Obispo de Angola pide «ilegalizar la adivinación» mientras en Occidente atrae al 50% de los jóvenes

En África, cuna de multitud de prácticas esotéricas y ocultistas, obispos como el de Saurimo (Angola), José Manuel Imbamba, se encuentran en pie de guerra contra la adivinación, llegando al punto de exigir a las autoridades que aborden e incluso penalicen estas prácticas por los estragos sociales que genera a su paso.

Tal y como recogió recientemente ACI África, el arzobispo se habría dirigido a las autoridades civiles advirtiendo contra un fenómeno que “está destruyendo comunidades, dividiendo familias y obstaculizando el desarrollo”.

El arzobispo Imbamba se expresó con contundencia tras concluir su visita pastoral de dos semanas a varias parroquias de su jurisdicción, donde fue consciente de la existencia de “personas profundamente afectadas por las acciones de los adivinos”.

“Hemos encontrado personas cuya honra y dignidad han sido destruidas. Pido a las autoridades y a los juristas de este país que penalicen urgentemente a los adivinos en nuestra tierra”, expresó el también presidente de la Conferencia Episcopal de Angola y Santo Tomé y Príncipe.

Entre otros estragos, el arzobispo lamentó que los adivinos “están destruyendo comunidades, dividiendo y empobreciendo a las familias, matando el desarrollo. Para mí, esto debe enfrentarse ahora. Ser testigos pasivos de este espectáculo de robo y mentiras es permitir el colapso de la sociedad misma”.

Imbamba advirtió ante la “trampa” de “pensar que una muñeca u objeto nos da vida, riqueza o fama”.

“Esta mentalidad obsoleta debe ser erradicada. Debemos liberarnos de los mitos y falsedades que nos hacen creer que la muerte siempre es causada por otro. Nuestra sociedad debe convertirse en una sociedad del conocimiento, la ciencia y la razón”, alentó.

El obispo se mostró inflexible contra los “llamados doctores y licenciados que se aferran a estas supersticiones”, quienes “no están libres de la oscuridad de la ignorancia y siguen siendo culturalmente esclavos”. También abordó la justificación de estas prácticas por ser “de usos y costumbres”, remarcando que entonces deberían ser reformadas, pues “la cultura debe liberar, no oprimir”.

"Nuestros juristas deben criminalizarlo"

“El año pasado, una de estas personas iba de casa en casa exigiendo pagos, entrando sin permiso, alegando que estaba buscando brujería. A menudo son sus cómplices quienes colocan objetos sospechosos en las viviendas para validar sus afirmaciones falsas”, relató sobre un incidente ocurrido en una provincia angoleña.

Para el prelado, “es inaceptable que las autoridades no hagan nada mientras estas personas molestan a ciudadanos pacíficos, entrando en propiedades privadas bajo el pretexto del fetichismo. Esto debe terminar”.

“Las autoridades deben sentarse y decir: nuestros juristas deben criminalizar esto. Porque las violaciones que se están cometiendo son indescriptibles”, añadió.

Una práctica en ascenso, también en Occidente

En Occidente, la práctica de la brujería y la adivinación no hace sino incrementarse. Especialmente en redes sociales. En Madrid, Ricardo Salas, propietario del Museo del Tarot, asegura que Facebook y TikTok “están llenas de oráculos, en referencia a “gente que no lee solo el tarot, sino cartas astrales o runas vikingas”. El mismo Salas asegura haber visto incrementadas las ventas de su negocio en hasta un 30% desde la pandemia.

Un vistazo a las redes sociales basta para confirmar dicho incremento, especialmente en Tiktok, donde la etiqueta de “Witchtok” -brujería en Tiktok- acumula millones de reproducciones, mientras que el diario El País reportaba en noviembre de 2024 que más del 50% de la Generación Z mostraba interés por el tarot y los videntes.

Según datos de U.S. Games Systems, el principal vendedor de barajas de tarot del mundo, las ventas de estas últimas se triplicaron durante el primer año de la pandemia.