¿Auténtica la momia de Poncio Pilatos presentada ayer en el Museo de Israel?
Con toda la solemnidad que la ocasión demanda, y es que nos hallamos sin lugar a dudas ante el principal hallazgo de la arqueología bíblica me atrevo a decir que desde que fuera encontrado el cuerpo de Santiago Apóstol allá por el s. IX, las autoridades del Museo de Israel presentaron ayer los restos descubiertos el pasado año en las inmediaciones del lugar en el que se halló la ciudad de Cesarea Marítima, sede del poder romano, de quien fuera el prefecto de Judea durante los tiempos en los que recorría las tierras palestinas aquel maestro peripatético llamado Jesús de Nazaret, y que tan estrechamente se vinculó a su condena, ejecución y muerte: ni más ni menos que Poncio Pilatos.
Ha llamado poderosamente la atención el magnífico estado de conservación de los restos de quien fuera el hombre más poderoso de la región, algo que el conservador del Museo, el Dr. Telastan P. Gand’oh ha justificado “por el proceso de momificación de gran calidad al que los restos del gobernador romano fueron sometidos apenas se produjo su deceso”. “La momificación de los cuerpos no fue práctica frecuente en Eretz Israel –ha declarado el Dr. Gand’oh- pero el de Pilatos ahora presentado no es el único caso entre la aristocracia de la zona” y aludió al precedente que representa Joh Bar Ketoisekoh, sumo sacerdote de la época idumea, cuyo enterramiento fuera sacado a la luz durante los años 40 y constituye hoy una de las piezas más visitadas del Museo de Israel. “En los tiempos en los que Julio César primero y Marco Antonio después, residieron en Egipto con Cleopatra, y Pompeyo realizaba las primeras incursiones romanas en Israel, la momificación se introdujo en la vida israelita, sobre todo entre los judíos más helenizados, pero no sólo”.
Con ser llamativo el estado de conservación de la momia, no es ni siquiera lo más llamativo de la presentación habida lugar ayer, donde cada dato contribuía aún más a la sorpresa de los expertos invitados a la misma y de los medios.
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Muchas preguntas suscitó el hecho de que la cabeza del prefecto se hallara separada del tronco, algo que Ghand’o atribuyó al propio proceso de evisceración previo a la momificación, si bien no descartó la posibilidad de que el gobernador romano hubiera sido víctima de un atentado con secuestro para pedir un rescate, político, monetario o ambos, y finalmente degollado ante el fracaso de las negociaciones, lo que remite al ambiente de sedición existente en la zona durante el período en que el gobernador romano ejercía su prefectura. Incluso llegó a ponerse sobre la mesa la posibilidad de que el atentado hubiera sido obra de un célula de cristianos celotes, en represalia por los eventos acontecidos en la región que no es necesario comentar al buen lector de esta columna, algo que el Archimandrita Armenio de Jerusalén, Mons. Nom Eloth Ragho, presente en el acto, descartó vehementemente: “No se corresponde en absoluto con el conocimiento que tenemos sobre el comportamiento de las primeras comunidades cristianas, que más bien fueron víctimas de la violencia imperante en Palestina que ejecutores de la misma”.
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