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Callas si dejas de amar

San Agustín. Comentario al Salmo 4a,16

Callas si dejas de amar

Callas si dejas de amarN.M.N.

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Callas si dejas de amar. ¿Quiénes son los que callaron? Aquellos de quienes se dijo: Porque abundó la iniquidad, se enfrió la caridad de muchos. El frío de la caridad es el silencio del corazón (San Agustín. Comentario al Salmo 4a,16)

Esta frase de San Agustín es un grito de advertencia sobre el peligro de la indiferencia y la pérdida del amor-caridad en un mundo marcado por la indiferencia, egoísmo e iniquidad. Iniquidad, que conlleva injusticias en todas las dimensiones sociales.

En esencia, San Agustín nos dice que la indiferencia, el desprecio y la vanagloria son la consecuencias directas de la falta de amor-caridad. No se refiere a un silencio físico, sino a un "silencio del corazón", una incapacidad para sentir-vivir compasión, para defender la Verdad, para actuar con justicia. Es un silencio que nace de la tibieza espiritual y de la complacencia ante la injusticia.

La pasividad e indiferencia son la premisa fundamental. Para San Agustín, el amor-caridad no es un sentimiento pasivo, sino una fuerza activa que nos impulsa a hablar, a actuar, a defender a los demás. Cuando el amor desaparece, nos quedamos mudos, incapaces de reaccionar ante el sufrimiento ajeno. El silencio, en este contexto, es una forma de complicidad con el mal.

Nos preguntamos "¿Quiénes son los que callaron? Son aquellos en quienes se cumple que "... abundó la iniquidad, se enfrió la caridad de muchos": Aquí San Agustín conecta su idea con una realidad concreta: la abundancia de la iniquidad, es decir, la ausencia de amor-caridad, provoca un enfriamiento de nuestro ser. Este enfriamiento no es un fenómeno aislado, sino una consecuencia directa del pecado y de la falta de compromiso con el Evangelio. La frase "Porque abundó la iniquidad, se enfrió la caridad de muchos" probablemente alude a: "... y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo" (Mt 24, 12), donde Cristo advierte sobre el aumento de la maldad en los últimos tiempos.

Como indicamos antes, el "frío de la caridad" no es otra cosa que la ausencia de amor en nuestros corazones. Este vacío nos paraliza, nos impide hacer presente a Dios entre los seres humanos. El silencio del corazón es una señal de alarma, un síntoma de una enfermedad espiritual que nos aleja de Dios y de nuestros hermanos. Una enfermedad que es muy abundante dentro y fuera de la misma Iglesia.

La frase de San Agustín es un llamado a la acción, un grito de advertencia contra la indiferencia y la complicidad con el mal. Nos recuerda que el silencio del corazón es la consecuencia de la falta de amor-caridad y que, como cristianos, estamos llamados a ser testigos de la Verdad y la justicia en el mundo.

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