Eucaristía y creación
La Eucaristía, por el dinamismo de transformación del pan y del vino en el Cuerpo y Sangre del Señor resucitado, es primicia de la nueva creación. Especialmente visible e impactante en el contexto de la Vigilia pascual: ciclo anual que llega en la primavera, con la luna nueva; cuando todo parecía muerto y acabado, el Señor resucita y apoderándose del pan y del vino cambia la sustancia de éstos por su propio ser: son su Cuerpo y su Sangre.
La creación, en la Eucaristía, es elevada a la nueva creación. Ésta la podemos vislumbrar viendo cómo estos elementos creados -pan y vino- son transformados, elevados a su mayor potencia de ser, anticipando la novedad absoluta del Reino. Incluso nos lleva a ver la posibilidad de nuestra propia resurrección; así como la materia del pan y del vino llegan a cambiarse en su ser para ser Cristo mismo en ellas, así la materia de nuestro cuerpo puede ser transformada y vivificada en la resurrección. La Eucaristía es la primicia de la resurrección, sostiene nuestra esperanza.