Espiritualidad Católica - Nueva Evangelización
El ego nunca es el camino
Comentario a San Agustín. Tratado sobre el Evangelio de San Juan 14, 2

Cita de San Agustín
Analicemos este pensamiento de San Agustín en dos partes:
1.- "Quien quiere gozarse en sí mismo y de sí mismo, siempre estará triste"
Buscar la alegría o la satisfacción únicamente dentro de uno mismo, basándose en las propias capacidades, logros, o incluso en el placer meramente personal y efímero, lleva inevitablemente a la tristeza o a una insatisfacción.
Las personas somos finitas, nuestros recursos son limitados, nuestras habilidades imperfectas y nuestras vidas transitorias. Basar la felicidad en algo tan frágil y cambiante como el yo propio es construir sobre arena. El ego a menudo busca más y más, nunca está completamente satisfecho. La constante búsqueda de validación, placer o poder personal puede convertirse en un ciclo agotador y vacío. Sin trascendencia, perdemos de vista el sentido de nuestra vida, lo que lleva a un sentimiento de vacío existencial.
Además, la vida siempre está llena de desafíos, pérdidas y decepciones. Si la alegría depende de lo efímero y que todo vaya bien en nuestro mundo personal, cualquier problema nos mostrará que nada nos sostiene.
2.- "En cambio, quien quiere gozarse en Dios y de Dios, estará alegre eternamente, porque Dios es sempiterno"
San Agustín nos presenta la solución. Propone que la verdadera y perdurable alegría se encuentra en la relación con Dios. "Gozarse en Dios y de Dios" nos dice que Dios es la Fuente inagotable de gozo. Dios es la fuente inagotable de bondad, amor, paz y alegría. Es la Fuente de Agua Viva que nos llena de Esperanza. Unidos a Fuente, la alegría no depende de las circunstancias cambiantes del mundo o del ego. La existencia deja de ser solo mirarnos al ombligo y sentirnos vacíos de todo sentido. Dios nos ofrece los cimientos que una Esperanza que trasciende la dureza de la vida y la misma muerte. En Dios encontramos una paz profunda. Cristo saludaba diciendo: "La Paz sea con vosotros", porque esa Paz es plenitud.
Este pensamiento nos invita a reorientar la que buscamos en la vida. Nos desafía a mirar más allá de nosotros mismos y de los deseos egoístas. No se trata de encontrar una aparente alegría basada en el placer. Nos invita a encontrar verdadera Fuente de plenitud infinita, inmutable y trascendente.