Alfonso y Pili
Alfonso Ussía dijo de su esposa: «Dios es su amor profundo, lo cual me molesta en algunas ocasiones porque el que ha pagado la hipoteca he sido yo».

Alfonso Ussía ha sido uno de los grandes maestros del columnismo y de la literatura de humor de las últimas décadas.
Se ha muerto Alfonso Ussía y en todos los periódicos leo artículos, necrológicas y obituarios sobre él. Es gratificante, porque desde muchos y distintos puntos de vista se reconoce su calibre como escritor y como periodista; se admira su humor, que se califica de agudo, inglés, elegante; se pone en valor su valentía y la consistencia en la defensa de sus principios; quienes han tenido relación cercana con él dan testimonio de la calidad de su amistad.
Posiblemente hasta quienes le han criticado y perseguido (dicho en sentido literal) sientan en este momento una mezcla de envidia, vergüenza y quizá alivio, porque una cosa es el postureo y la conveniencia y otra muy distinta lo que uno no se puede ocultar a sí mismo, mal que le pese.
Lo que está claro es que Alfonso deja un agujero enorme y difícil de llenar en muchos sitios: periódicos, tertulias, amigos y familia. Yo no dejo de pensar en Pili, su maravillosa mujer, una persona por la que siento un cariño enorme. Recuerdo un artículo de Alfonso sobre ella en La Razón titulado No cambies que me encantó y del que no me resisto a copiar algunas frases:
- "No le interesan ni el lujo ni el dinero, y menos aún, si el dinero es ajeno. Su ilusión es una casa en La Montaña, muy cerca de sus raíces, con un jardín frondoso y un horizonte reducido de hortensias y buganvillas. Todo ello regalado por Dios, que es su amor profundo, lo cual me molesta en algunas ocasiones porque el que ha pagado la hipoteca he sido yo, pero ella, hasta ese mínimo detalle, a Dios se lo agradece... Se considera una privilegiada y no piensa cambiar ni de oraciones, ni de esfuerzos ni de gratitudes. Jamás se le ha pasado por la cabeza herir a nadie, y cuando en mis escritos me manifiesto excesivamente áspero o duro con alguien a quien ella no conoce, ni ha tratado, ni piensa conocer y menos aún tratar, me advierte de que he podido equivocarme".
Creo que no se puede entender a Alfonso sin Pili. No soy quién para decir cómo es, ya lo ha dejado inmejorablemente escrito su marido, pero para mí ella representa todo lo mejor en lo que Alfonso creía y ha sido esa roca firme que le ha sostenido hasta el final. La admiro y la quiero, la considero un referente y un modelo y tengo la sensación de que a Alfonso le parecerá bien que lo diga, aunque posiblemente a ella le incomode el protagonismo.
Un abrazo.
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