Ciencia y doctrina social en León XIV
León XIV, durante su visita al Observatorio Vaticano (la Specola).
No es nada difícil encontrar información acerca de los Papas y la ciencia. La imagen de arriba es buena muestra: León XIV mira por un telescopio de la Specola Vaticana que visitó el 20 de julio.
No hace mucho hablábamos del Papa y la astronomía...
...aunque mirar por el telescopio es algo que también se fotografió con San Pablo VI al aparato:
Y es que la Specola Vaticana [Observatorio Astronómico Vaticano] lleva funcionando desde que lo inaugurara el Papa Gregorio XIII en 1586.
León XIV ha hablado recientemente de la utilidad de las ciencias en la promoción del humanismo cristiano y de la conciliación entre ciencia y Doctrina Social de la Iglesia. Fue en su discurso del 17 de mayo ante la Fundación Centesimus Annus Pro Pontifice.
El tema de la conferencia internacional de dicha organización fue Superar las polarizaciones y reconstruir la gobernanza global: las bases éticas, y León XIV afirmó que eso estaba directamente relacionado con la doctrina social de la Iglesia. Haciendo un breve repaso histórico para explicar el porqué de esa relación, aludió a una frase de su intervención el día que tomó posesión, invitando "a construir puentes con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz".
Y mencionó a sus predecesores:
- León XIII, que "aspiraba a contribuir a la paz estimulando el diálogo social: entre el capital y el trabajo, entre las tecnologías y la inteligencia humana, entre las diversas culturas políticas, entre las naciones";
- Francisco, "que utilizó el término policrisis para evocar el dramatismo de la coyuntura histórica que estamos viviendo, en la que convergen guerras, cambios climáticos, desigualdades crecientes, migraciones forzadas y obstaculizadas, pobreza estigmatizada, innovaciones tecnológicas disruptivas, precariedad laboral y de los derechos".
León XIV empleó la palabra ciencia en relación a estas cuestiones al decir:
- "Frente a cuestiones de tanta importancia, la Doctrina Social de la Iglesia está llamada a ofrecer claves interpretativas que pongan en diálogo la ciencia y la conciencia, ofreciendo así una contribución fundamental al conocimiento, a la esperanza y a la paz".
Invitando a todos a contribuir al avance de la doctrina, señalaba la importancia de hacerlo en base al estudio científico:
- "Se vuelve urgente, entonces, la tarea de mostrar, a través de la Doctrina Social de la Iglesia, que existe un significado distinto y prometedor del término 'doctrina', sin el cual también el diálogo se vacía. Sus sinónimos pueden ser 'ciencia', 'disciplina' o 'saber'. Así entendida, toda doctrina se reconoce como fruto de la investigación, y por tanto de hipótesis, de voces, de avances y fracasos, a través de los cuales se busca transmitir un conocimiento fiable, ordenado y sistemático sobre una cuestión determinada. De este modo, una doctrina no equivale a una opinión, sino a un camino común, coral e incluso multidisciplinar hacia la verdad… La doctrina, en cuanto reflexión seria, serena y rigurosa, busca enseñarnos, ante todo, a saber acercarnos a las situaciones, y aún antes, a las personas. Además, nos ayuda en la formulación del juicio prudencial. La seriedad, el rigor y la serenidad son lo que debemos aprender de toda doctrina, también de la Doctrina Social".
Poco a poco invitaba a los oyentes a considerar que la doctrina de la Iglesia debe ser compatible con el conocimiento científico de la realidad humana, apelando al magisterio del Vaticano II al decir:
- "Queridísimos, como afirma el Concilio Vaticano II, «es deber permanente de la Iglesia escrutar los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio, de modo que pueda responder, de manera adecuada a cada generación, a los perennes interrogantes de los hombres sobre el sentido de la vida presente y futura y sobre sus relaciones mutuas» (Gaudium et spes, 4)".
Es decir, los cristianos tenemos el deber de estudiar a fondo las realidades, usando la ciencia, para ayudar a la humanidad en los problemas sociales, porque "existe una demanda creciente de Doctrina Social de la Iglesia a la que debemos responder", que hace referencia a las necesidades humanas de justicia, de paternidad y maternidad, de espiritualidad, especialmente entre los jóvenes y los marginados, que no siempre encuentran canales eficaces para expresarse: tantos son, como dijo el cardenal Rouco en la Misión Joven de 2007, "indigentes de amor".
Ese hambre de Dios también hay que atenderla con el uso de las ciencias sociales. Dijo León XIV también en esta ocasión:
- "Por ello, el estudio y la profundización son fundamentales, al igual que el encuentro y la escucha de los pobres, tesoro de la Iglesia y de la humanidad, portadores de puntos de vista descartados, pero indispensables para ver el mundo con los ojos de Dios".
La Doctrina Social de la Iglesia es la enseñanza moral de la Iglesia católica sobre temas sociales, económicos, políticos, familiares y culturales. Basada en la fe cristiana, ha de esforzarse por aplicar los principios evangélicos a la vida social, promoviendo la justicia, la paz y el bien común.
Aunque no es una ciencia social en sí misma, debe utilizar las ciencias sociales para comprender mejor la realidad humana y ofrecer respuestas a los problemas sociales desde una perspectiva cristiana. Las ciencias sociales, como la sociología, la economía, la ciencia política y otras, aportan datos y análisis que ayudan a la Iglesia a entender los contextos sociales, económicos y políticos en los que se encuentra.
Sin embargo, la Doctrina Social de la Iglesia va más allá de la mera descripción de los hechos sociales y propone una visión ética y moral basada en la fe, que fundamentalmente quiere decir que el hombre que se propone y no puede hacer el bien ha de descubrir que su incapacidad se debe a haber roto con Dios como fuente de la ciencia y la sabiduría, y ha quedado cegado a la voluntad de Dios.
Cristo ha sido enviado para sanar los corazones afligidos y sufrientes, para reconciliarnos con Dios. Una y otra vez podemos seguir intentándolo al recibir la gracia santificante que Jesucristo con su muerte y resurrección ha ganado para todos del Eterno Padre Celestial.
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