Ignacio Carbajosa es decano de la facultad de Teología de San Dámaso
La Biblia no es «un libro»: habla «de cómo Dios entró en la historia de un pueblo y se hizo carne»
Acaba de publicar «Cartas a Pascual. La Biblia explicada a un joven universitario»

Ignacio Carbajosa, con otro de sus libros.
Ignacio Carbajosa (Cartagena, España, 1967) es sacerdote, licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense y doctor en Ciencias Bíblicas por el Pontificio Instituto Bíblico de Roma. Actualmente es catedrático de Antiguo Testamento y decano de la Facultad de Teología de la Universidad San Dámaso.
Acaba de publicar Cartas a Pascual. La Biblia explicada a un joven universitario (Verbo Divino), un libro orientado a los jóvenes que con un estilo cercano y directo explica algunas pasajes de la Biblia que o bien suelen ser objeto de debate, o bien ofrecen pautas de conducta o comprensión del mundo, o bien son claves para comprender el Antiguo Testamento y su cumplimiento y plenitud en el Nuevo.
-¿Cuál fue la experiencia que le inspiró a escribir "Cartas a Pascual" y abordar la explicación de la Biblia de una manera tan accesible y cercana?
-He estado en contacto cotidiano con jóvenes universitarios durante quince años, dentro de un recorrido de educación en la fe. En más de una ocasión, los mismos chavales me pidieron hacer un seminario de estudio de la Biblia, más concretamente del Antiguo Testamento, que encierra libros que apenas conocen. Con algunos empecé un grupo, pero nos vimos muy pocas veces.
»Por eso, cuando tuve la ocasión de disfrutar de un año de investigación en el extranjero, caí en la cuenta, precisamente leyendo las cartas de San Pablo, de que podía usar el método epistolar para llevar a cabo ese curso, en la distancia.
»Dicho y hecho, empecé a escribir una carta cada semana que luego publicaba en un medio digital.

- Ignacio Carbajosa, Cartas a Pascual (Verbo Divino).
-En el libro, utiliza un estilo epistolar para explicar pasajes del Antiguo Testamento. ¿Por qué eligió este formato y cómo cree que ayuda a conectar con los lectores jóvenes?
-El formato epistolar me permitía un estilo ágil y cercano, y a la vez, facilitaba tocar cuestiones muy personales, como la experiencia de enamorarse, o el no soportarse a uno mismo, al quedar todo en el tú a tú de una carta.
»Para ello creé un personaje, Pascual, un prototipo de universitario muy “español”, en el sentido de que provenía de un contexto no cristiano y había abrazado la fe recientemente, al encontrar un grupo de creyentes en la Universidad, cambiando su nombre el día de su bautismo en la Vigilia Pascual.
»Cuando la gente me pregunta si existe Pascual les digo que sí: lo he inventado, pero tiene los rasgos de tantos jóvenes que he acompañado en estos años. ¡Muchos de ellos se reconocen en estas páginas!
»Al tratarse de cartas relativamente breves y centradas en un solo pasaje bíblico, son de fácil lectura. ¡Se pueden tomar como las píldoras diarias! Además, al principio de cada carta dedico un párrafo a comentar algo que me había pasado o estaba viviendo en los diferentes lugares donde discurría mi investigación (Roma, Oxford, Harvard y Dublín). Esa anécdota personal daba pie para entrar en el tema de la semana.
-La Biblia, especialmente el Antiguo Testamento, puede ser un texto desafiante. ¿Cuáles son los principales malentendidos o conceptos erróneos que los lectores tienen sobre la Biblia y cómo aborda estos temas?
-El primer error es considerar la Biblia directamente como la “Revelación” divina: Dios nos quiere decir algo y nos ha mandado un libro. Curiosamente la Biblia no habla de esto: al contrario, describe cómo Dios ha entrado en la historia de un pueblo, Israel, y en la plenitud de los tiempos se ha hecho carne en un judío-galileo, Jesús de Nazaret. Los discípulos que lo acompañaron durante tres años, y todos aquellos que se lo cruzaron, pudieron realizar la experiencia que todos estamos llamados a realizar: conocer a Dios a través de una carne humana, a través de nuestra experiencia. Esto es mucho mejor que leer un libro…
»Los Hechos de los Apóstoles muestran cómo lo que había sucedido en tiempos de Jesús seguía sucediendo cuando éste ya había resucitado y ascendido a los cielos. Así hasta el día de hoy, en la vida de la Iglesia. La experiencia de Israel y la de los discípulos (es decir, el Antiguo y el Nuevo Testamento) se puso por escrito para ser usada en un contexto litúrgico, de memoria, y para servir como texto canónico, es decir, normativo: toda experiencia cristiana debe medirse con ese testimonio escrito e inspirado. Las cartas a Pascual están atravesadas por esta dinámica: del presente al pasado, del pasado al presente.
»Si Pascual (¡y yo mismo!) se interesa por la Biblia, siendo de procedencia “atea”, es porque en su historia (en la Universidad) se ha topado con Cristo en la piel de los cristianos. Es el presente. Para entender qué es lo que se ha encontrado, o mejor, a quién se ha encontrado, necesita ir a los evangelios, y de ahí, hacia atrás, al Antiguo Testamento. Es el pasado. Así puede reconocer que lo que se ha encontrado en la Universidad es posible porque lo ha generado Cristo resucitado. El pasado que se vuelve presente. La mirada sobre su vida que ha recibido en sus amigos cristianos es la de Jesús: la misma mirada que dirigía a la Samaritana, a Zaqueo o a Pedro. Del presente al pasado, del pasado al presente.
»Siempre recordaré a una joven estudiante que, después de haberse encontrado con la comunidad cristiana, que introdujo un radical cambio en su vida, un día se me acercó y me dijo: “¡Me he descargado los evangelios!”. Se refería obviamente a descargárselos de Internet, donde supuso que los iba a encontrar. Esta chica ilustra muy bien la dinámica a la que me refería: antes de encontrarse con la comunidad cristiana ni sabía nada ni le interesaban nada los evangelios. Una vez se topó con el cuerpo de Cristo (en los cristianos) le nació el interés por leer cómo se movía aquel hombre, cómo miraba, como perdonaba… ¡y le interesaba porque seguía siendo contemporáneo! Por eso se “descargó” los evangelios.
-En "Cartas a Pascual" explora la conexión entre la fe y la vida cotidiana, incluyendo los estudios y las relaciones personales. ¿Cómo cree que la Biblia puede guiar a los jóvenes en su búsqueda de significado y propósito en la vida?
-Una vez que el joven se ha topado con una comunidad cristiana viva, puede entrar en contacto con la Biblia, primero a través de la liturgia, que es su lugar privilegiado, pero también a través de una educación en la fe que beba de los relatos que están en el origen de la misma. La fe representa un camino de conversión, una “metanoia” (cambio de mentalidad), por la que nuestras medidas racionalistas y miopes saltan por los aires. Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento ilustran una mirada única sobre el mundo, sobre su origen, sobre lo verdaderamente humano, sobre la imagen de Dios, que es revolucionaria en su contexto cultural (mesopotámico, griego o romano).
»En las cartas a Pascual aprovecho sus clases de biología (y su profesor ateo) para afrontar la cuestión de la creación y la evolución, del origen del mundo, tal y como se expresan en los relatos de Génesis, que contienen una enorme novedad. Obviamente, Pascual es un joven que ha sufrido, como yo mismo, la separación entre razón y fe como dos cosas irreconciliables. Todas las cartas están escritas a un joven que desea seguir usando su razón sin que esta se convierta en una medida que lanza una sospecha sobre todo.
»Uno de los lugares de conversión de la razón es la propia experiencia: me veo obligado a dar razón de lo que ven mis ojos, de la belleza que he encontrado en la comunidad cristiana y de la correspondencia inaudita entre lo que en esa comunidad dice de mí, de la vida, de la creación, del afecto, del trabajo, y mis propias exigencias y deseos. ¡La misma experiencia que vivieron los discípulos de Emaús cuando Jesús les contaba lo que la Escritura decía de él!
»El Antiguo Testamento está lleno de relatos que describen de forma lúcida la verdadera naturaleza de nuestra humanidad. Por eso utilizo todos los avatares de la vida de Pascual para exponerle los ricos textos de la Biblia.
- ReL recogió íntegro el curso completo "La Biblia y sus manuscritos" de Ignacio Carbajosa. Desde este capítulo, último, puedes acceder a todos los demás.
-Como experto en Antiguo Testamento y catedrático de Teología, ¿qué consejos o recomendaciones tendría para aquellos que deseen profundizar en el estudio de la Biblia y desarrollar una relación más personal con la Palabra de Dios?
-En primer lugar, es esencial no olvidar lo que decíamos al principio: del pasado al presente, del presente al pasado. El ministro etíope de la reina Candace que, de vuelta de su peregrinación a Jerusalén leía el libro de Isaías (tal y como nos lo narra el capítulo 8 de los Hechos de los Apóstoles), no entendía quién era el misterioso siervo sufriente del Señor que aparece en ese libro. Fue el apóstol Felipe, encontrado en medio del camino, el que le introdujo en la comprensión del pasaje, contándole de la pasión muerte y resurrección de Jesús, verdadero siervo sufriente.
»Nuestra lectura del Antiguo Testamento debe ser necesariamente cristológica. Nos hemos topado con Jesús que nos ha abierto el entendimiento para comprender las Escrituras, es decir, lo que de él dicen.
»Una de las experiencias más bellas como profesor de los libros proféticos y sapienciales del Antiguo Testamento es descubrir en mis clases año tras año (¡cada año es nuevo!) pasajes cargados de anhelo, deseo, esperanza, grito, intuición (profecía, en una palabra), de un cumplimiento que llega con Cristo. Invito a todos a adentrarse en los tesoros que contienen esos libros, profundamente humanos y profundamente divinos (atravesados por la novedad que portaba Israel).