

El colombiano Wilson Fernando López asegura que entró cuando tenía 17 años en una secta satánica llamada «Los Doce del Zodíaco» y que allí vivió los preparativos y celebraciones que realizan este tipo de sectas en Halloween.
Los preparativos de Halloween
“Conforme a unas fechas establecidas, una de las mujeres deberá sacrificar a sus hijos el día 31 de octubre. Se la elige con meses de anterioridad. Se acuesta (sexo ritual) con el líder, y durante la semana (previa a Halloween) la tratan como si fuera una diosa”.
Al ingresar en esa secta, Wilson tenía que pasar distintas fases. “Llegué a sacrificar a un gato negro. Le clavé el puñal, me tomé su sangre y me comí su corazón. Con este acto, ya había entregado, por decirlo de alguna forma, el noventa por ciento de mi alma al Demonio. Sólo me faltaba el sacrificio humano. Mis compañeras me instaban a hacerlo, porque ya dominaba todos los ritos. Ellas querían que yo fuera su líder. Claro, pero también tenía que montar mi morada de 12 discípulos para continuar la obra de Satanás”.
“Recuerdo que en una de las noches de Halloween, vi el sacrificio de un niño. Me dio una inmensa pena ver cómo el sacerdote negro colgó al niño, lo abrió con una daga, le sacó el corazón y se lo comió… ”.
Se enganchó por una sectaria guapa
¿Cómo llegó Wilson a implicarse en este ambiente? Él era un chico tímido de 17 años... atraído por una chica guapa.
"Era una hermosa joven de ojos verdes claros, bellísima, con un rostro de inocencia casi angelical. Un día me invitó a una fiesta, llegamos a una casa grande y me fijo al momento de entrar que estaba todo oscuro. Caminamos, entré con ella a un lugar donde habían otros muchachos que se colocaron una sotana oscura. Temeroso no le solté la mano y también me vistieron con esta sotana”.
Escuchó a un hombre del grupo que hablaba un extraño lenguaje.
“Noté que todos hablaban en ese mismo idioma. Mientras, asustado, permanecí callado. Luego noté que en el centro de una mesa que rodeaban estaba graficada una tabla Ouija con sangre que luego supe era humana, y las manillas de la tabla comenzaron de pronto a girar al contrario de las manecillas del reloj”
“Los vasos de agua que estaban en la mesa comenzaron a levitar unos cuantos centímetros, lo mismo pasó con las velas. En cuestión de segundos entré en pánico y quise escapar, quería correr, pero ya era tarde. Escuché una voz a mis espaldas que me dijo «si huyes te mato»”.
Se quedó en la secta y quedó atrapado en ella. Estuvo en ella casi tres años, recuerda, y conforme pasaba el tiempo, sabía que llegaba la hora de cumplir con el pacto.
“Era el que seguía en la lista y tenía que hacer el sacrificio. Llegó el 31 de octubre, Halloween, todo está listo y los integrantes debíamos jurar ante el libro del Macho Cabrío (texto insigne del satanismo y de invocación a demonios); así se comienza el año satánico, se invoca a los espíritus inferiores y se baña a todos los satanistas con agua de alcantarilla”.
Y conoció una chica cristiana
“Llegó una muchacha nueva a mi barrio y tanto me fasciné con ella que quise hechizarla. Probé con todos los rituales que sabía, pero a ella no le entraba nada".