En 2008, el cineasta Pedro A. Loma vio que en la iglesia de San Martín, en pleno centro de Madrid, bajo la urna con los restos de Alexia, había siempre flores. No era Día de Todos los Santos, ni una fecha señalada, y aun así los jarrones seguían llenos. ¿De dónde venían esas flores? Fruto de esa investigación, brotó esta película de testimonios.
Las flores no procedían de familiares, sino de personas anónimas que se sentían cercanas a la joven Sierva de Dios Alexia González-Barros, que murió en Madrid con 14 años, hace ya 40 años. Ella despierta afecto y esperanza en muchos.
La película completa, impulsada por European Dreams Factory, dura 20 minutos.
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«Flores para Alexia», la entrevista al director: un testimonio de fe y amor inquebrantables
Luis Javier Moxó Soto
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