Asesinados por María - en Blanes

El sacerdote beato Jaime Puig Mirosa, de 28 años y natural de Terrassa (Barcelona), religioso de los Hijos de la Sagrada Familia, compartió el momento de la muerte -el 30 de julio de 1936- con su exalumno y amigo beato Sebastián Llorens Telarroja, dos años menor, que asistía a la enseñanza nocturna en el colegio que Puig dirigía en Blanes (Girona).

Al estallar la revolución, ambos escondieron la imagen de la Virgen del Vilar, con ayuda de colonos de Mas Miret. Llorens refugió en su casa a Puig, y cuando lo encontraron lo acompañó a la larga entrevista que le hicieron en el comité. Al salir, fueron arrestados, y cuando los milicianos iban a disparar al padre Puig, Sebastián se abrazó a él, por lo que le dispararon también. Ambos fueron beatificados en 2013.

La iglesia parroquial de Blanes está documentada desde el año 974, cuando dependía de Sant Pere de Roda. Siglos después (1246) pasó a depender de San Salvador de Breda. La capilla románica fue sustituida por un templo gótico, anterior al actual, en 1319.

La iglesia que nos ha llegado, aunque sólo en parte, fue construida entre 1350 y 1410 y ampliada a principios del siglo XVIII.

El 22 de julio de 1936, la iglesia fue incendiada y quemó durante todo el día hasta que la estructura cedió. Se destruyó prácticamente todo lo que era uno de los ejemplares góticos mejor conservados de los alrededores junto con el retablo barroco del altar mayor y los dos púlpitos, obra del arquitecto Antoni Gaudí.

Tenía además 17 altares con sus retablos dorados. Solo se salvó la fachada, el campanario y la sacristía.

Lo cierto es que la actitud decidida de algunos ciudadanos comandados por el alcalde de la época, impidió después del incendio que la acabasen de derribar para destruirla completamente.