Algunos salesianos murieron torturados al día siguiente de llegar a Auschwitz
Beatificarán a once mártires: 9 salesianos víctimas de los nazis; 2 curas, bajo el comunismo checo

Jan Bula y Václav Drbola, sacerdotes checos ejecutados por los comunistas en 1951 y 1952, ahora reconocidos como mártires
El Papa León XIV ha ratificado con su firma el decreto que reconoce como mártires, y que permite beatificar, a 9 salesianos polacos asesinados entre 1941 y 1942 en los campos nazis de Dachau y Auschwitz y a 2 curas ejecutados tras unos juicios-farsa en la persecución comunista en Checoslovaquia en 1951 y 1952.
Mártires salesianos en los campos de concentración nazis
El sacerdote salesiano Gerry O'Shaughnessy en su libro The Salesian Martyrs of Auschwitz detalla las experiencias de veintidós sacerdotes y hermanos salesianos enviados al campo de Auschwitz, de los cuales solo seis sobrevivieron. Los supervivientes contaron mucho de lo que sucedió. También murieron salesianos en Dachau, un campo que recibió miles de clérigos de toda Europa, pero con mayoría de polacos.
La causa para beatificar a los 9 salesianos polacos se abrió en 2003 y su fase diocesana terminó en 2011. Es la causa conocida como de Jan Świerc y sus compañeros.
- Jan Swierc, nacido en Alta Silesia, estudió con los salesianos en Italia y fue ordenado sacerdote en Turín en 1903. En Polonia fue rector de dos casas salesianas y consejero provincial. Se le encomendaban asuntos difíciles y delicados y tenía fama de santidad. El 23 de mayo de 1941, tras dos años de ocupación nazi de Polonia, fue arrestado por la Gestapo con otros salesianos, encarcelado un tiempo en Cracovia y luego llevado al campo de concentración de Auschwitz. El 27 de junio de 1941 fue torturado y luego asesinado por un soldado alemán por el hecho de ser sacerdote y porque no cesaba de mencionar el nombre de Jesús. Tenía 64 años, 42 años de profesión y 38 años como sacerdote.
- Ignacio Antonowicz: sacerdote y rector del Seminario de Cracovia, ordenado en 1916, fue profesor en Italia. En la Primera Guerra Mundial fue capellán militar del ejército polaco en Italia y Francia, y también sirvió en la guerra polaca contra los bolcheviques en 1919. En 1920, comenzó a trabajar como profesor en el Seminario Mayor de la Sociedad Salesiana de Cracovia. De 1927 a 1934 dirigió varios centro salesianos, inclyendo el Instituto Teológico de Cracovia. Fue arrestado con otros salesianos el 23 de mayo de 1941 y deportado a Auschwitz un mes después. Allí le golpearon hasta la muerte el 21 de julio de 1941.
- Ignacio Dobiasz nació en 1880 en Ciochowice, estudió en los salesianos de Italia y se ordenó en 1908 en Foglizzo. Después de su regreso a Polonia, trabajó en Oswiecim, Przemysl, Varsovia y Cracovia. Fue arrestado el 23 de mayo de 1941, como sus compañeros. Llegó a Auschwitz el 26 de junio pero lo mataron a golpes ya al día siguiente. El padre Vincent Waloszek, testigo en la cantera de piedra, lo explicó así: "Era un sacerdote anciano de 60 años, enfermizo y exhausto. No podía soportar el trabajo que se le imponía. A menudo se detenía, descansaba… Esto atrajo la atención de sus torturadores. El kapo le dijo: '¡Ajá, tú tampoco tienes ganas de trabajar! Claro, es más fácil engañar a la gente y robar que trabaja. Carga las piedras, corre a la fosa'". El kapo le dio golpes sin cesar, ante todos, hasta que murió.
- Los sacerdotes salesianos Casimir Wojciechowski y Franciszek Ludwik Harazim murieron juntos. Como los anteriores, fueron arrestados el 23 de mayo y tras un mes presos en Cracovia llegaron a Auschwitz el 26 de junio. En su primer día en el campo de trabajo de la cantera de grava, un kapo alemán puso una enorme viga sobre el cuello de los dos, la pisó y los estranguló hasta la muerte.
- Ludwik Jan Mroczek estudió en Cracovia y en Przemysl y fue ordenado sacerdote en 1933. Trabajó, entre otros sitios, en Leópolis, Czestochowa y Cracovia. Lo arrestaron un día antes que a los otros mártires que hemos mencionado, el 22 de mayo de 1941, y como ellos permaneció en la cárcel de Cracovia un mes y luego fue trasladado al campo de concentración de Auschwitz. Según algunas fuentes podía haber estado llevando mensajes del movimiento clandestino polaco de resistencia ZWZ. Llegó el 26 de junio a Auschwitz. Fue torturado, maltratado y golpeado, pero consiguió sobrevivir medio año, hasta el 5 de enero de 1942, cuando falleció agotado y torturado.
- Karol Golda entró en la Congregación salesiana en 1931, estudió en Roma en 1935 y allí fue ordenado en 1938. Fue arrestado por los nazis en una ocasión distinta al resto: el 31 de diciembre de 1941. Parece casi seguro que escuchaba en confesión a soldados alemanes, probablemente motivados por la Navidad, algo que estaba estrictamente prohibido por el sistema nazi. También se negó a revelar el secreto de confesión. Lo llevaron a Auschwitz, le torturaron y le condenaron a morir en la celda del hambre donde falleció el 14 de mayo de 1942. (La causa de su muerte en los registros nazis se apuntó como "gripe con corazón debilitado").
- Franciszek Miśka trabajó como sacerdote salesiano con ancianos en Przemyśl, como catequista en Vilna y como párroco en Lad nad Warta. Fue capellán militar de los soldados cercanos el breve tiempo que el Ejército polaco resistió en la Segunda Guerra Mundial y luego volvió a la parroquia. El 6 de enero de 1940 los alemanes convirtieron los locales salesianos en un campo de detención temporal para clérigos y lo pusieron al cargo de la administración: consiguió cubrir las necesidades de los presos y otros vecinos. Más adelante fue trasladado al campo nazi de Dachau, donde murió por malos tratos el 30 de mayo de 1942.
- Franciszek Wlodzimierz Szembek fue ordenado sacerdote salesiano en 1934. Sirvió en Skawa hasta bien entrada la guerra. El 9 de julio de 1942 se entregó voluntariamente a cambio de la vida del padre Valentine Kozak, que iba a ser arrestado como represalia por la fuga de otra persona. La realidad es que los alemanes arrestaron igualmente a ambos. Sin embargo, dos semanas después, el 22 de julio de 1942, el padre Kozak fue liberado y sobrevivió. Szembek fue encarcelado en Nowy Targ y luego llevado a la prisión de Zakopane, donde fue torturado. Con los hombros rotos, las costillas fracturadas y una pierna gangrenada fue llevado a la prisión de Tarnów, y de allí, el 16 de septiembre, trasladado a Auschwitz-Bolsheim, donde murió un par de días después.

Jan Swierc y otros ocho mártires salesianos polacos asesinados por los nazis en 1941 y 1942, reconocidos mártires
Jan Bula y Václav Drbola, sacerdotes checos bajo el comunismo
La persecución comunista en Checoslovaquia empezó en 1948, aunque el primer sacerdote encarcelado fue Josef Toufar, en 1949, como párroco testigo del "milagro de la cruz de Číhošt". Fue una persecución especialmente tenaz y meticulosa, más cruel y eficaz que en Hungría o Polonia.
Se expulsó al clero de etnia alemana y a los extranjeros en general, se prohibió directamente el catolicismo de rito bizantino y sus propiedades fueron entregadas a clero ortodoxo ruso dócil. Más de 6.000 clérigos fueron encarcelados a lo largo de los años 50 (una media de 5 años o más). En 1968 quedaban en Checoslovaquia la mitad de curas que veinte años antes, y la mitad de ellos eran muy ancianos y buena parte eran colaboracionistas del régimen.
El 2 de julio de 1951 un extraño personaje protagonizó un atentado que mató a varios funcionarios comunistas en Babice. Las autoridades comunistas aprovecharon para reforzar su persecución. Al padre Jan Bula le arrestaron el 30 de abril de 1951, ¡dos meses antes del atentado!, pero le acusaron de haberlo inspirado porque conocía al terrorista. Bula fue sometido a un juicio farsa, condenado a muerte y ahorcado el 20 de mayo de 1952 en la prisión de Jihlava.
El padre Václav Drbola fue detenido con engaños el 17 de junio de 1951, también acusado del atentado de Babice, y encarcelado en el mismo penal. Condenado a muerte, fue ejecutado el 3 de agosto de 1951. Ambos sacerdotes fueron engañados y encarcelados mediante una trampa orquestada por falsos testigos; sufrieron torturas y violencia que llevaron a la manipulación de los hechos y a la firma forzada de confesiones falsas. Todo el juicio estuvo acompañado de una masiva campaña de propaganda.
Pinzas en los dedos, dientes arrancados, juicio farsa
A Drbola, por ejemplo, le pusieron pinzas en los dedos que le apretaron hasta que le crujieron, hinchados; Ludvík Stehlík, su feligrés, también encarcelado en relación con el caso Babice, recuerda: «Estaban interrogando al Sr. Drbola en la habitación de al lado y él gritaba con furia: «No me pisen». A Bula le arrancaron todos los dientes frontales.
Viendo llegar su final, escribieron cartas llenas de fe y abandono en Dios. El sacerdote que confesó a Jan Bula antes de morir también recogió su actitud de fe firme y confianza en el Señor. En 2016, su biografía detallada y completa, Víctima del caso Babice: Jan Bula 1920 – 1952 , se publicó en forma de libro, editado por el historiador František Kolouch. Considera que Bula, que aún intentaba trabajar con jóvenes y adolescentes pese a las prohibiciones, tenía que ser ejecutado para amedrentar a otros sacerdotes.

Monumento que recuerda a Jan Bula en su parroquia de Rokytnice
En septiembre de 2011, se inició la fase diocesana del proceso de beatificación, conjunta para Drbola y Bula. En enero de 2015, se sellaron los sobres para su envío al Vaticano.