Religión en Libertad
manos-corazón-acogida

manos-corazón-acogida

Creado:

Actualizado:

Hace unos años tuve la gran providencia de Dios de poder ir a Tierra Santa. Fue un viaje inolvidable. Pude estar en los mismos sitios por lo que piso Jesús. Pero hubo un sitio entrañable en Belén, que me cautivó: la cueva de los pastores. Pudimos alabar y bendecir a Dios, en el mismo espacio en que el ángel se apareció a los pastores anunciándoles el nacimiento del Jesús. Ellos iban a ser los primeros testigos del acontecimiento que ha cambiado la historia de la humanidad, y que es la salvación para cada hombre y mujer, pequeño y mayor, pobre y rico. En definitiva, Dios ha entrado en tu historia, en la que puede haber tristeza y gozo, alegría y pena, amor y desconfianza, para darle una plenitud nueva.

Los pastores fueron los que escucharon esta buena nueva del nacimiento del Salvador. Ellos eran hombres acostumbrados al frío y al viento, a la noche y al silencio. Tenían un corazón sencillo, simple, sin doblez. Conocían las profecías porque eran del pueblo de Israel. Vivian en Belén. Conocían y guardaban a sus ovejas por su nombre. Conocían su olfato, su olor, su balido, su andar, su caminar. Lo sabían todo de ella. Pero sobre todo, sabían distinguir cuando estaba enferma o sana, cuando se sentía triste o cuando tenía alegría. Cada oveja era especial para el pastor.

Jesús, nació en Belén. Un pueblo donde habitaban pastores, en el cual nació el rey David, que fue elegido rey siendo pastor. El mismo Señor se llamó a sí mismo el Buen Pastor, siendo también Rey. Y, ¿tú y yo somos podemos ser pastores y reyes?

Somos llamados a ser pastores que acogen y reciben con gozo la alegría del nacimiento del Salvador. Podemos permitir que en nuestra vida entre el perdón y la misericordia, el amor, y la esperanza, porque somos portadores de una buena nueva. Somos pastores que somos enviados a cuidar del rebaño, de cada oveja, con cuidado y con ternura, porque Dios le ama y la conoce de modo pleno.

Pastor que puedes acoger al Salvador en el frio de la noche, en la soledad de un corazón, que anhela ver a Dios. Pastor porque eres sencillo, y solo anuncias aquello que has visto con tus ojos, y comes cada día. Pastor que vives en las praderas de la vida con mayúscula. Pastor que deseas ver a Dios. Pastor que lloras ante el sufrimiento, el dolor y la angustia de cada hombre.

Pastor que te sientes solo, triste y abandonado. Pastor que te sientes pecador, y sucio. Pero estás llamado a ir al portal, a ver el misterio: un Niño en un establo, en un pesebre. Pastor que acudes al establo de los animales, para ser cuidado por un Rey que se hace Niño. Pastor que en medio de la noche te dejas iluminar y cuidar por María y José. Pastor que era rechazado por los tuyos, porque se creen mejores que tú, pero eres acogido, con todo lo tuyo, en un establo donde reina la santidad y la gloria, del Niño, María y José. Por ellos eres acogido sin juicio, solo porque te quieren amar y entregar al Hijo que ha venido a salvarte.

Pastor que te conviertes en rey, porque eres amado y elegido. Pastor llamado a cuidar y rey enviado a servir. Pastor que puedes ver en medio de la noche la gloria de Dios, y ella te quiere iluminar. Pastor que cantaras con los ángeles, gloria al Señor que viene y que vendrá.

Eres llamado a ser Pastor, porque has recibido el anuncio del Redentor para todos, y puedes ir a contemplarlo, en la pequeñez de tu corazón, ante un enfermo que puedes ir a visitar, ante un niño al que puedes abrazar, ante un anciano al que puedes amar, ante una familia que te quiere abrigar, cuando todo parece que no tiene mucho sentido.

Pastor ábrete al mensaje de la Navidad: Dios se hace carne y viene para que puedas ver la gloria de Dios. 

Rey que vas a servir y ponerte al lado del que está mal o pasa por un mal momento. Rey que se abaja como Jesús para dar de comer y entregarse por el que menos cuenta para todos. Rey que vienes hacerte pequeño como Jesús, ante el que es humillado, y no es amado. Rey que eres escogido para levantar al que peca, al que cae, aquel que se siente pecador pero necesita el perdón. Rey para amar, cuidar, y acoger. Para eso eres rey.

Eres escogido para ser como Jesús: pastor y rey

Belén Sotos Rodríguez

Comentarios

Suscríbete

y recibe nuestras noticias directamente

tracking