Con su llegada a Budapest la mañana de este viernes 24 de abril tras hora y media de vuelo, Francisco comienza su 41º viaje apostólico internacional. Una visita esperada largamente por el pueblo húngaro, que si bien ha recibió a Francisco en el Congreso Eucarístico Internacional de 2021, fue una visita de limitada a unas pocas horas.

En esta ocasión, Francisco permanecerá durante todo un fin de semana plagado de encuentros con autoridades, jóvenes y religiosos bajo el lema "Cristo es nuestro futuro", alentando a un país que cuenta con un 61% de católicos y que actualmente es referencia internacional en la promoción de la vida y la familia.

En este sentido se pronunció el Secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, horas antes de que Francisco  iniciase el viaje, valorando la "fe viva y admirable del pueblo húngaro", de la que no pocas figuras recientes "han dado testimonio ejemplar", especialmente durante la "persecución atea" del comunismo y la represión de la contrarrevolución de 1956.

Una fe, dijo el cardenal a Vatican News, "forjada en el sufrimiento y practicada durante años por una Iglesia oculta que, como una semilla, brotó y floreció después de años de represión. Hungría es un país con una fe viva, que en las circunstancias cambiantes de hoy necesita mantener viva". Especialmente ante los nuevos desafíos que afronta la Iglesia relativos "al clero, a los jóvenes, al materialismo o al consumismo".

Tras el aterrizaje en Budapest, el Papa fue saludado por el Nuncio Apostólico, monseñor Michael Wallace Banach, y el Embajador de Hungría ante la Santa Sede, Eduard Habsburg-Lotharingiai. Tras bajar del avión por su propio pie fue recibido por el Viceprimer Ministro Zsolt Semjén y dos niños que vestidos con atuendos tradicionales le ofrecieron pan y sal. Desde las 11:30 y hasta las 12:20, Francisco está manteniendo su  primer encuentro con la Presidenta de la República, Katalin Novák, y con el Primer Ministro Viktor Orbán.

Puedes seguir desde aquí el encuentro con el Primer Ministro Viktor Orbán.

Posteriormente se dirigirá al antiguo Monasterio de las Carmelitas, donde pronunciará su primer discurso ante las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático. Por la tarde tendrá lugar el encuentro con obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y agentes de pastoral en la basílica de San Esteban, durante el cual se presentarán algunos testimonios al Papa.

Horas antes de su llegada, el Cardenal Peter Erdő, Arzobispo de Esztergom-Budapest expresó al grupo ACI su convencimiento de que la visita del Papa "fortalecerá" la fe del pueblo húngaro, marcada por la persecución comunista.

"Somos, por naturaleza, no conformistas, somos hijos no conformistas. Hemos vivido momentos en los que los medios de comunicación masivos nos decían que la religión  era obsoleta y que la ciencia afirmaba que estaba probado que la religión no podía ser verdad", expresó.

En este sentido, comentó que el renacimiento del la fe tras el comunismo fue acompañado por un compromiso de "reavivar el patrimonio cultural y moral", afectado por el "vacío moral y cultural" que siguió al colapso del sistema marxista.

Por eso Erdo destaca la fortalecida cultura católica que encontrará el Papa a lo largo de su viaje, que no está exenta de nuevas amenazas.

"En Hungría hoy se puede profesar públicamente la fe; esto es claro. Otra cuestión es que quizá haya ambientes más bien caracterizados por otras visiones del mundo. Sin embargo, también hay revistas, programas de radio y televisión, y centros culturales que son católicos o cristianos. Estamos experimentando el renacimiento de los salones parroquiales. Bajo el comunismo, todo había sido confiscado, salvo los edificios de las iglesias, y como resultado los fieles no tenían ocasión de reunirse fuera de la liturgia. Ahora hay salones parroquiales y culturales en las parroquias. Hay programas culturales y a veces una asistencia muy alta", asegura el cardenal.