Fue diagnosticado con el síndrome de Usher cuando tenía 28 años
Svensson es sordociego y asiste en Suecia a todos los partidos de su hijo con un método sorprendente

"Para mí, poder participar en los partidos de Hugo no tiene precio", reconoce orgulloso.
Una de las grandes alegrías de ser padre es ver a tus hijos crecer y tener éxito, pero ¿qué pasa si no puedes ver ni oír?
Torbjörn Svensson, de 41 años y originario de Suecia, no puede ver ni oír debido a un raro trastorno genético. Sin embargo, como padre dedicado que es, trabaja arduamente y aboga por recibir ayuda para no perderse esos momentos tan especiales en la vida de sus hijos. The Epoch Times cuenta su historia.
Síndrome de Usher
"Es muy importante para mí estar involucrado en la vida de mis hijos… mi hijo debe tener a su padre allí y contar con mi apoyo", dijo en una entrevista, con su pantalla braille Focus 14, que le ayuda a comunicarse de forma táctil.
"Siempre trato de encontrar soluciones para que podamos llevarnos bien. Ser un padre presente es muy importante para mí", añade Svensson, que disfruta practicando golf y otros deportes.
Torbjörn Svensson, de 41 años, padece el síndrome de Usher, una rara condición hereditaria que afecta tanto la audición como la visión, lo que lleva a la pérdida parcial o total de la audición y al deterioro de la vista.
Fue diagnosticado con el síndrome a los 28 años. Antes de eso, trabajaba como conductor de camión, llevando una "vida libre y buena" en la carretera. "Tuve que adaptarme a una vida en la que no podía ser libre de la misma manera", dijo.

El curioso método que utiliza Svensson para seguir los partidos.
Svensson dice que vivir una vida 'normal' es prácticamente imposible para él, pero eso no le impide llevar una buena vida. Con sus dos hijos de una relación anterior, su prometida y sus dos hijos, sigue haciendo de la paternidad su principal prioridad. Naturalmente, uno de sus lugares favoritos para apoyar a sus hijos es en el campo de fútbol.
Este padre orgulloso escribió recientemente en Instagram: "'Participación'. Esta palabra que para el hombre común puede no ser algo en lo que pienses, pero si estás afuera, esa palabra lo significa todo. Para mí, poder participar en los partidos de Hugo no tiene precio. Por eso es tan increíblemente importante que luche (aunque a veces sea increíblemente difícil con todas las negativas)".
Para entender lo que está pasando en el partido de fútbol, tiene un intérprete que le da golpecitos en la espalda, proporcionándole así lo que se llaman "señales hápticas sociales". Su bastón blanco también está puesto en el suelo frente a él, para que no se meta en el campo durante el partido.
"Mis hijos son mi gran inspiración para seguir luchando. Es por ellos y por las otras personas con sordoceguera por lo que lucho cada día. Hay personas absolutamente increíbles que nunca tuvieron una oportunidad", concluye.