Desde la eutanasia y el marxismo hasta las doctrinas LGBT, Demetrio no ha rehuido ninguna polémica
Demetrio renuncia tras quince años «gastando la vida por Cristo»: cuatro alegatos defendiendo la fe

Tras 15 años al frente de la diócesis de Córdoba, el obispo Demetrio Fernández presenta su renuncia al cumplir los 75 años.
A pocas horas de cumplir los 75 años este sábado 15 de febrero y tras 15 años como titular de la diócesis de Córdoba, el obispo Demetrio Fernández acaba de presentar su renuncia al Papa Francisco, acto rutinario que cada prelado lleva a cabo a esta edad según el Código de Derecho Canónico.
Lo ha hecho a través de su carta semanal dirigida a los fieles, en la que ha rememorado sus periodo como obispo titular desde que el 20 de marzo de 2010 Benedicto XVI le trasladó a Córdoba. Anteriormente se desempeñó durante seis años como obispo de Tarazona y ahora, a partir de este sábado, anuncia su intención de retirarse “cuando el Papa Francisco disponga aceptar mi renuncia”.
Gratitud y satisfacción
En su carta, el obispo Demetrio ha expresado su “gratitud y satisfacción por el deber cumplido”, así como su disculpa “a todos los que haya desedificado o haya hecho daño, aún sin pretenderlo”.
Para Fernández concluye así una etapa que valora como “muy fecunda y plena”, y comienza “esa última etapa de la vida en la que uno se prepara de manera inmediata para el cielo, siguiendo en la tierra el tiempo que Dios disponga, haciendo el bien”.
En su carta, Fernández rememoró sus 15 años al frente de la diócesis, en los que espera haber “gastado la vida por los fieles y por Jesucristo”.
Una vida "desgastada por Cristo y los fieles"
“He pateado la diócesis de Córdoba de arriba abajo, he visitado hasta el último pueblo o aldea varias veces, he celebrado la Eucaristía en todos los altares de la diócesis, he predicado continuamente y de múltiples maneras el amor de Dios, la redención de Cristo, la materna intercesión de María nuestra Madre bendita, el amor fraterno y el compromiso en la construcción de un mundo nuevo, según el Evangelio. Puedo decir con satisfacción: me he gastado y desgastado por vosotros”, escribe el obispo, a quien le llena de satisfacción constatar las limitaciones de la edad.
Así, añade, “puedo decirme y deciros: he gastado mi vida por Jesucristo, el amor de mi vida. Y si mil vidas tuviera, mil vidas le entregaría, sin reservarme nada”.
"Ordenar sacerdotes, mi mayor satisfacción en Córdoba"
Entre otras consideraciones, Demetrio concluye así un periodo en el que asegura haber “constatado la fe y las buenas obras de un pueblo que camina y ama al Señor y a su Madre bendita”. Y eso, agrega, “ha estimulado muchísimo mi fe y mi entrega, he disfrutado muchísimo en mi tarea de obispo” y, sobre todo, “ha sido un gran consuelo la preciosa colaboración de tantos sacerdotes que se dejan la vida en el servicio al Pueblo de Dios”.
El obispo concluía sus líneas remarcando su admiración por los sacerdotes, mencionando que su mayor satisfacción al frente de la diócesis ha sido el poder ordenar a más de 60 presbíteros y “darle así a la Iglesia sacerdotes según el Corazón de Cristo”.
“Qué bonito es ser sacerdote, necesitamos en nuestra diócesis muchos más sacerdotes, no dejemos de pedirlo constantemente al Señor. Me quedo en Córdoba con vosotros, es mi pueblo, sois mi familia y habéis sido conmigo muy acogedores. Gracias a todos. Rezad por mí”, finalizaba.
15 años de promoción y defensa del Evangelio: 4 alegatos
Desde su llegada a la diócesis hasta su renuncia, el obispo ha salido al paso de numerosos ataques a la fe y la moral, por polémicos que estos fuesen.
1º El feminismo rompe con Dios, el género destroza la familia
Fue el caso de la cuestión de género ya en 2013, cuando el feminismo y las doctrinas LGBT comenzaban a ganar peso en el discurso político y educativo. Entonces, no dudó en afirmar que “la ideología de género destroza la familia, rompe todo lazo del hombre con Dios a través de su propia naturaleza”, denunciando también un feminismo que “rompe con Dios y con la propia naturaleza, tal como Dios la ha hecho”.
2º Frente al marxismo, pan, justicia y Dios
El mismo año 2013, empleó una de sus cartas para rebatir las tesis del marxismo, partidarias de que la caridad cristiana retrasa la justicia. Ante esta propuesta, Demetrio recordó que, por el contrario, la caridad “estimula la justicia para hacer un mundo más solidario y fraterno”.
De este modo, al mismo tiempo que “repartimos el pan de cada día hasta que cada uno pueda adquirirlo por sí mismo, por su trabajo”, remarcó que "el hombre que no tiene a Dios padece la mayor de las carencias, o porque no lo ha descubierto o porque lo ha rechazado. Sin Dios, el hombre está vacío y padece una orfandad que le asfixia progresivamente, aunque esté lleno de cosas exteriores", ha dicho.
3º "Eliminar el dolor es posible: se llaman paliativos"
En 2020, en el contexto de los preparativos para la legalización de la eutanasia, el obispo publicó su carta pastoral Matemos el dolor, no matemos al enfermo. En ella, el obispo se oponía frontalmente al proyecto de ley, exigiendo en su lugar una mayor oferta de cuidados paliativos y el respeto de la vida hasta su fin natural.
“La eutanasia consiste en poner fin a la vida de un paciente, y hacerlo deliberadamente, o con una sustancia letal o dejando de administrarle los cuidados ordinarios para sobrevivir. El objetivo de la eutanasia es poner fin al sufrimiento. Y el suicidio asistido consiste en proporcionar al enfermo a petición propia los medios necesarios para que se consume el suicidio. A nadie le está permitido matar a otro por ninguna razón”, explica el obispo de Córdoba.
Y agregaba: “Se argumenta que la compasión ‘para que no sufra’ permitiría acabar con su vida, pero con la ayuda de la ciencia, hoy es posible mitigar e incluso eliminar del todo el dolor sin necesidad de eliminar la vida de la persona. Eso se llama cuidados paliativos”.
4º "Fieles que den la cara por Cristo e instauren el reino de Dios"
Una actitud que no se remonta a su periodo como titular de Córdoba, sino que se reflejaba también antes, en Tarazona, como lo mostró en el contexto de las Jornadas Católicos y Vida Pública que allí se celebraron, y en la que llamó a una participación activa de los fieles en la sociedad conforme a los principios morales de la Iglesia.
“Se necesitan laicos que no se avergüencen del Evangelio, que den la cara por Jesucristo y por su Iglesia, que lleven la luz del Evangelio a los puntos neurálgicos de nuestra sociedad actual. Se necesitan laicos con actitud martirial, testigos de Jesucristo para instaurar el Reino de Dios en la historia”, expresó entonces.