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León XIV y el descenso a los infiernos: Dios llama «con plena autoridad pero con infinita dulzura»

El Papa saluda a una bebé al hacer el tradicional recorrido de los miércoles por la Plaza de San Pedro.

El Papa saluda a una bebé al hacer el tradicional recorrido de los miércoles por la Plaza de San Pedro.Vatican Media

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Como las previsiones hablaban de lluvia sobre Roma, para la audiencia general de este miércoles se habilitó el Aula Pablo VI para los fieles enfermos que asistieron a la catequesis, y el Papa les bendijo personalmente. 

León XIV saluda en el Aula Pablo VI a las personas guarecidas preventivamente de la lluvia que se anunciaba.

León XIV saluda en el Aula Pablo VI a las personas guarecidas preventivamente de la lluvia que se anunciaba.Vatican Media

El resto pudieron seguir a León XIV en directo en la Plaza de San Pedro, donde al finalizar anunció que presidirá el rezo del Rosario por la paz el 11 de octubre en la Plaza de San Pedro.

El pontífice continuó el ciclo sobre Jesucristo, nuestra esperanza, en esta ocasión sobre el descenso a los infiernos, en línea con la reflexión sobre el Sábado Santo que inició la semana anterior:

Mientras "todo parece inmóvil y silencioso", en realidad se está cumpliendo en vísperas de la Pascua "una invisible acción de salvación: Cristo desciende al reino de los infiernos para llevar el anuncio de la Resurrección a todos aquellos que estaban en las tinieblas y en la sombra de la muerte".

Una prueba de amor

Esto una prueba de amor, añadió, pues evidencia que Jesús no solo ha muerto por nosotros, sino que "ha querido buscarnos allí donde nosotros mismos nos habíamos perdido".

León XIV explicó que "los infiernos, en la concepción bíblica, no son tanto un lugar, sino una condición existencial: esa condición en la que la vida está debilitada y reinan el dolor, la soledad, la culpa y la separación de Dios y de los demás". Hasta ahí llega el Señor con "la humildad de un Dios que no se detiene delante de nuestro pecado, que no se asusta frente al rechazo extremo del ser humano".

¿Cómo sucedió esto? Aunque citó la primera Carta de San Pedro, que era lectura del día, donde se ha habla de que Jesús visitó así a los "espíritus encarcelados", el Papa recordó que esto no se haya desarrollado en los Evangelios, sino en los apócrifos, en concreto el llamado Evangelio de Nicodemo: "Según esta tradición, el Hijo de Dios se adentró en las tinieblas más espesas para alcanzar también al último de sus hermanos y hermanas, para llevar también allí abajo su luz".

"Ni pasado tan arruinado, ni historia tan comprometida"

"Los infiernos no son solo la condición de quien está muerto, sino también de quien vive la muerte a causa del mal y del pecado", precisó el Papa para traer estos pasajes nuestra vida de hoy: "Es también el infierno cotidiano de la soledad, de la vergüenza, del abandono, del cansancio de vivir. Cristo entra en todas estas realidades oscuras para testimoniarnos el amor del Padre. No para juzgar, sino para liberar. No para culpabilizar, sino para salvar".

Miles de personas siguieron la catequesis de los miércoles desde la Plaza de San Pedro.

Miles de personas siguieron la catequesis de los miércoles desde la Plaza de San Pedro.Vatican Media

Los Padres de la Iglesia lo vieron, "en páginas de extraordinaria belleza", como el encuentro "entre Cristo y Adán", a quien Dios llama "con plena autoridad, pero también con infinita dulzura, como un padre con el hijo que teme que ya no es amado". Es "símbolo de todos los encuentros posibles entre Dios y el hombre".

"Si Cristo ha podido descender hasta allí, nada puede ser excluido de su redención", concluyó León XIV: "No hay pasado tan arruinado, no hay historia tan comprometida que no pueda ser tocada por su misericordia". El Sábado Santo, Jesús volvió a presentar la Creación al Padre "en su diseño de salvación", una creación "hecha de personas que se han vuelto a levantar, de corazones perdonados, de lágrimas secadas".

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