El mítico conde Drácula cuya leyenda cobró su entidad moderna a partir del relato de Bram Stoker, Drácula, inspirado en Vlad Tepes, un noble transilvano del siglo XV, podría haber sido hallado, y no en los bosques de Rumanía, ni en un escondrijo secreto, sino en una iglesia de Nápoles.

Así lo afirman investigadores de la Universidad de Talinn, Estonia, que consideran que Vlad III, el ´Empalador´, decimoquinto Príncipe de Valaquia, considerado un sádico cruel con sus enemigos e inspirador de la novela gótica de Bram Soker Drácula (1897), fue hecho prisionero por los otomanos tras el último enfrentamiento que mantuvo con ellos en 1476, momento en el que desapareció en la batalla.

Según el relato de los investigadores su hija María había sido llevada, mientras tanto, a Nápoles con cuya familia gobernante Tepes estaba aliado. Después de ser encarcelado por los otomanos su familia en Nápoles habría pagado el rescate.

A su padre sus enemigos le llamaban ´Dracul´, es decir Dragón, como tal su hijo fue ´Dracula´, que significa ´hijo del dragón´



Lápida con emblema del dragón -simbolo de Vlad Draculea- en la iglesia de Nápoles; otras fuentes consideran que murió en Constantinopla y su cuerpo descansó en el monasterio Snagov en Rumanía pero se perdió durante la II Guerra Mundial

Los investigadores aseguran que han hallado una lápida en la Iglesia de Santa María la Nova en Nápoles, donde se encuentran la tumba de su hija y su yerno y que podría despejar las dudas sobre su descanso final. Ahora tramitarán los permisos para poder estudiarla.

Vlad Tepes, el conde ´Drácula´ recibió el apodó en honor a su padre, cuyos enemigos le llamaban ´Dracul´, es decir Dragón, como tal su hijo fue ´Drácula´ que significa hijo del dragón.

El posible hallazgo de la tumba de Vlad Tepes podría ser una pieza más de importancia a la que a añadir los descubrimientos de los últimos años de tumbas de ´vampiros´ de los siglos XV, XVI en Polonia y Bulgaria, sobre las creencias y prácticas rituales extendidas en Europa del Este sobre estos seres fantásticos.

Los datos arqueológicos reunidos, afianzan la existencia de estas creencias y rituales mortuorios en torno a estos seres como los descubrimientos de Kamien Pomiorski, y Gliwice, Polonia o los vampiros de Sozopol en Bulgaria.

Además de la novela oiginaria de Bram Stoker han destacado también La historiadora (2005) de Elisabeth Kostova, que también investiga en los orígenes del mito del conde Vlad Tepes.

En el cine, los estudios Universal popularizaron la imagen del conde de Drácula en los años 30 con una serie de películas interpretadas por el actor de origen húngaro Bela Lugosi, que antes de su muerte en 1956, identificado totalmente con el personaje pidió que le enterraran con la característica capa del conde Drácula.

En los 90, el género se revitalizó en el cine, primero con la adaptación de la novela de Bram Stoker, que llevó a cabo el renombrado director Francis Ford Coppola. Drácula (1992) resultó una película que obtuvo buenas críticas y que impulsó las carreras de Winona Ryder y Gary Oldman e hizo lo que pudo por la de Keanu Reeves, el otro vértice del triángulo protagonista.