Durante estos días, del 26 al 30 de diciembre, se ha celebrado en Pekín la Novena Asamblea de los Representantes Católicos de China, controlada por el régimen comunista y que organiza la Asociación Patriótica China y los funcionarios oficiales de la Administración Estatal de Asuntos Religiosos.

Durante estos días en la capital china se han reunido obispos ordenados de manera ilegítima por el gobierno chino y por tanto excomulgados, obispos reconocidos por Roma así como sacerdotes, religiosas y muchos miembros del Partido. En total 365 miembros aunque debido al control que ejerce el gobierno no se conoce los obispos ausentes, ni los motivos que les han llevado a no acudir a esta cita. 

Durante la última Asamblea que se celebró en 2010, las autoridades obligaron a asistir a obispos leales a Roma que no quería colaborar de lo que consideraban una farsa de la dictadura para controlar la Iglesia, lo que provocó una dura respuesta de Roma.


En esta ocasión, y en pos de mejorar en el diálogo entre la Santa Sede y el gobierno chino que repercuta en una mejor situación para los católicos de aquel país, el Vaticano emitió una nota de prensa en la que no prohibía a los obispos fieles a Roma a asistir a esta asamblea aunque también mostraba su “dolor” por las dos últimas ordenaciones episcopales sin permiso de Roma. 

El texto de la Sala de Prensa vaticana decía sobre la Asamblea que la “Santa Sede espera juzgar en base a hechos comprobados. Mientras tanto, está segura de que todos los católicos en China esperan con esperanza señales positivas, que los ayuden a tener confianza en el diálogo entre las Autoridades civiles y la Santa Sede y a esperar un futuro de unidad y armonía”.


En la Asamblea hubo 59 obispos entre ilegítimos y reconocidos por Roma y muchos más miembros del Partido Comunista

Una de las personas que mejor conoce la realidad de la Iglesia Católica en China es el sacerdote y misionero del PIME (Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras), Bernardo Cervellera, que además es director de AsiaNews, ha analizado todo lo que está en juego así como la lucha para controlar a los católicos chinos.


La Asamblea tiene como puntos más destacables el nombramiento de los líderes del Consejo de los obispos (una especie de Conferencia Episcopal no reconocida por la Santa Sede) y de la Asociación Patriótica, igualmente controlada por el régimen. Sin embargo, más allá de los debates que se han estado produciendo y que no dejan de ser anecdóticos, para el padre Cervellera “lo que reviste un significado importante es la atmósfera que reina: cada exposición ha exaltado la ‘independencia’ de la Iglesia frente a la Santa Sede; la ‘autonomía’ en la teología, en la gestión, en la juridiscción; el ‘patriotismo’ de la fe (primero amar la nación, luego amar a la Iglesia). Estos fueron los mantras que fueron repetidos” por los ponentes que actúan como líderes.

Del mismo modo, otro asunto preocupante que destaca el director de Asianews es el que la Iglesia católica en China asimile las enseñanzas que el presidente chino, Xi Jinping, ha pedido a las religiones para “estar al servicio de las reformas y del desarrollo de la nación” apoyando a los líderes del Partido Comunista. Para el misionero todos estos puntos hacen “vislumbrar la experiencia de una Iglesia de Estado, controlada en todos sus movimientos y proyectos”.


Precisamente, la elección de los cargos de estos órganos ha puesto de manifiesto que el régimen chino poco o nada se han movido en sus posiciones pues ha apostado por la total continuidad.


Mientras se celebraba esta Asamblea controlada por el gobierno miles de católicos chinos no pueden vivir su fe en libertad

En este sentido, el obispo ilegítimo, Ma Yinglin, fue reelegido como presidente del Consejo de los obispos mientras que Fang Xingyao de Linyi, que ha presidido ordenaciones episcopales irregulares, lo fue a su vez de la Asociación Patriótica. En la dirección del consejo de obispos hay dos obispos ordenados sin permiso papal.


Mientras tanto, hay cuatro vicepresidentes de la Asociación Patriótica que son obispos nombrados por el régimen chino sin la autorización vaticana. Y mientras todo esto se producía. en la mesa presidencial y controlando todo lo que ocurría estaba Wang Zuoan, director de la administración estatal para los asuntos religiosos, que lanzó un claro mensaje a la Santa Sede pidiéndola que sea “flexible y pragmática”.

Para AsiaNews, estas palabras significan la exigencia de que el Vaticano debe aceptar la situación tal cual está siendo ésta la respuesta al comunicado que emitió la Santa Sede antes de que comenzara la Novena Asamblea, por lo que la agencia del PIME cree que las “señales positivas” que Roma esperaba no se han llevado a la práctica más allá de un tono más conciliador por parte de las autoridades.ç


Una muestra más evidente aún de la sumisión de esta Asamblea al gobierno ha sido el hecho de que todos los participantes acudieran a ver a Yu Zhengsheng, miembro del comité permanente del Politburó del Partido Comunista chino y presidente de la Conferencia nacional consultiva del pueblo chino. Igualmente, visitaron al vice-premier del Consejo de Estados y al director del Departamento del Trabajo del Frente Unido del Partido Comunista.

Algunos sacerdotes se han mostrado públicamente contrariados con lo que consideran que ha sido una “escenificación” programada durante estos días. De esta manera, un sacerdote de la Iglesia subterránea se muestra muy duro con la participación de los obispos y se pregunta “si sus conciencias no sentirán remordimientos. En los tres días después de la Navidad, la liturgia de la Iglesia celebró a mártires y testigos (san Esteban, san Juan Evangelista, los Mártires inocentes). ¿En Pekín han celebrado misas y meditado sobre las lecturas de la liturgia? ¿O acaso piensan que el rojo de sus solideos es del mismo color rojo que el régimen chino y que tienen el mismo significado?”.


Para conocer mejor la Iglesia en China, léase: Al Otro lado de la Gran Muralla (aquí en Ciudad Nueva)

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