5 claves del obispo emérito de Segovia sobre juventud, vocación... o suicidio
César Franco: «Hay muchos cristianos de brazos cruzados y su papel es esencial, es ser luz, ser sal»

"Hay que integrar el sufrimiento, hay que saber descubrir su sentido", reclama Franco.
El obispo César Franco fue auxiliar de la diócesis de Madrid del año 1996 al 2014, y ha sido el obispo titular de Segovia de 2014 al 2024. Ganador del Premio de Poesía Mística Fernando Rielo en 2023, fue, también, coordinador general de la histórica Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid 2011.
En sus intervenciones, siempre claro a la vez que profundo, el obispo Franco ha ofrecido una entrevista a Isidro Catela, en el programa "Eméritos" de Trece TV. Resumimos aquí en cinco ideas las interesantes palabras del emérito de Segovia:
1-Poesía y dolor:
"Los primeros poemas que escribí en serio fue cuando murió mi hermano, que murió de un accidente en la montaña. Aquello fue para mí un choque muy fuerte. Tuve que interrumpir el internado, seguí siendo seminarista pero estaba en casa. Me impactó mucho, yo tenía 15 o 16 años, y mi hermano tenía 19. La muerte de mi hermano me sobrecogió de tal manera que los primeros sonetos que escribí fueron dedicados a él. Para mí, el sufrimiento y el dolor es un camino clarísimo de madurez. Se dice de Cristo que fue 'perfeccionado con sufrimientos', lo cual es una afirmación que a los teólogos les hace temblar. Hay que integrar el sufrimiento, hay que saber descubrir su sentido y no cabe duda de que también es un camino para la poesía".
2- Vocación y juventud:
"Hay mucho ruido, vivimos con la prisa, vivimos con muy poca interioridad. A los jóvenes les cuesta muchísimo la interioridad, reflexionar sobre sí mismos (...). Me ha sorprendido que cuando les he preguntado: '¿qué queréis ser?', ellos no saben contestarme. Les hago otras preguntas, ¿qué pensáis de vosotros?, ¿os conocéis?, decidme vuestras cualidades... y se callan. Me sorprende muchísimo la incapacidad que están teniendo para adentrarse en ese hombre interior, en ese mundo interior donde se hacen las preguntas más fundamentales. Pero, también hay milagros, porque he visto jóvenes que han pasado de una familia no cristiana a pedir el bautismo. He confirmado a gente que venía de erasmus, a un chico francés, a un alemán...".
"Me gusta la espontaneidad de los jóvenes, su estilo directo de dirigirse a ti, sin protocolo, sin nada. Pero, por otra parte, noto mucha superficialidad, que viven en un emotivismo que les hace muchísimo daño. Viven a fuerza de emociones fuertes o menos fuertes o muy débiles, pero se mueven más por emociones que por la racionalidad".
3- Los laicos y la misión:
"A veces tenemos un concepto de la Iglesia muy clericalizado, muy reducido a los obispos, al Papa. Parece que somos todo, y no somos tanto. Somos muy importantes en la Iglesia, evidentemente, los sucesores de los Apóstoles, pero es que está el pueblo de Dios, el santo pueblo de Dios. La Iglesia es un pueblo y ese pueblo está formado por laicos. Ya lo dijo Juan Pablo II, 'la nueva evangelización, o se hace con los laicos o no se hará'. Decía San Juan Pablo II, 'si nunca se ha concebido que un cristiano esté con los brazos cruzados, hoy menos'. Y hay muchos cristianos o de brazos caídos o de brazos cruzados, que no lo han comprendido, quizá porque no les hemos ayudado los pastores a entender su misión en el mundo, que es esencial, es luz, es sal, son ciudades edificadas sobre el monte".
4- La desesperanza y el suicidio:
"Hay heridas, pecados o situaciones personales en las que uno mismo no se perdona y entra ahí la desesperanza, el sinsentido, y que puede abocar a un suicidio. Yo he conocido personas que se han suicidado. Recuerdo todavía a un joven de mi parroquia, me pidió confesión, yo le confesé. No le encontré ninguna situación de conflicto grave, y, al día siguiente, me entero de que llegó a su casa, sus padres estaban discutiendo en el salón, pasó por en medio de ellos y se arrojó por la ventana. Yo no había percibido absolutamente nada".
"Hay muchísimas soledades, mucha falta de acompañamiento. A pesar de que hablemos de que nos interesan los jóvenes, en realidad, no se les acompaña bien, ni se les educa bien (...). El joven necesita, como todos hemos necesitado, madurar y que salgan sus problemas. Al poco tiempo de ser obispo, recuerdo que dos chicas se tiraron por el viaducto de Madrid. Leí la carta que habían escrito y me impresionó, porque las dos tenían 14 y 16 años. Decían: 'estamos solas en casa, no podemos hablar de nuestros problemas con nuestras amigas, esto no tiene sentido'. Ese era el grito de la soledad y del no poder manifestar lo que les pasaba, de no recibir una palabra de ayuda, de consuelo. A pesar de que hablamos de un mundo globalizado, es un mundo absolutamente individualista, cada uno hace su vida, y los demás que se las apañen. Es una sociedad muy deshumanizada".
5- Europa y su vuelta a Dios:
"Francisco ha dicho: 'Europa ha pasado de la tradición a la traición'. Mira que es fuerte. Y cuando habla de la transmisión de la fe a las nuevas generaciones, dice: 'nos hemos incapacitado los adultos para hacer la transmisión de la fe a las nuevas generaciones, y a que sean críticas con lo que está sucediendo'".
"Dostoievski decía que 'sin Dios todo es posible'. No quiere decir que la Iglesia tenga que estar sermoneando, sino que el hombre tiene que meterse dentro de sí y preguntarse '¿quién soy y de dónde vengo?'. Cuando el hombre descubre su dignidad, se remite necesariamente a un Dios que le ama, y que le ama de una manera infinita, que es capaz de llevarle a la plenitud de todo, de lo humano y de lo divino. Si prescindimos de eso y nos contentamos con salvar la crisis europea, salvar la economía y salvar todos los problemas... Si las grandes cuestiones no se resuelven, aunque se arreglen todos los demás problemas, seguiremos igual".