Ángelus del Papa, recordando los 80 años de Hiroshima y Nagasaki
Generosidad para ayudar y orar por la paz: el Papa ve esperanza con Armenia, pide por Haití

León XIV en el rezo del Ángelus del 10 de agosto, pidió generosidad y orar por la paz
El Papa León XIV sigue llamando al mundo a redoblar sus esfuerzos por la paz, y a los cristianos a orar por ella. En el rezo del Ángelus del domingo ha puesto un ejemplo que ve positivo, el acuerdo entre Armenia (país de mayoría cristiana) y su vecino Azerbaiyán (país de mayoría musulmana) con el que ponen fin a un largo conflicto, al menos en su forma armada. Felicitó a estos países "que han firmado la Declaración conjunta de paz. Espero que este evento contribuya a una paz estable y duradera en el Cáucaso meridional".
En sus territorios fronterizos y enclaves hubo conflictos cada vez más graves entre 2008 y 2020, y guerra abierta en 2020 con decenas de miles de desplazados (y entre 4.000 y 6.000 soldados muertos, Armenia perdió territorios), un alto el fuego en 2023 y ahora un acuerdo de paz firme.
El Papa también ha querido recordar los horrores de las bombas atómicas y la Segunda Guerra Mundial. "El 80º aniversario de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki ha reavivado en todo el mundo el necesario rechazo a la guerra como medio para resolver conflictos".
Y mencionó también la terrible situación de la población de Haití, calificándola como "cada vez más desesperada". "Son continuas las noticias de asesinatos, violencia de todo tipo, trata de personas, exilios forzados y secuestros. Hago un llamamiento apremiante a todos los responsables para que liberen inmediatamente a los rehenes y solicito el apoyo concreto de la comunidad internacional para crear las condiciones sociales e institucionales que permitan a los haitianos vivir en paz".
En su rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico, el Papa ha pedido que quienes toman las decisiones sobre los conflictos "tengan siempre presente su responsabilidad frente a las consecuencias de las mismas sobre las poblaciones; que no ignoren las necesidades de los más vulnerables ni el anhelo universal de paz". Insistió: "Sigamos rezando por el fin de las guerras".
Generosidad: con los bienes, el tiempo, los dones...
León XIV también ha comentado la invitación de Jesús que propone la liturgia de este domingo: "Vended vuestros bienes y dadlos como limosna" (Lc 12,33). Se trata - explicó - de "no guardar para nosotros los dones que Dios nos ha dado, sino emplearlos con generosidad para el bien de los demás, especialmente de quienes están más necesitados de nuestra ayuda". No se trata solo de ser generosos con bienes materiales sino "de poner en juego nuestras capacidades, nuestro tiempo, nuestro afecto, nuestra presencia, nuestra empatía".
"El don de la vida, recibido de Dios, no se nos entregó para terminar así, sino que necesita espacio, libertad, relación, para realizarse y expresarse; necesita amor, que es lo único que transforma y ennoblece cada aspecto de nuestra existencia, haciéndonos cada vez más semejantes a Dios". "Las obras de misericordia – añadió - son el banco más seguro y rentable al que confiar el tesoro de nuestra existencia, porque en él, como nos enseña el Evangelio, con “dos monedas” incluso una pobre viuda puede convertirse en la persona más rica del mundo".
"Una mamá que abraza a sus hijos, ¿no es la persona más hermosa y rica del mundo? O también dos novios, cuando están juntos, ¿no se sienten un rey y una reina? Por eso - concluyó - en la familia, en la parroquia, en la escuela y en los lugares de trabajo, en cualquier lugar donde nos encontremos, intentemos no perder ninguna ocasión para amar. Esta es la vigilancia que nos pide Jesús, habituarnos a estar atentos, dispuestos, sensibles los unos con los otros, como Él lo está con nosotros en cada instante".