Luis Ormières: un santín en Gijón
Monseñor Jesús Sanz Montes
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Himno a la alegría: el aleluya cristiano
Monseñor Jesús Sanz Montes
Cofrades de la misma cofradía
Monseñor Jesús Sanz Montes
Escalando enero
Monseñor Jesús Sanz Montes
Muna, hermosa primavera: milagro navideño
Monseñor Jesús Sanz Montes
Diálogos intrauterinos
Monseñor Jesús Sanz Montes
La Iglesia diocesana, una familia
Monseñor Jesús Sanz Montes
En el valle del alto Aller, mártires de Nembra
Monseñor Jesús Sanz Montes
JMJ, la otra revolución
Monseñor Jesús Sanz Montes
Tiempo de holganza y descanso
Monseñor Jesús Sanz Montes
Carta abierta al cardenal Cañizares
Monseñor Jesús Sanz Montes
Ejercer un derecho, no pedir un privilegio
Monseñor Jesús Sanz Montes
Flor que nace del fango: del porno a la fe
Monseñor Jesús Sanz Montes
Ir al secreto de la mirada de Jesús
Monseñor Jesús Sanz Montes
Encontrar al que viene a buscarnos
Monseñor Jesús Sanz Montes
Las mil historias en una sola Iglesia
Monseñor Jesús Sanz Montes
La misión: gramática de la fe
Monseñor Jesús Sanz Montes
Los ojos ancianos de Palinha
Monseñor Jesús Sanz Montes
Contar lo inefable
Monseñor Jesús Sanz Montes
Haciendo una Iglesia por la cara
Monseñor Jesús Sanz Montes
Las tres miradas
Monseñor Jesús Sanz Montes
«Je suis chrétien, seulement» (Yo soy cristiano, solamente)
Monseñor Jesús Sanz Montes