José Alberto Barrera, «Tote», es el responsable de Cursos Alpha en España y un experto analista de la evangelización en nuestra época. Siempre está disponible en su blog «Una Iglesia provocativa» en el portal Religionenlibertad.com, pero nosotros le entrevistamos en el exitoso congreso de Nueva Evangelización de Manresa del pasado fin de semana.


–Es un curso que presenta la fe cristiana en 10 cenas semanales y un encuentro de fin de semana. Se imparte en 61 países y unos 16 millones de personas lo han cursado ya. Está pensado para el que duda, el que está lejos de la Iglesia o el que quiere explorar el cristianismo. En Alpha no se da por supuesto nada sobre tu fe y todas las preguntas que formulas son válidas y bien recibidas. Alpha presenta lo básico, lo inicial de la fe. El seguimiento ya depende de cada grupo, parroquia o movimiento. Alpha no entra a hablar de los sacramentos, no hace catequesis. Alpha se concentra en dar kerigma, es decir, el primer anuncio básico de la fe cristiana.


–Jesús afirma ser Dios y te dice que para relacionarte con Dios le necesitas a Él. Todos buscamos la verdad, un camino y vida plena, y Jesús ofrece eso: la verdad, el camino y la vida. ¡Vale la pena hacer un curso si buscas esas tres cosas! ¿No hacemos cursos de muchos otros temas? En Alpha se crean amistades y la gente se junta y se hace preguntas. Un ateo me dijo que venía a Alpha porque era uno de los pocos sitios donde podía hablar con libertad.


Alpha es post moderno: más que predicar la verdad, ofrece la experiencia de la verdad. Experiencia, más que teoría. Hoy la gente va distraída, y no escucha tu discurso, aunque sea bueno y verdadero. Primero les has de dejar hablar, escuchar tú. Una sesión de Alpha consta de una cena, una conferencia o video y un debate acogedor en grupos pequeños. El moderador del grupo no puede corregir ni rebatir: eso se lo dejamos al Espíritu Santo. Si no hay cena, al menos un café con pastitas. O tapas, pinchos. Durante la comida, está prohibido hablar de religión, es un momento para conocerse. El trato humano es más eficaz que el discurso. En el debate preguntamos: «¿qué piensas sobre el tema de hoy?» y «¿qué sientes respecto a esto?». Los asistentes se van sintiendo libres y a partir de la sexta semana, en un fin de semana, se hace una oración pidiendo que experimenten el Espíritu Santo. Ahí es cuando muchos viven su cambio. Al finalizar el curso, el párroco puede tener 10 personas que quieren seguir juntas, y es la parroquia la que debe ofrecer el seguimiento de los nuevos.


Las parroquias dan formación a jóvenes o adultos que nunca han pasado por el kerigma, y eso es ineficaz, porque te desgastas intentando formar a gente que, de hecho, no es cristiana. Los curas de hoy son heroicos, entregadísimos, cada uno hace el trabajo de cinco... y están agotados, agobiados. No están acostumbrados a tener colaboradores, ni siquiera lo pretenden. Pero Alpha y otros métodos similares lo que consiguen es entrenar colaboradores, suscitar evangelizados que evangelizan y eso anima a los sacerdotes y aligera su situación.


José Alberto Barrera le dio un «sí» consciente a Cristo con 16 años, durante una peregrinación al castillo de Javier. Su fe creció en Congregaciones Marianas, la parroquia de Santa María de Caná en Pozuelo y la Renovación Carismática. Es un católico convencido, acostumbrado a colaborar con protestantes en el anuncio del Evangelio.