Yo también exijo una auténtica reforma de la Iglesia
A mediados de 2011 algunos sacerdotes austriacos publicaron un llamado a la desobediencia. Sus obispos y el Papa eran los sujetos a desobedecer en cuanto garantes del Magisterio de la Iglesia a la que constestaban. Dado que dedicamos un artículo a ese tema (cf. Curas rebeldes en tres países y su invitación abierta a la desobediencia) no me detengo más en ello.
En la misa crismal del jueves 5 de abril de 2012 con los sacerdotes de Roma, Benedicto XVI ha pronunciado una de esas homilías que interpelan a lo más profundo de la fe. La prensa no ha tardado en reducirla en un "jalón de orejas" a los sacerdotes beligerantes arriba mencionados, pero es mucho más que eso.
Es verdad que dice:
pero la homilía del Papa es mucho más que esa consideración: es una reflexión sobre el origen mismo de la fe que nosotros no construimos, sino que recibimos y, en ese sentido es obediencia a quien nos la da -Cristo- por medio del instrumento por Él fundado -la Iglesia y sus pastores-.
En muchos sectores y ambientes se suele hablar de la necesidad de una reforma en la Iglesia... Y se olvida que todo bautizado es la iglesia y que por tanto la reforma comienza por la propia vida.
Hay entre los sacerdotes -pocos a decir verdad- quienes llegan a confundir sus propias ideas con la fe de la Iglesia. A ellos se les puede repetir lo que en su homilía dice el Santo Padre: "No anunciamos teorías y opiniones privadas, sino la fe de la Iglesia, de la cual somos servidores".
Siempre me han impresionado mucho los anti testimonios de sacerdotes, o ex sacerdotes, que desobedecen y llegan a enseñar lo que no es católico. Me ha impresionado porque en el momento inmediatamente previo a su ordenación son interrogados por la renuncia a sí mismos y se les pide libremente una promesa de obediencia a sus obispos y superiores legítimos: «¿Queréis uniros más fuertemente a Cristo y configuraros con él, renunciando a vosotros mismos y reafirmando la promesa de cumplir los sagrados deberes que, por amor a Cristo, aceptasteis gozosos el día de vuestra ordenación para el servicio de la Iglesia?». ¿Cómo una persona que libremente acepta cambia después radicalmente de postura...?
Invito encarecidamente a leer la homilía del Santo Padre íntegramente. Una auténtica reforma de la Iglesia pasa por la obediencia. Obediencia que es, como subraya el Papa, configurarse con Jesucristo: "La configuración con Cristo es el presupuesto y la base de toda renovación. Pero tal vez la figura de Cristo nos parece a veces demasiado elevada y demasiado grande como para atrevernos a adoptarla como criterio de medida para nosotros. El Señor lo sabe. Por eso nos ha proporcionado «traducciones» con niveles de grandeza más accesibles y más cercanos […] Los santos nos indican cómo funciona la renovación y cómo podemos ponernos a su servicio. Y nos permiten comprender también que Dios no mira los grandes números ni los éxitos exteriores, sino que remite sus victorias al humilde signo del grano de mostaza".
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