La popular autora habla de jóvenes, ansiedad y falta de esperanza en Lo Que Ahora Importa
«Con un joven con principios religiosos, sé que será todo más fácil», dice la psicóloga Álava Reyes

María Jesús Álava Reyes, popular psicóloga, reconoce que la fe es un factor muy positivo en la salud mental del joven
María Jesús Álava Reyes, CEO de Apertia Consulting, es una referencia ineludible de la Psicología en España y ha vendido cientos de miles de ejemplares de sus libros de divulgación.
En la serie de vídeos Lo Que Ahora Importa, que difunde el canal de YouTube de la Conferencia Episcopal Española, le preguntan por la salud mental de los jóvenes y sus heridas. Y habla también del aspecto religioso.
"Las nuevas generaciones están muy descreídas, no tienen referentes universales, grandes referentes. Necesitan volver a ilusionarse, necesitan volver a creer en algo. Cuando yo tengo un joven y tiene principios religiosos, sé que va a ser todo infinitamente más fácil, porque tenemos algo, un soporte importante", constata.
Los jóvenes aprenden mucho mirando a sus referentes de autoridad, especialmente a sus padres, a algunos maestros. "Yo quiero ser algo parecido a él", pueden pensar. Por el contrario, un adolescente que no cree en nada, puede ser muy difícil de ayudar.
Israel, el entrevistador, señala que la fe cristiana puede ayudar a muchos porque ofrece esperanza, incluyendo la esperanza de que hay vida tras la muerte.
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P.J.G./ReL
Ayudar a los demás, ¡te ayudará a ti!
La psicóloga no lo niega, pero enseguida lleva el tema a otro hecho constatado: una vez un joven herido empieza un camino de recuperación, se dará cuenta de que ponerse a ayudar a otros ¡le va a hacer mucho bien a él!
"A lo mejor puedes ayudar a los abuelos, a lo mejor es a los padres, a lo mejor es a un compañero. Cuando les empiezas a abrir ese horizonte y empiezan a ayudar, dicen: '¡Pero si yo me siento muy bien ayudando a los demás!'. Mejoras rompiendo esa barrera del individualismo, es decir, ayudando y reconociendo todo lo que la vida te da".
El objetivo es que a quien dice "la vida es un asco" le vuelva a gustar la vida. Y eso implica aprender a valorar lo que la vida nos da. Y después, preguntar: "¿qué puedes devolver?"
- También hay adultos que viven con "mucho miedo ante el futuro" y dicen "no quiero ser padre, vaya mundo dejaríamos a los hijos".
A esas personas asustadas y negativas, vale la pena decirles: "Vale, vamos a centrarnos en lo que sí puedes hacer. Y dentro de eso que puedes hacer, tú te sientes bien. Y si te sientes bien, ¿por qué pensamos que los hijos, hijas, que puedan venir en el futuro, no lo van a hacer también?"
Al principio, dejar hablar
Eso sí, los psicólogos saben que al inicio de una terapia, cuando el paciente dice "la vida no sirve para nada" no se le puede llevar la contraria, porque se cerrará pensando "esta persona no me entiende, así que dejaré de abrirme, doy el tema por imposible". Hay que dejarle hablar, dejar que exprese todos esos miedos.
En el caso concreto de los jóvenes, se agrava en ellos el compararse con lo que ven en redes sociales, sin entender que las redes no ofrecen la verdad de las cosas, sino sólo una selección maquillada y trucada.
Así, una forma de prevenir problemas emocionales y psicológicos es "enseñarles a pensar y a reflexionar, enseñarles a decir no, a no dejarse manipular". Una dificultad de nuestra época es que los padres saben muy poco de lo que viven sus hijos (sobre todo, de lo que viven en redes).
Ancianos solos, hijos poco sensibles
La psicóloga comenta también la situación de los ancianos, a menudo en gran soledad. Y cada vez serán más los ancianos solos, porque las familias son más pequeñas y con menos cultura del cuidar.
"A veces me viene gente de mediana edad diciéndome: 'mis padres son muy egoístas, me llaman cada dos por tres para contarme lo que les ha dicho el médico'", explica la psicóloga. Ella suele responder: "¿No te das cuenta de que necesitan tu ayuda, tu compañía o por lo menos tu escucha?"
De fondo, María Jesús Álava denuncia el contexto que lo agrava todo: "Es una sociedad cruel, de la rueda de hámster, que nos meten el trabajo y en la dinámica de trabajo y no podemos mirar al que tenemos al lado".
¿Cuándo ir al psicólogo?
¿Cuándo hay que acudir a pedir ayuda al psicólogo? Ella señala varios indicios inquietantes.
"La persona que está permanentemente insatisfecha, la persona que tiene un cansancio infinito, no tanto el cansancio físico del que descansa, sino ese cansancio mental que que te invade por completo. La persona que en su día a día se encuentra sin ánimo, sin esperanza, sin ilusión. La persona que empieza a tener dificultades para dormir o problemas con la alimentación. Las personas a veces adultas, por ejemplo, que empiezan a ingerir determinadas sustancias, la persona que empieza a beber demasiado alcohol o otro tipo de drogas. Pero, sobre todo, la persona que no siente esperanza ante la vida. En esos momentos, cuando sientes que estás sobrepasado, que lo has intentado y que no lo has conseguido, es absurdo que que esperes a estar muy mal. Si te rompes un brazo, ¡tienes muy claro que tienes que ir al médico! Si estás mal, por favor, acude por lo menos al psicólogo en primer momento!"
Su experiencia es que si se acude pronto, la ayuda psicológica es muy útil. "Ocho sesiones de psicoterapia son más eficaces que el tratamiento farmacológico cuando no son trastornos graves. Pero acude cuando te sientas mal. No esperes a estar ya que no puedes con tu vida", explica.