Estados Unidos es el país más rico y poderoso del mundo, y su política internacional es la más influyente. Cuando Estados Unidos le dice a un país pequeño o mediano sudamericano, africano o asiático que quiere que apruebe el aborto o que cambie el significado del matrimonio, el otro país sabe que se enfrenta a un gigante.

Y si el Gobierno de Estados Unidos está dispuesto a dedicar muchos millones de dólares de los contribuyentes para luchar contra la cultura de la vida y la familia en otros países, son millones las personas afectadas y dañadas por esas políticas. Por el contrario, se benefician la industria del aborto y los lobbies LGTB profesionales, que ganan mucho dinero con ello.

Por eso, grupos abortistas y de ideología de género y LGBT en Estados Unidos han aplaudido que el nuevo gobierno de Joe Biden haya confirmado a Anthony Blinken como nuevo Secretario de Estado, seguros de que Blinken les hará muy ricos y usará dinero público para fomentar el aborto y la destrucción de la familia en países de todo el mundo.

Blinken es bien conocido porque ya fue subsecretario de Estado en el gobierno de Barack Obama entre 2015 y 2017. Ahora Biden lo ha nominado como secretario y el Senado lo ha confirmado este martes 26 de enero por una votación de 67 a 22.

Alegría de la industria abortista y anti-familia

La patronal abortista internacional Planned Parenthood Global indicó en un comunicado que esperan que el nuevo Secretario de Estado “apoye los SRHR [salud sexual y derechos reproductivos] en la política internacional”. (El término “salud sexual y derechos reproductivos” es usado por la Oficina de Derechos Humanos de la ONU para referirse a políticas que incluyen el aborto, la anticoncepción y la ideología de género). “Estamos listos para trabajar juntos y avanzar en la salud global y los derechos humanos”.

El lobby LGTB y de ideología de género Human Rights Campaign también saludó el nombramiento del nuevo Secretario de Estado. “Anthony Blinken asegurará los derechos de la gente LGBTQ [lesbianas, gays, bisexuales, transexuales y queer] de toda condición, para que sean nuevamente una prioridad en la política internacional de Estados Unidos, y que cuando las personas LGBTQ en el extranjero se vean amenazadas, sepan que tienen al Departamento de Estado como aliado”, indicó el grupo.

Blinken ya adelantó en sus sesiones ante el Senado que permitirá que las embajadas cuelguen las banderas arcoíris del “orgullo gay” y que nombraría un enviado especial para asuntos LGBT. Obama sentó el precedente de enviar un número estadísticamente sobrerrepresentado de embajadores homosexuales militantes, especialmente a países hispanos muy religiosos, como República Dominicana.

Planned Parenthood Global dijo el martes que esperan con Blinken "la rectificación del daño con la #GlobalGagRule", refiriéndose a las normas del Gobierno de EEUU que impiden dedicar dinero de los contribuyentes a fomentar el aborto fuera de Estados Unidos, es decir, financiar con dinero público los negocios internacionales de Planned Parenthood.

En 2017 Planned Parenthood calculó que estas limitaciones le hacían perder unos 100 millones de dólares al año.

Reportaje de la confirmación de Blinken en el cargo (breve de Reuters, en inglés)