebro no estropeado me permite ejercer la libertad; un cerebro estropeado no me lo permite. Y que nuestro comportamiento sea predecible no significa que no sea libre.
En el turno de debate se plantearon varias ideas. Acusar a algo (la libertad, el amor, etc...) de "epifenómeno", ¿significa algo o es sólo una esdrújula para desdeñar? El tema de la atención, ¿qué tiene que ver con libertad? (Ignacio Sols citaba a Ricoueur). "Si es posible la educación o la terapia es porque puedo cambiar cosas a medio y largo plazo con trabajo personal", recordaba un sacerdote.