La monja fue nombrada "párroco" de Cubas, hecho extraordinario confirmado por Julio II
Misa de acción de gracias por la nueva beata Juana de Cubas, gran mística y consejera de Carlos V

Juana de Cubas, en una representación teatral dirigida por Ana Contreras en la Iglesia del Convento de Santa María de la Cruz de Cubas de la Sagra.
El monasterio de Santa María de la Cruz en Cubas de la Sagra, en Getafe, acogió este domingo 2 de marzo una misa de acción de gracias por la beatificación de sor Juana de la Cruz (1481-1534), cuyo decreto fue aprobado el pasado 25 de noviembre por el Papa Francisco.
La celebración fue presidida por el nuncio en España, Bernardito Auza, y contó con la presencia de una docena de obispos, entre ellos el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves, y el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán. También los obispos auxiliares de ambas diócesis. Participaron además prelados de otras diócesis, como el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, y el de Mérida-Badajoz, José Rodríguez Carballo, además de varios obispos eméritos.

El nuncio en España fue el encargado de celebrar la beatificación de sor Juana.
"La vida de la beata Juana de la cruz se nos viene a ofrecer como ejemplo que vive esta misma enseñanza del Señor, hoy proclamada en el Evangelio: el discípulo de Cristo ha de tener su propia manera de ser, la de aquel que por el bautismo se ha revestido de Cristo", dijo el nuncio en la homilía.
Conocida popularmente como "la santa Juana de Cubas", con solo 15 años abandonó su hogar e ingresó en las religiosas de su localidad, donde decidió su vocación franciscana tras una visión de la Virgen. En 1507 experimentó el fenómeno del "desposorio místico" con Cristo y un año después se hicieron visibles los estigmas, acompañados de la pérdida del habla durante 7 meses.
La "párroco" de Cubas
Un año después de ser elegida abadesa de su comunidad en 1509, sor Juana fue nombrada "párroco" de Cubas, hecho extraordinario que fue confirmado poco después por el Papa Julio II y que le permitió administrar los bienes parroquiales, pastorear a los fieles y hacer predicaciones. Pronto se revelaron en ella dones como el consejo, las revelaciones o hablar en lenguas, y siempre fue una gran devota y difusora del rosario.
Su popularidad alcanzó a la alta nobleza. Acudían a escuchar sus predicaciones el emperador Carlos V, el Gran Capitán -Gonzalo Fernández de Córdoba- y el cardenal Cisneros.
Su monasterio no tardó en convertirse en un epicentro de episodios milagrosos, como fue la curación de un ciego documentada en 1515. Consejera de Carlos V, Juana adquirió una gran fama que la llevaría a protagonizar una trilogía escrita por Tirso de Molina.
Quinientos años después de la sanación del ciego, Juana fue declarada venerable y actualmente su causa está siendo impulsada desde múltiples órdenes, especialmente desde su localidad natal y la diócesis de Getafe.
"Sor Juana de la Cruz encarna desde hace ya algunos siglos el papel fundamental de la mujer en la vida eclesial. Es un ejemplo de entrega y un modelo para la vida pastoral de la Iglesia. Destaca por su sabiduría, predicación, el don de consejo y el de discernimiento. El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres", dicen sus postuladores.
Cada año, el primer sábado de Pascua, se realiza una peregrinación desde la Ermita de Numancia de la Sagra hasta el Monasterio de Santa María de la Cruz, de Cubas, que recorre el camino que hizo la joven Juana huyendo de un matrimonio concertado y hasta su destino como religiosa en este convento, abrazando su vocación como Sor Juana de la Cruz.