El verdadero brote de Jesé

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Este martes, el profeta Isaías nos presenta la imagen del Mesías, que se enraíza en el tronco de Jesé de donde nos llegará el Salvador, sobre el cual, se va a posar el Espíritu de Dios (cf. Is 11, 1-10). El juicio de este Mesías será desde la misericordia y la santidad de Dios. Con él, de nuevo, el hombre podrá alcanzar la comunión con Dios y con todo lo creado. Este Mesías, que ahora vemos velado, se revela de modo pleno en Jesús. Él, se da a conocer, a los pequeños y sencillos, sobre los que recae el juicio de compasión y misericordia de Dios.
El Hijo de Dios es el enviado del Padre, aquel que nos profetiza Isaías. Él es el verdadero brote de Jesé, en el que se hace presente el Espíritu de Dios. Él unido al Padre, se revela aquellos que se abren a su amor. El Padre se manifiesta a través del Hijo, a los sencillos, que con un corazón disponible, reciben el amor de Dios. Por todo ello, Jesús eleva una plegaria de alabanza al Padre que así se quiere dar a conocer. Por lo cual, nosotros en Jesús podemos contemplar al verdadero Mesías anunciado por Isaías, que hará que el hombre pueda unirse de nuevo a Dios.
Así, nosotros recibimos en plenitud la promesa que durante siglos, desearon ver los profetas. En Jesús, el verdadero brote del tronco de Jesé, podemos ver la plenitud y el cumplimiento de esa promesa, que en este tiempo de Adviento, anhelamos ver realizada. El Espíritu dilata en nuestro corazón el deseo creciente para recibir al Mesías prometido y que podremos ver en Jesús, que quiere venir a nosotros. (Cf. Mt 8, 5-11).
Belén Sotos Rodríguez